Es noticia
Puigdemont sale de la escena política en Cataluña para centrarse en su frente judicial
  1. España
  2. Cataluña
Ausente en los grandes debates

Puigdemont sale de la escena política en Cataluña para centrarse en su frente judicial

Los imperativos judiciales pesan tanto que el 'expresident' ha pasado a un segundo plano en el día a día de la política catalana para centrarse en sus problemas legales en Bruselas

Foto: Carles Puigdemont tras la sentencia del TJUE. (EFE)
Carles Puigdemont tras la sentencia del TJUE. (EFE)

Carles Puigdemont ha dado un paso atrás en la política catalana y se muestra ausente en los grandes debates de estos días. Quien fuera un factor de dinamización y a veces de desestabilización del independentismo se centra ahora en el frente judicial, con el recurso del expresident contra el Parlamento Europeo por levantarle la inmunidad en el horizonte. El recurso está visto para sentencia y se espera que el Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) se pronuncie a finales de este mes de marzo.

Esta focalización en sus temas judiciales se nota en su ausencia en el frente doméstico. Puigdemont no se ha pronunciado sobre el juicio a Laura Borràs, no ha tenido nada que ver con la ruptura que ha sacudido la ANC y el partido que fundó, JxCAT, y no ha participado en el debate interno de si "vuelve Convergència", con el retorno de Xavier Trias y, en menor medida, Jordi Pujol. Hasta Artur Mas está coqueteando con una cierta idea de regreso en dosificadas apariciones públicas. Los tres llenan un vacío, el de Puigdemont en Cataluña.

Foto: El expresidente catalán Carles Puigdemont. (Reuters/Yara Nardi)

Sus esfuerzos están en Bruselas. Desde el independentismo se intentó vender como un éxito la reciente la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), sobre las cuestiones prejudiciales del juez Pablo Llarena. En la práctica lo que hizo el TJUE es que le dijo a Puigdemont que tenía que volver a la casilla de salida para volver a jugar la partida, pero esta vez con unos márgenes mucho más estrechos. En el mejor de los casos, ganó tres años, que no está mal ni en términos de justicia ni considerado en su dimensión política. Pero se encuentra muy lejos de ser la aplastante victoria sobre España que en su día vendieron desde Waterloo. De hecho, una de las derivadas sería que los propios tribunales belgas podrían presentar sus cuestiones prejudiciales ante el tribunal para aclarar su margen de acción cuando se vuelva a solicitar la extradición de Puigdemont y del resto de huidos por el procés.

Las perspectivas en el TGUE para Puigdemont y los suyos a finales de marzo no resultan muy halagüeñas para los independentistas, ya que hay pocos precedentes de que este alto tribunal haya enmendado la plana al Parlamento Europeo. Y fue este organismo el que dictó que el expresidente y el resto de diputados carecían de inmunidad.

Fantasías y mitos

Puigdemont se ha erigido en una figura mítica. En Madrid se fantasea con que volverá detenido, algo improbable a corto plazo, ya que aunque el TGUE diese la razón al Parlamento Europeo, la decisión final dependería de un tribunal ordinario belga y ahí Puigdemont y el resto de eurodiputados de JxCAT (Toni Comin y Clara Ponsatí) todavía tendrían margen para dar una última batalla legal. En Cataluña es lo contrario. En Cataluña, ciertos entornos de Puigdemont juegan con la idea de que podría volver para este Sant Jordi. Pero ni los tiempos judiciales son tan rápidos ni Puigdemont tiene intención de regresar si corre el mínimo riesgo de ser detenido. El mito de Puigdemont es ya más fuerte que su propia persona.

Las últimas crisis del soberanismo en Cataluña han sucedido al margen de Puigdemont

Mientras, en Cataluña, Puigdemont destaca por su ausencia. Él, que siempre pide movilizaciones, no ha acudido a pacificar la ANC, que ha sido el motor del independentismo en la calle. Tampoco está marcando la pauta sobre lo que hay que hacer una vez que caiga Borràs. ¿Se intenta recuperar la presidencia del Parlament tendiendo puentes con ERC? ¿Se deja que siga la republicana Alba Vergés en funciones? ¿Se facilita una presidencia de la CUP para cerrar el paso a un posible presidente socialista? Sólo son algunos ejemplos, pero en todos estos temas Puigdemont no ha comparecido y la Cataluña independentista que antes esperaba que hiciera de árbitro, ahora se queda a dos velas.

En el Parlamento de Europeo, Puigdemont es el diputado de JxCAT que más trabaja, pero sin pertenecer a ningún grupo parlamentario y con los nacionalistas valones dándole la espalda, su vida parlamentaria se estrecha y su protagonismo, con el escándalo Pegasus de capa caída, tampoco se encuentra en su mejor momento.

Futuros liderazgos

Una de las claves son los liderazgos. Josep Rull, el exconseller de Territorio que pasó más de tres años en la prisión por participar en el procés, acaricia la idea de presentarse a candidato a presidente de la Generalitat ahora que el delito de sedición ha desaparecido. Sin Laura Borràs, JxCAT carece de un mascarón de proa electoral. Pero en buena parte está aplazando la decisión dudando sobre si podrá obtener el beneplácito de Waterloo.

A Puigdemont nunca le gustó la vida de partido. Ya no le gustaba en Convergència. Fundó La Crida para huir de esas dinámicas y al final JxCAT, también creado por él, ha resultado igual de ingobernable. Su retiro de los temas mundanos en Cataluña tiene también una cierta lógica histórica.

Carles Puigdemont ha dado un paso atrás en la política catalana y se muestra ausente en los grandes debates de estos días. Quien fuera un factor de dinamización y a veces de desestabilización del independentismo se centra ahora en el frente judicial, con el recurso del expresident contra el Parlamento Europeo por levantarle la inmunidad en el horizonte. El recurso está visto para sentencia y se espera que el Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) se pronuncie a finales de este mes de marzo.

Noticias de Cataluña Carles Puigdemont Junts per Catalunya Parlamento Europeo Independentismo Cataluña
El redactor recomienda