Es noticia
El último farol de Clara Ponsatí divide al independentismo
  1. España
  2. Cataluña
Mossos se adelantaron a la Policía Nacional

El último farol de Clara Ponsatí divide al independentismo

La eurodiputada fugada, tal y como anunció hace meses, ha vuelto a Cataluña. Y como era previsible, ha sido detenida para notificarle que hay una orden de detención contra ella por desobediencia

Foto: Clara Ponsatí, discutiendo con el 'mosso' que la detuvo en Barcelona. (EFE/Quique García)
Clara Ponsatí, discutiendo con el 'mosso' que la detuvo en Barcelona. (EFE/Quique García)

La gran aportación política de Clara Ponsatí fue definir la declaración unilateral de independencia (DUI) de octubre de 2017 como “un farol”. Este martes, Ponsatí volvió a sus orígenes y escenificó otro farol, forzando una detención por parte de los Mossos que se saldó con un trámite burocrático en la Ciudad de la Justicia sin mayor relevancia. La eurodiputada fugada buscó el arresto, en público, con las cámaras de televisión delante. Llevaba su acreditación de europarlamentaria colgada del cuello e incluso un neceser preparado por si tenía que pasar varias horas en comisaría. Ponsatí sabía lo que iba a suceder y buscaba esa imagen. Carles Puigdemont y el secretario general de JxCAT, además de otros cargos del partido, se precipitaron a calificar la detención de “ilegal”. Pero la división en el independentismo se hizo evidente.

Según han explicado fuentes policiales, los Mossos forzaron una detención en la plaza de la Catedral en medio de la gente, en condiciones que no eran las idóneas, porque sus servicios de contravigilancia habían detectado que el Cuerpo de Policía Nacional estaba a punto de hacer lo mismo y se prefirió evitarle a la eurodiputada esa humillación, aunque visto cómo la propia interesada había enfocado la jornada, a lo mejor ella misma lo hubiese preferido así, por victimismo electoral. Los mossos la llevaron directamente a la Ciudad de la Justicia, en L'Hospitalet de Llobregat, donde el juez de guardia la hizo esperar casi cuatro horas hasta ponerla en libertad. Ponsatí recibió un trato de favor, ya que se permitió que su abogado, Gonzalo Boye, viajase con ella en el coche policial, en lugar de quedar con ella en los juzgados.

La detención colocó a los Mossos en el foco del soberanismo. Ponsatí desafió al Gobierno de España. “No he venido aquí a pactar con el Estado”, aseguró. Pero la verdad es que el Estado tampoco tenía interés en pactar con ella, sino que apenas quería notificarle que estaba encausada por un delito de desobediencia, algo que la interesada ya sabía y acaso por eso optó por dar su paseo entre Rambla Catalunya y el Born, que duró media hora, acompañada de Gonzalo Boye.

Ponsatí estaba esperando su detención. Seguida por las cámaras en todo momento, con la mirada clavada en el suelo, sin disfrutar de esa ciudad que hacía cinco años que no pisaba. Sus primeras declaraciones fueron para atacar a la misma Generalitat, que había negociado con el Ejecutivo de Pedro Sánchez la reforma legal que había modificado el Código Penal y que le permitía regresar sin tener que afrontar penas de prisión, ya que en este momento solo se la acusa de desobediencia.

Foto: Ponsatí, junto a Puigdemont y Comín. (Reuters/Guglielmo Mangiapane)

Las imágenes de su detención tenían toda la pinta de ser el futuro vídeo electoral de la lista cívica que quiere impulsar la ANC y que, según fuentes cercanas a esta entidad, dan por casi segura. En este sentido había que entender sus duras críticas a la Generalitat, denunciando su “pasividad”. Por eso, el Govern evitó reaccionar de manera oficial, mientras que la exconsellera denunciaba que el Ejecutivo catalán "es una herramienta de la ocupación española".

Todo sonó a campaña electoral. En especial, el posicionamiento de JxCAT, con su movilización ante la Ciudad de la Justicia, cuando la interesada ni milita en la formación ni irá en su lista. Apenas reunieron un par de centenares de personas, convocadas por ANC y Òmnium. Igual que Oriol Junqueras. El presidente de ERC compareció ante los medios para “exigir la libertad de Clara Ponsatí”, pero resaltando que la modificación del Código Penal ha permitido "cambiar el contexto penal" en el que se encuentra Ponsatí. "Celebramos su regreso en la medida en que trabajamos para que no haya nadie en las cárceles y para que los exiliados puedan volver. Lo celebramos en la medida en que estamos convencidos de que la supresión de la sedición facilita su regreso, porque cambia su situación penal", manifestó Junqueras. De nuevo, la unidad del independentismo saltaba por los aires.

Foto: Carles Puigdemont. (EFE/EPA/Julien Warnand)

Ponsatí ya tenía preparado un mail a los eurodiputados para denunciar su “detención ilegal” y reivindicando su inmunidad, que tiene, al igual que Carles Puigdemont y Toni Comín, de manera provisional. Reforzó así la idea de que todo estaba planificado para ser instrumentalizado por un independentismo que anda falto de épica en los últimos tiempos. El pleno en el Parlamento Europeo al que debe ir comienza este miércoles a las 15:00.

“Nadie está por encima de la ley”, recordó el PSC desde su cuenta de Telegram, con lo que quitaba hierro a la detención de la eurodiputada. Alejandro Fernández, líder del PP en Cataluña, declaró que la vuelta de Ponsatí había sido “pactada con el Gobierno español”.

Cuatro horas en el juzgado

Clara Ponsatí se pasó cerca de cuatro horas en dependencias judiciales esperando en un pasillo ante el juzgado de guardia. Como una española más, víctima de una Justicia que sobre todo es lenta. Si no llega al plenario del Parlamento Europeo, será solo por esa lentitud, pero Carles Puigdemont y Toni Comín podrán protestar en la Eurocámara. La represión española como concepto tiene escaso vuelo en la Europa de 2023. Fue puesta en libertad ya de noche y el juez de guardia la citó a declarar ante el Tribunal Supremo para el próximo 24 de abril. La eurodiputada ya manifestó ayer que no se presentaría a declarar ante el juez Pablo Llarena de manera voluntaria.

A primera hora de este miércoles se ha dirigido al aeropuerto de El Prat para tomar un vuelo que le permita asistir a la Eurocámara esta tarde en Bruselas. Según ha informado RAC1, Ponsatí ha pasado los controles de seguridad poco después de las 6:00 de la mañana y tendrá que hacer escala en alguna ciudad europea, puesto que no hay vuelos directos a la capital belga.

Ponsatí tiene que estar en un pleno en el Parlamento Europeo a las 15:00 de este miércoles

Ponsatí cruzó la frontera para regresar este martes acompañada de la Agencia Catalana de Notícies. Fue detenida delante de TV3. No había parientes ni amigos, sí uno de sus asistentes en la UE. En todo momento, fue un acto político. Lo más parecido a un familiar era Jordi Graupera, amigo de la eurodiputada fugada, pero convertido en asalariado porque ahora es su asesor en régimen de teletrabajo desde Barcelona. Para darle algo de humanidad, Ponsatí hizo alarde de que volvía con la misma mochila azul con la que se había ido hacía cinco años y medio. Pero ni con la mochila. Desde al principio hasta el final, se trató de un acto político.

El conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, denunció la “represión” que suponía la detención, que habían llevado a cabo sus propios agentes, actuando como policía judicial. Elena prácticamente pidió disculpas. Mientras, desde el Gobierno de España acusaron a Ponsatí de convertir su detención en un espectáculo.

La gran aportación política de Clara Ponsatí fue definir la declaración unilateral de independencia (DUI) de octubre de 2017 como “un farol”. Este martes, Ponsatí volvió a sus orígenes y escenificó otro farol, forzando una detención por parte de los Mossos que se saldó con un trámite burocrático en la Ciudad de la Justicia sin mayor relevancia. La eurodiputada fugada buscó el arresto, en público, con las cámaras de televisión delante. Llevaba su acreditación de europarlamentaria colgada del cuello e incluso un neceser preparado por si tenía que pasar varias horas en comisaría. Ponsatí sabía lo que iba a suceder y buscaba esa imagen. Carles Puigdemont y el secretario general de JxCAT, además de otros cargos del partido, se precipitaron a calificar la detención de “ilegal”. Pero la división en el independentismo se hizo evidente.

Independentismo Carles Puigdemont Mossos d'Esquadra Noticias de Cataluña
El redactor recomienda