ERC incumple de forma sistemática las exigencias del PSC para apoyar los Presupuestos

Hace solo mes y medio que Pere Aragonès y Salvador Illa firmaron su pacto de Presupuestos para la Generalitat. Ya entonces se daba la imagen de que buena parte de los acuerdos no se iban a cumplir. Pero después de ese tiempo resulta evidente que ERC no tiene intención de cumplir nada de lo que se suscribió. Ni grande, ni pequeño. Desde el principio se veía que la ampliación del aeropuerto de El Prat resultaría difícil de digerir para los republicanos. Pero ahora se están saltando todos y cada uno de los puntos. El aeropuerto y todo lo demás.

Recordemos. A cambio del voto a favor del PSC a los Presupuestos de la Generalitat para 2023, ERC se comprometió a que se llevaría a cabo la ampliación de El Prat para poder acoger más vuelos transoceánicos, en especial de Asia. También que se desbloquearía la inversión de la B-40, la ronda para unir Terrassa y Sabadell que reclaman los alcaldes socialistas de la zona, la tramitación urbanística del casino y complejo de ocio del Hard Rock Café en Tarragona, congelar la apertura de nuevas delegaciones en el exterior de la Generalitat o firmar el acuerdo programa con Renfe, entre otras cosas. Nada de esto está pasando.

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Marcos Lamelas. Barcelona

De hecho, en la representación de las negociaciones con el socialismo catalán, que duraron meses, la única cesión que Pere Aragonès reconoció, incluso compareciendo ante los medios, era que cedían en la B-40, también conocida como Cuarto Cinturón. Pues no. La Generalitat se negó a firmar hace quince días el convenio con el Ministerio de Fomento para la redacción del proyecto de la Ronda Nord, la B-40.

No solo eso. Se había comprometido a no abrir nuevas delegaciones en el exterior. Pues en mes y medio ya han abierto dos, las de Colombia y Andorra. Al PSC, en el caso del país sudamericano, les avisaron una semana antes. Con el Hard Rock Café y el aeropuerto no ha habido avances. En el primer caso, incluso, se ha llevado la tramitación urbanística a la Sindicatura de Comptes por parte de la plataforma Aturem Hard Rock Café. Otra cosa es que haya tramitación en sí misma que revisar en este momento.

En el PSC tienen contabilizados siete incumplimientos. Pero los de Salvador Illa no se muestran especialmente inquietos. Las encuestas, de manera lenta pero constante, les van dando mejores perspectivas. Y con solo 33 diputados en el Parlament y sin saber con quién tendrán que pactar en Barcelona ni tras las generales de diciembre, prefieren esperar y ver.

Velocidad inusitada

Lo que sorprende no es tanto que un pacto político acabe muy por debajo de las expectativas de los firmantes, sino, sobre todo, la velocidad con la que se ha convertido en papel mojado. Todas las críticas sobre que vuelve el tripartito topan con la realidad: los acuerdos no se están cumpliendo. La debilidad del Ejecutivo de Aragonès es patente, tanto en el Parlament, donde pierde votaciones sin cesar, como fuera, pongamos por caso en la cumbre de la sequía. En mes y medio todo lo construido durante meses de negociación se ha ido al garete.

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Todos los protagonistas de esta situación se comportan como si no estuviese ocurriendo. En el seno del PSC no hay escenas de justa indignación ni en público ni en privado. Y el equipo de Aragonès sigue actuando como si fuese posible acabar la legislatura en estas condiciones.

Seguimiento del acuerdo

Esta semana hubo una reunión de seguimiento del acuerdo. Nadie ha explicado nada porque en el fondo todos se conforman con que pase el tiempo. Cada uno piensa que su posición se refuerza solo por mantener el statu quo. Aragonès en el Palau de la Generalitat, Illa en la oposición y JxCAT al margen de cualquier poder institucional en Cataluña, mientras que el apoyo de ERC a Pedro Sánchez mantiene lejos de la Moncloa al PP. El resultado de las elecciones generales en diciembre puede cambiar el delicado equilibrio de intereses en que se basa la actual situación política en la región.