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Cataluña se convierte en el último gran granero electoral de Pedro Sánchez
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Una reserva de un millón de votos

Cataluña se convierte en el último gran granero electoral de Pedro Sánchez

El peso electoral del PSC será decisivo para que el presidente del Gobierno pueda continuar más tiempo en la Moncloa

Foto: Illa, en el ciclo "Aragón-Cataluña. Relaciones históricas". (EFE/Toni Galán)
Illa, en el ciclo "Aragón-Cataluña. Relaciones históricas". (EFE/Toni Galán)

Tras la debacle de las elecciones en Andalucía, Cataluña es el último granero de votos que le queda a Pedro Sánchez para resistir la oleada de los populares. El presidente tiene año y medio para administrar una reserva de votos que puede rondar entre los 900.000 y el millón, teniendo en cuenta la tendencia alcista que lleva el PSC en la comunidad. Todo se jugará en las elecciones municipales de mayo del 2023 y en las generales, que pueden ser a finales de ese mismo año o, como muy tarde, a principios del siguiente. En todo caso, el electorado socialista catalán puede ser decisivo para seguir en Moncloa.

Hasta ahora, el socialismo en España siempre había tenido dos palancas para llegar al Gobierno central: combinar buenos resultados en Andalucía y Cataluña. Ahora el camino se vuelve más complejo. Como explican expertos demoscópicos, no hay que precipitarse en los diagnósticos sobre el futuro de Pedro Sánchez. Los resultados han sido malos en Andalucía, pero todavía quedan 18 meses para los próximos comicios generales y eso en política es mucho tiempo.

En términos absolutos, la Comunidad Valenciana puede suponer más votos: 637.000 papeletas para el socialismo. Pero para que se produzca el efecto relevante hace falta que haya una gran diferencia entre el socialismo y el PP. Eso pasaba históricamente en Andalucía. Y de manera más acusada todavía, en Cataluña. En las últimas generales, el PSC obtuvo doce escaños en el Congreso contra dos del PP. En el Levante, el PSOE logró diez escaños frente a ocho de los populares. En Valencia, la diferencia solo suma dos diputados. Por eso, Cataluña es la clave para la supervivencia del sanchismo.

En las últimas elecciones, las de noviembre de 2019, el PSC logró 794.666 votos en la región. No ganaron. Quedaron los segundos, después de ERC. En cambio, sí que lo hicieron en las autonómicas de diciembre de 2021, cuando Salvador Illa consiguió la victoria, aunque no pudo gobernar. Logró un total de 652.858 sufragios, pero la participación iba a la baja. Se espera que en las próximas generales haya un sorpaso y que el PSC vuelva a superar a ERC, al menos en número de votos.

La dependencia de Sánchez del PSC se prevé que sea mucho mayor en lo que queda de legislatura, pese a la reunión prevista para el día 15 entre el presidente del Ejecutivo central y Pere Aragonès. En la última encuesta de Ipsos para 'La Vanguardia' se muestra que el caso de espionaje de Pegasus ha afectado poco a los socialistas catalanes: a mediados de mayo eran el primer partido en estimación de voto, con el 22,5%.

Foto: El candidato del PP a la reelección de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. (EFE/José Manuel Vidal)

Las expectativas positivas del socialismo en Cataluña están muy ligadas a la buena tendencia que se dibuja en las municipales. Muy buenas en el área metropolitana de Barcelona y en diversas ciudades. No así en la capital, donde el resultado puede caer de lado del PSC, con Jaume Collboni, pero también de ERC o de Ada Colau. Este fin de semana, el ministro de Cultura, Miquel Iceta, descartaba en RAC-1 que fuera a ser candidato para la capital catalana: "Tenemos un candidato que puede salir adelante y convertirse en ser alcalde".

Las municipales de mayo de 2023 no son tan determinantes como los votos agregados de las autonómicas que se celebrarán al mismo tiempo. Eso incluye comunidades como Madrid, Aragón, Extremadura, Castilla-La Mancha, Asturias, Baleares, Canarias, Cantabria, Murcia, Navarra y La Rioja. Si el PP supera al PSOE en este parámetro, entonces se habrá consolidado el cambio de ciclo. Si no es así, Sánchez puede resistir.

Las municipales, como tal, supondrán poco botín para el socialismo. Pero el verdadero termómetro es el voto agregado en las once comunidades donde se celebrarán comicios, según explica Gabriel Colomé, profesor de Ciencia Política en la UAB. En Cataluña no hay elecciones, pero sí que se votará en las generales y ahí es donde se activará esa reserva de votos fundamental para el socialismo.

Las andaluzas dibujan un cambio de tendencia, pero ha de consolidarse en mayo del 2023

Reserva de votos

La clave es mantener esa reserva del electorado en Cataluña durante los próximos 18 meses. Algo complicado, pero para lo cual ayudan algunas idiosincrasias específicamente catalanas. Así, el fenómeno independentista juega a favor de Pedro Sánchez, pero no por los pactos en el Congreso, sino por la desmovilización que vive el mundo soberanista. En las últimas autonómicas, el movimiento ya perdió 700.000 votos. Y para las generales todavía se moviliza aún menos. Eso puede favorecer al PSC en el reparto final de escaños que se jugarán en Cataluña. Esta semana se ha vendido como un gran éxito que 200 personas, la mayoría de avanzada edad, protestaran contra una conferencia del presidente de la sala segunda del Tribunal Supremo, Manuel Marchena. La calle sigue sin tirar del movimiento.

placeholder Salvador Illa y Pedro Sánchez clausuran el Congreso Extraordinario de los socialistas catalanes celebrado en diciembre de 2021. (EFE/Marta Pérez)
Salvador Illa y Pedro Sánchez clausuran el Congreso Extraordinario de los socialistas catalanes celebrado en diciembre de 2021. (EFE/Marta Pérez)

Los indultos y el pacto por la escuela catalana ayudan a este objetivo de mantener el granero en clave catalana, aunque sean mal vistos en el resto de España. En cambio, los problemas con las inversiones en infraestructuras, no. El partido para Pedro Sánchez se complica mucho sin Andalucía. Pero sin Cataluña resulta imposible. La batalla por el centro en los próximos meses entre PP y PSOE pasa por la segunda comunidad. Y el PSC jugará un rol fundamental.

Tras la debacle de las elecciones en Andalucía, Cataluña es el último granero de votos que le queda a Pedro Sánchez para resistir la oleada de los populares. El presidente tiene año y medio para administrar una reserva de votos que puede rondar entre los 900.000 y el millón, teniendo en cuenta la tendencia alcista que lleva el PSC en la comunidad. Todo se jugará en las elecciones municipales de mayo del 2023 y en las generales, que pueden ser a finales de ese mismo año o, como muy tarde, a principios del siguiente. En todo caso, el electorado socialista catalán puede ser decisivo para seguir en Moncloa.

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