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Ponsatí sirve de avanzadilla a Puigdemont para testar el poder de la inmunidad europea
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Ponsatí sirve de avanzadilla a Puigdemont para testar el poder de la inmunidad europea

El 'expresident' inicia un pulso para demostrar su tesis de que la condición de eurodiputado protege a los fugados del arresto en España e implica a las autoridades de la UE

Foto: Ponsatí, junto a Puigdemont y Comín. (Reuters/Guglielmo Mangiapane)
Ponsatí, junto a Puigdemont y Comín. (Reuters/Guglielmo Mangiapane)
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El regreso de Clara Ponsatí a España fue el relato de una detención anunciada. El juez del Supremo Pablo Llarena se ha encargado en las últimas semanas en distintos autos de dejar muy claro que mantendría las órdenes de arresto nacionales para todos los huidos y que serían ejecutadas en caso de regreso, frente a los argumentos de sus defensas, que llevan tiempo advirtiendo de que la inmunidad de europarlamentarios les protege. La vuelta de la exconsellera, que permaneció retenida en una comisaría de Barcelona solo unas horas, sirve de avanzadilla a un hipotético retorno del expresident de la Generalitat Carles Puigdemont y le valdrá para testar el alcance de la especial protección que les proporciona su escaño en Bruselas. A primera hora de la mañana, Ponsatí volvió a Bélgica. Llarena la dejó en libertad a última hora de la noche.

Desde el minuto uno de este arresto, la intención de implicar a las autoridades de la UE fue evidente. Ponsatí fue detenida por la orden judicial cursada en su contra por la comisión de un delito de desobediencia. Hace solo unas semanas, su futuro penal era mucho más grave, ya que se le atribuía un delito de sedición que Llarena no aplicó, al entender que la reforma del Gobierno derogaba este ilícito y que el nuevo delito de desórdenes públicos agravados era inaplicable. Como explicó el instructor del procés en un auto dictado en la noche del martes, la inmunidad que esgrimen no sirve frente a detenciones en España. La inmunidad -dice el magistrado- no puede servir para "impedir el desenlace" de una causa penal en la que ya ha sido procesada.

En una rueda de prensa celebrada poco antes de que los Mossos d'Esquadra la detuvieran, Ponsatí ya mostraba sus cartas. Dejó claro que su detención sería ilegal, dado que tiene inmunidad como eurodiputada. El mismo mensaje fue reproducido por Puigdemont. "La detención es ilegal, pero a España el Estado de derecho le importa más bien poco", lanzaba desde las redes sociales. El mantra de una actuación irregular fue repetido en varias comunicaciones internas de Junts, su partido. Su defensa, ejercida por Gonzalo Boye, presentó un habeas corpus pidiendo amparo a un juez de Barcelona. Los huidos consideran, y se ocuparán de difundirlo todo lo posible, que la actuación policial y judicial española constituye una violación de su condición de eurodiputada. La misma que tiene Puigdemont.

Gracias al ariete de Ponsatí, cuyo procesamiento por desobediencia le evita tanto una futura condena a penas de prisión como un encarcelamiento provisional —está penada exclusivamente con multas e inhabilitación—, el expresident catalán tiene la posibilidad de calcular la fuerza de esa inmunidad y la reacción que provoque en el corazón de Europa. Puigdemont se juega más que una detención provisional, ya que, en su caso, el Supremo continúa atribuyéndole malversación agravada, delito que sí implicaría una entrada en prisión automática.

Foto: Carles Puigdemont. (EFE/EPA/Julien Warnand)

La cuestión de la inmunidad lleva años siendo el centro de su estrategia legal. Gran parte de su confianza está depositada en el Tribunal General de la Unión Europea (TUE), que analiza circunstancias relacionadas de forma directa con su protección como europarlamentario. De la decisión final dependerá si la recupera de forma total y definitiva. En caso de que el Tribunal General asuma sus argumentos, el entorno de Puigdemont está dispuesto a desafiar las tesis del Supremo, lanzarle un órdago y volver.

Mientras Llarena considera que a pesar de la inmunidad puede ordenarse su detención en España, el expresident cree que viola las decisiones de la Justicia europea. El regreso a territorio nacional, y en concreto a Cataluña —su primer destino planeado—, pondría así al TS en el brete de "incumplir" las resoluciones del TUE, aseguran fuentes cercanas al fundador de JxCAT. Como prueba previa ha servido el caso de Ponsatí, cuya orden de detención particular ha sido ejecutada en solo unas horas.

Tanto Puigdemont como Ponsatí llegaron ahora hace cinco años a Bruselas tras huir de España después de la fallida declaración unilateral de independencia. Desde entonces, han esquivado todos los intentos de la Justicia española de lograr su entrega por parte de las autoridades belgas y escocesas, pero también de Alemania e Italia. Después, en 2019, se presentó a las elecciones europeas y una decisión prejudicial de la Justicia europea sobre la situación de Oriol Junqueras en diciembre de ese mismo año le abrió las puertas de la Eurocámara, a pesar de no haber completado el procedimiento habitual frente a la Junta Electoral Central (JEC).

Salir a las sesiones de la Eurocámara

Hace solo unos días, Llarena expuso su tesis en su último auto. Sostenía que Puigdemont puede ser detenido y encarcelado en caso de regresar a España y que esa medida es compatible con su inmunidad como europarlamentario: podría ingresar en prisión preventiva y salir solo para acudir a las sesiones del Parlamento en Bruselas, defendía el instructor de la causa contra el procés.

Foto: Vista de la Cámara vacía antes del inicio del debate en el Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia). (EFE/Patrick Seeger)

Ahora, refuerza ese mismo argumento aplicado ya a un caso práctico. Sobre Ponsatí dice que tanto ella como los otros procesados lo fueron por auto de 21 de marzo de 2018 y alcanzaron la inmunidad en junio de 2019. Como el caso de la exconsellera no implica su encarcelamiento, deja sin efecto la orden de detención, la cita para el próximo 24 de abril y avisa de que, si no se presenta, ordenará de nuevo su arresto.

Llarena asegura que este escenario ya se contempló en una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre Oriol Junqueras y es aplicable a este caso. En virtud de aquella resolución, el Tribunal Supremo entiende que Puigdemont y Comín, cuando estén en España, tienen la misma inmunidad que los diputados del Congreso en Madrid. A juicio de Llarena, es este matiz el que confirma “la viabilidad de las órdenes de búsqueda, detención e ingreso en prisión adoptadas con posterioridad al procesamiento de los recurrentes, sin que las mismas estén condicionadas a la petición de suplicatorio o de alzamiento de la inmunidad que les afecta”.

El regreso de Clara Ponsatí a España fue el relato de una detención anunciada. El juez del Supremo Pablo Llarena se ha encargado en las últimas semanas en distintos autos de dejar muy claro que mantendría las órdenes de arresto nacionales para todos los huidos y que serían ejecutadas en caso de regreso, frente a los argumentos de sus defensas, que llevan tiempo advirtiendo de que la inmunidad de europarlamentarios les protege. La vuelta de la exconsellera, que permaneció retenida en una comisaría de Barcelona solo unas horas, sirve de avanzadilla a un hipotético retorno del expresident de la Generalitat Carles Puigdemont y le valdrá para testar el alcance de la especial protección que les proporciona su escaño en Bruselas. A primera hora de la mañana, Ponsatí volvió a Bélgica. Llarena la dejó en libertad a última hora de la noche.

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