Puigdemont se enroca en Waterloo mientras Marta Rovira y Clara Ponsatí estudian volver
La entrada en vigor del nuevo Código Penal fragmenta al autodenominado "exilio". El expresidente descarta aprovechar las menores penas de sus delitos mientras acusa a ERC de rendirse ante el Estado
El expresidente catalán Carles Puigdemont decidió encastillarse en Waterloo y despreciar la alternativa que se le abría con la entrada en vigor del nuevo Código Penal, donde desaparece el delito de sedición. "Que nadie lo dude: No volveré ni esposado ni rendido ante un juez español por mucho que sea indulgente. Lucharé por volver libre". Pero no se trató de una postura unitaria. Desde Ginebra, la secretaria general de ERC, Marta Rovira, reconoció que estaba estudiando volver. E incluso dentro de sus propias filas, la eurodiputada de JxCAT Clara Ponsatí reconoció que sopesaba esta posibilidad.
Por tanto, Puigdemont se erige en la antorcha del denominado exilio y acusa a los republicanos de rendirse ante el Estado. Y su regreso solo depende de que en marzo el Tribunal General de la UE le garantice la inmunidad parlamentaria. Todo está igual que estaba y al margen del Código Penal y de los acuerdos alcanzados entre Pedro Sánchez y ERC para derogar el delito de sedición.
Que ningú no en tingui cap dubte: no tornaré ni emmanillat ni rendit davant d’un jutge espanyol per tal que sigui indulgent. No avalaré amb el meu benefici personal una política que pretén criminalitzar l’anhel dels catalans de viure en un país lliure https://t.co/GeMthMgeRH pic.twitter.com/zd01K1zqZc
— krls.eth / Carles Puigdemont (@KRLS) January 12, 2023
Los voceros de Puigdemont, encabezados por Pilar Rahola, llevaban días hablando en Cataluña desde Navidad de su inminente retorno. A esas voces se sumaron ayer Vox y el grueso de la derecha española. Sin embargo, no va a ser así, pura y simplemente porque Puigdemont no quiere. Porque prefiere jugársela con la justicia europea, de la que el mismo dudó en su discurso de ayer: “Asumo, por tanto, el riego de que también el resultado de la batalla europea no sea el esperado. Pero el riesgo es mucho más alto si aceptamos la idea de que en octubre del 2017 hicimos otras cosa que no fuera cumplir democráticamente con el nuestro compromiso”.
En la práctica todo sigue igual. Si los tribunales europeos le son contrarios, Puigdemont no pisará España. También es su manera de deslegitimar a Pere Aragonès, a ERC y a la mesa de diálogo. El president legítim ya ha dejado claro que no avalará “una política que pretende criminalizar el anhelo de los catalanes que quieren vivir en un país libre”. Y se ha negado de manera rotunda a aceptar cualquier “salida personal”.
El expresidente catalán salió así al paso de la decisión del magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena de modificar la euroorden contra el expresidente y reclamarle a Bélgica solo por malversación agravada y no por sedición, un delito que ya no existe en el Código Penal español. Con el nuevo marco legal a Puigdemont solo le caerían cuatro años de cárcel, pero con tercer grado y el resto de beneficios penitenciarios solo cumpliría año y medio. Las gestiones de ERC han mejorado mucho su situación procesal, aunque, lejos de agradecerlo, Puigdemont lo ha considerado un retroceso en la lucha general del independentismo.
El ‘exilio’ se fragmenta
Con el nuevo marco legal, tanto la exconsellera Clara Ponsatí como la secretaria general de ERC, Marta Rovira, solo están acusadas de desobediencia, lo que facilitaría su vuelta. Fuentes de ERC han asegurado que, en todo caso, el regreso de Rovira no será automático. Rovira compareció desde Ginebra, a donde huyó en 2017, para asegurar: “Cuando ERC pide la derogación de la sedición, es precisamente para que no sea sustituida por ningún otro delito. Es la derogación de un delito político decimonónico que todavía formaba parte del Código Penal español y que ha sido utilizado para perseguirnos políticamente.”
Incluso la siempre radical Clara Ponsatí estudia acogerse a la nueva ventaja legal
En todo caso, ha advertido de que no tomará "ninguna decisión ni precipitada ni inminente", con lo que no parece que la número dos del partido vaya a volver de manera inminente a España.
Calendario judicial
El calendario judicial que tiene por delante Puigdemont es complejo. Primero, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en Luxemburgo fallará sobre las cuestiones prejudiciales que presentó Llarena y se prevé que su decisión se hará pública el 31 de enero
Y en marzo, Tribunal General de la UE fallará sobre la demanda que la defensa de Puigdemont presentó contra el Parlamento Europeo por haberle retirado la inmunidad como eurodiputado. Esta es la sentencia clave y por ello el abogado del expresidente de la Generalitat, Gonzalo Boye, habla de abril para un hipotético regreso de Puigdemont a Cataluña, una Cataluña que poco se parece a la que dejó él en 2017.
El expresidente catalán Carles Puigdemont decidió encastillarse en Waterloo y despreciar la alternativa que se le abría con la entrada en vigor del nuevo Código Penal, donde desaparece el delito de sedición. "Que nadie lo dude: No volveré ni esposado ni rendido ante un juez español por mucho que sea indulgente. Lucharé por volver libre". Pero no se trató de una postura unitaria. Desde Ginebra, la secretaria general de ERC, Marta Rovira, reconoció que estaba estudiando volver. E incluso dentro de sus propias filas, la eurodiputada de JxCAT Clara Ponsatí reconoció que sopesaba esta posibilidad.