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El PSC es la primera fuerza en Cataluña y ERC pierde ante Junts
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Pinchazo del independentismo

El PSC es la primera fuerza en Cataluña y ERC pierde ante Junts

El PP resucita con dos mayorías absolutas, en Badalona y Castelldefels, y Vox y la extrema derecha independentista logran un resultado histórico que lleva Cataluña a un giro conservador

Foto: Trias se impone en Barcelona con 11 concejales. (EFE/Toni Albir)
Trias se impone en Barcelona con 11 concejales. (EFE/Toni Albir)

El PSC se ha convertido en la fuerza hegemónica en Cataluña por delante del independentismo, debilitado tras años de agitación extrema por el procés. "Si estos resultados se traspasasen íntegros a unas elecciones autonómicas, lo tendríamos muy bien", señalaban anoche fuentes del PSC a El Confidencial. No obstante, el resultado tiene un toque amargo: el candidato socialista en Barcelona, Jaume Collboni, la gran apuesta de Pedro Sánchez para el 28-M, no ha logrado ganar en la capital catalana, pero el partido ha conseguido revalidar mayorías absolutas en muchas localidades y recuperar plazas como Tarragona, Lleida, Girona, Reus o Vilafranca del Penedès.

"Los socialistas hemos ganado las elecciones municipales en Cataluña", dijo el líder socialista, Salvador Illa, en su comparecencia pasadas las 12 de la noche. "Nos hemos de remontar al año 2007 para encontrar una situación similar. El PSC es el primer partido de izquierdas en Barcelona. El PSC es el primer partido en Tarragona. El PSC es el primer partido en Lleida. Y el PSC es el primer partido en Girona. El PSC es el primer partido en el área metropolitana de Barcelona y el primer partido en las cuatro diputaciones de Cataluña. Nuestro objetivo es poner Cataluña en marcha".

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Los números son favorables al PSC, a pesar de que la participación fue de solo el 55,55%, nueve puntos menos que en 2019. Con prácticamente el 100% del voto escrutado, ERC ya no es la fuerza más votada. Pasa de 822.000 votos a 519.564 sufragios. Hoy, los republicanos son la tercera fuerza, tras los socialistas (pasaron de 768.000 a 712.000, pero se situaron a la cabeza) y Junts per Catalunya (cayó de 557.000 a 551.000). Cierto es que ERC es la fuerza que más concejales tiene, 2.895, pero esta cifra significa 212 ediles menos que en las últimas elecciones (en que había obtenido 3.107).

JxCAT, que en 2019 había alcanzado 2.798 representantes, en esta ocasión ha caído a 2.680. Y el PSC, que tenía 1.315 concejales, tiene hoy un total de 1.453, un aumento de casi 140. El mapa político, pues, ha sufrido un seísmo incontrovertible, porque significa que los dos principales partidos independentistas perdieron en estos comicios unos 330 representantes.

Con la salida de Colau de la alcaldía, los comunes pierden su principal plaza de toda España

Las municipales de 2023 se pueden resumir en cinco lecciones fundamentales: la expulsión de Ada Colau de la alcaldía de Barcelona, la recuperación del socialismo, el pinchazo del independentismo, la resurrección del PP y el auge de las extremas derechas españolista e independentista.

Con la salida de Colau de la alcaldía, los comunes pierden su principal plaza de toda España. De rebote, esta circunstancia puede redundar en perjuicio de Yolanda Díaz, que había puesto toda la carne en el asador apoyando a su amiga (como ella misma se encargaba de subrayar en cada aparición pública) Ada Colau. Los pactos de las próximas semanas terminarán de confirmar el tablero municipal barcelonés, donde los partidos en liza intentarán pactar.

Recuperación de plazas

Pero el voto de castigo a Colau (que pierde más de 20.000 votos) puede significar un balón de oxígeno a los socialistas y, de rebote, a Pedro Sánchez, que puede presumir de que su candidato, Collboni, cumplió la labor que se le había encomendado. El socialismo consiguió desgastar a Colau en Barcelona, pero falló el tiro, porque a río revuelto, ganancia de pescadores. El independentista Xavier Trias apareció por la banda derecha, le robó el balón y se hizo con la victoria en la capital catalana. Aun así, es de destacar que el PSC recuperó las alcaldías de Tarragona, con Rubén Viñuales, y Lleida, con Fèlix Larrosa, y ganó en Girona, aunque un tripartito de Guanyem (donde está la CUP), JxCAT y ERC podría desbancar a la socialista Sílvia Paneque. Es difícil (los planteamientos de Guanyem y Junts son antagónicos), pero no imposible. En definitiva, el principal ayuntamiento en manos de los de Puigdemont le retiró la confianza a JxCAT, pero a cambio Trias ganó en Barcelona.

La tercera lección es el patinazo del independentismo (y en especial de ERC), que pasó de 10 a cinco concejales en la importantísima plaza de Barcelona. Pero también pierde ayuntamientos señalados, como las ciudades de Tarragona o Lleida. En Girona, no es baladí el patinazo de Junts, que contrasta con la victoria de Xavier Trias en Barcelona. Ambas cosas, la victoria de Trias y la debacle de Gemma Geis en Girona, por paradójico que parezca, condenan a Laura Borràs. Significan el fin del independentismo montaraz antisistema. No debe olvidarse que Trias concurrió ocultando las siglas de JxCAT. Por tanto, es cierto que Junts conquistó Barcelona, pero el independentismo perdió Girona, Lleida y Tarragona.

ERC, por su parte, no pudo penetrar en el cinturón rojo. Había puesto sus esperanzas en Gabriel Rufián y su candidatura en Santa Coloma de Gramenet, pero la socialista Núria Parlón revalidó sus 17 concejales (sobre 27). Rufián arañó uno y se queda con cuatro, pero presume de ello. "Esquerra pasa de ser cuarta a segunda fuerza política. Ya es líder de la oposición. Gana más de 1.500 votos con un 6% de participación menos. Suma un concejal más. Es heroico", tuiteó el dirigente de ERC. En esta localidad, los comunes desaparecen de escena, mientras que Ciudadanos pierde dos (se queda con otros dos) y entran PP y Vox en el consistorio.

ERC también había puesto sus esperanzas en hacer un buen papel en Igualada, para desbancar a Marc Castells (JxCAT)

En Hospitalet, los republicanos ficharon al número dos del PSC, Jaume Graells, pensando en doblar resultados. Y es cierto que la socialista Núria Parlón perdió un representante (en un consistorio donde han entrado con fuerza el PP y Vox), pero ERC también bajó uno. Incluso el PP sacó más votos que los republicanos en la segunda ciudad de Cataluña por habitantes.

ERC también había puesto sus esperanzas en hacer un buen papel en Igualada, para desbancar a Marc Castells (JxCAT). Pero de nuevo los republicanos erraron el tiro: perdieron dos sillones y se quedan con cinco representantes, mientras que Castells sube uno y alcanza los 10. Los socialistas pasan de cuatro a cinco, pese a que en 2019 habían ido en coalición con los comunes y ahora, en solitario. Los comunes, sin embargo, se quedan fuera del consistorio.

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En Sant Cugat, otro batacazo de Esquerra. JxCAT recupera la alcaldía y los integrantes del Gobierno de coalición que se la habían arrebatado la última legislatura (ERC, PSC y la CUP) retroceden. En Sant Cugat, además, el PP entra con tres representantes, Vox lo hace con dos y los comunes, con otros dos. Los representantes de ERC, no obstante, maquillan los resultados, aduciendo que son el partido con más alcaldías en su haber y con más concejales, un maquillaje que no disimula el fracaso en las grandes plazas.

La CUP ha tenido altibajos. Si bien la fuerza que apoya en Girona quedó en segundo lugar, superando a JxCAT, en Barcelona sufrió un serio varapalo al no lograr, por segunda vez consecutiva, entrar en el ayuntamiento. En Tarragona, también desapareció de escena y perdió los dos representantes que tenía en la ciudad.

Resurrección del PP

La cuarta lección es la resurrección del PP. Fue la noche catalana del PP. Sacó dos mayorías absolutas en esta comunidad, además de recuperar posiciones en la ciudad de Barcelona. Su gran victoria fue la de Xavier García Albiol, que rompió moldes y sacó 18 de 27 concejales, una mayoría absoluta que lo sitúa como alcalde de Badalona, todo un emblema de la política catalana. Su compañero de filas Manu Reyes logró 13 ediles de los 25 que tiene Castelldefels, por lo que dos emblemáticas plazas barcelonesas han sido para los populares. Además, Daniel Sirera logró doblar resultado en la capital catalana, logrando cuatro frente a los dos de los últimos comicios. Una recuperación que tiene que ver con el derrumbamiento de Ciudadanos, que de los siete representantes en Barcelona que había tenido en 2019, con Manuel Valls como cabeza de lista, se quedó en cero.

El tridente popular (materializado en los buenos resultados de Albiol, Reyes y Sirera) es una espina en la columna del PSC. "En los municipios donde hemos mantenido extraños pactos y hemos querido gobernar a cualquier precio, nos hemos pegado un batacazo. Son Badalona, Castelldefels y Sant Cugat, donde ha habido acuerdos para desbancar a los partidos más votados. En las tres, hemos sufrido un voto de castigo. Alguna reflexión tendremos que hacer sobre esto", reconoce una fuente socialista a este diario.

Y la quinta lección es el auge de los extremismos. Por un lado, respecto a la extrema derecha española, ha habido una victoria incontestable de Vox. Esta fuerza logró un resultado sin precedentes, con 124 concejales en toda Cataluña y, lo que es más importante, presencia en las cuatro capitales de provincia. De hecho, pasó de tres a 124 ediles. En Barcelona, el rodillo pasó por encima de Ciudadanos y de Valents, y también por encima de la CUP, lo que es un hito. En Tarragona, sobre JxCAT y los comunes. En Mataró, al norte de Barcelona, Vox entra con cuatro representantes y se convierte en la tercera fuerza de esta localidad, en la que han sido frecuentes las tensiones raciales y los conflictos con centros de atención de menores no acompañados. En Mataró, también logró entrar el PP con dos concejales, mientras que el PSC, que sacó 13 representantes en 2019, se queda ahora con 10 y ERC, que tenía ocho, se queda con cinco.

En el otro extremo de la balanza, el partido Front Nacional de Catalunya (FNC), que tenía un concejal, ha roto moldes. Bajo la marca Aliança Catalana, Sílvia Orriols logró seis ediles en Ripoll, mientras que JxCAT, que tenía ocho, pasa a tres. ERC (3), PSC (3) y la CUP (2) se mantienen. También una fuerza considerada de extrema derecha, Som Identitaris, creada por Josep Anglada (el artífice de la otrora potente Plataforma per Catalunya), ha logrado dos asientos en Vic, otro de los bastiones soberanistas donde ERC y Junts bajan puestos. En Manresa, otro de los feudos soberanistas, Vox y el Front Nacional de Catalunya entran en el consistorio con un representante cada uno.

El PSC se ha convertido en la fuerza hegemónica en Cataluña por delante del independentismo, debilitado tras años de agitación extrema por el procés. "Si estos resultados se traspasasen íntegros a unas elecciones autonómicas, lo tendríamos muy bien", señalaban anoche fuentes del PSC a El Confidencial. No obstante, el resultado tiene un toque amargo: el candidato socialista en Barcelona, Jaume Collboni, la gran apuesta de Pedro Sánchez para el 28-M, no ha logrado ganar en la capital catalana, pero el partido ha conseguido revalidar mayorías absolutas en muchas localidades y recuperar plazas como Tarragona, Lleida, Girona, Reus o Vilafranca del Penedès.

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