ERC maniobra contra la ampliación de El Prat una semana después del pacto con el PSC

ERC y PSC tienen, en teoría, un sólido pacto presupuestario que tiene entre sus pilares el acuerdo para aumentar la capacidad del aeropuerto de El Prat. Pero una semana después, ya están votando en sentido contrario en el Parlament, con lo que no parece que haya mucha voluntad de cumplir con lo firmado y ni siquiera se disimula en estos primeros compases de lo que muchos han definido como una nueva era de la política catalana. El Prat y su futura ampliación son el punto débil del acuerdo. Los republicanos no tienen intención de cumplirlo y tampoco de vestir de manera civilizada su desafección.

Ciudadanos había presentado una moción de infraestructuras que en su punto 6 abordaba esta cuestión. “Impulsar firmemente el aumento de la capacidad del aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat para mejorar su fiabilidad y convertirlo en un verdadero hub intercontinental, para lo que es necesario ampliar su infraestructura de aterrizaje y despegue”.

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ERC presentó una enmienda a ese punto que de hecho lo desvirtúa: “Acordar, durante el primer semestre de 2023, con la Cueva de España una comisión técnica que permita acordar el nuevo modelo aeroportuario que necesita Cataluña y que permita su modernización y mejoras en su capacidad para convertirse en un verdadero hub intercontinental con respecto a la biodiversidad, en la convivencia con los vecinos y las vecinas y en las directivas ambientales europeas, poniendo especial cuidado en la preservación del espacio natural protegido del delta del Llobregat”.

El escrito añadía: “Asimismo, que se trabaje técnicamente para buscar el consenso necesario y facilitar el desarrollo de un modelo aeroportuario en el que el Govem de la Generalitat forme parte de la gobernanza y que permita la conexión con alta velocidad ferroviaria de los aeropuertos de Girona y Reus para la mejora de la competitividad, garantizando el consenso territorial”.

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Se cumplía así una máxima de Napoleón: cuando quiero que se haga algo se lo encargo a alguien, cuando quiero que no se haga monto una comisión. Esquerra quiere montar una “comisión técnica” y con esa argucia saltarse lo acordado con Salvador Illa. La moción de Ciudadanos, sin embargo, salió adelante con el voto en contra de ERC, mientras que su enmienda no prosperó. Es el coste de contar con solo 33 diputados.

A la vista de todos

Uno de los problemas es que pasa a la vista de todos en el Parlament, mientras la oposición —JxCAT, PP, Cs y Vox— clama contra un supuesto nuevo tripartito evocando el Govern de Pasqual Maragall, cuando la situación tiene poco que ver. Josep Lluís Carod-Rovira se reunió con ETA, pero nunca se mostró tan desleal con los socialistas desde el primer día, como está pasando ahora.

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El aeropuerto es estratégico para la Cataluña productiva. El PSC quiere la ampliación, como los empresarios, la patronal Fomento del Trabajo o el Cercle de Economia. En Madrid, Barajas ya ha aprobado su ampliación y estos sectores no quieren que la capital catalana quede convertida en una plaza económica de segunda. Más teniendo a Aena dispuesta a invertir en El Prat 1.700 millones. Mientras los comunes —y ERC— se oponen a la ampliación del aeropuerto, Unidas Podemos no pone pega ninguna a que la terminal madrileña pueda recibir más vuelos. La inquietud ecológica desaparece a 600 kilómetros de distancia. La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, se paseó en Barcelona junto con Ada Colau obviando el tema de Barajas y la posición de su partido.

Asunción de responsabilidades

Pero no fue Colau la que tumbó la ampliación de El Prat. Fue Pere Aragonès como presidente de la Generalitat. Fue ERC, que considera que su alianza con los comunes resulta clave para su política municipal. La apuesta de ERC es una comisión que dilate los tiempos. La del PSC, como plantea la moción de Cs, pasa por un calendario claro para llevar a cabo el proyecto lo antes posible. Aragonès cuenta con haber transigido con la B-40, pero no piensa tragarse más sapos. La actuación sobre la carretera y la foto con Salvador Illa. Y punto. Nada más. El aeropuerto es el cabo suelto en el crimen perfecto de los republicanos para gobernar con solo 33 diputados. Así que puede que haya habido pacto, pero todo apunta a que no será muy duradero.