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Aragonès en el alambre: los comunes encarecen su apoyo en el Parlament
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Se complica la legislatura catalana

Aragonès en el alambre: los comunes encarecen su apoyo en el Parlament

La coalición soberanista en la Generalitat necesita a los de Jéssica Albiach más que nunca porque tras el caso del ya exdiputado anticapitalista Pau Juvillà, la CUP está más lejos

Foto: La presidenta del grupo parlamentario de En Comú Podem, Jéssica Albiach. (EFE/Quique García)
La presidenta del grupo parlamentario de En Comú Podem, Jéssica Albiach. (EFE/Quique García)

Los Comunes no cumplirán su amenaza. Al final, según fuentes de los de Jéssica Albiach en el Parlament, se seguirán negociando los apoyos a la Generalitat en aquellas cuestiones que les interesen como la nueva Ley de Vivienda, las rebajas de impuestos a las clases bajas o nuevos tributos como el que quieren aplicar a los alimentos hiperelaborados. Ahora sí, las negociaciones serán más arduas, después que Gabriel Rufián dejase en la estacada la reforma laboral de Yolanda Díaz y pusiese en riesgo el Gobierno de coalición que preside Pedro Sánchez.

En la práctica pasará lo mismo que en el Congreso. Los dos parlamentos están unidos por un hilo muy fino. Cuando Pedro Sánchez no hace pie con sus apoyos parlamentarios a Pere Aragonès le llega el agua al cuello. Ni ERC ni Podemos ni el PSOE quieren que caiga el Gobierno central; por tanto, están obligados a entenderse. Y más ahora que Pedro Sánchez tiene claro que cuenta con dos diputados menos para sus pactos, los dos de UPN, que ahora de facto ya son como si fuesen diputados del PP, explican fuentes de Podemos.

Foto: Rufián en el pleno del Congreso donde se votará la reforma laboral. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

De modo que no se trata de dejar en la estacada al ejecutivo de Aragonès, sino de hacerse valer más. Según fuentes de los Comunes lo que se prevé desde esta formación es que las próximas negociaciones en la cámara catalana resulten más arduas a la hora de sacar adelante los proyectos de ley.

Pere Aragonès necesita a los de Jéssica Albiach más que nunca. Tras el caso del ya exdiputado anticapitalista Pau Juvillà, la CUP está más lejos de ERC y de JxCAT que cuando empezó la legislatura. La crisis es tal que Carles Riera ha salido de su segunda línea e incluso se ha autopropuesto para presidir el Parlament. La semana que iba a ser el ejemplo de la unidad independentista frente a la represión española ha acabado como la semana de las bofetadas entre los propios soberanistas.

En este clima y con Aragonès habiendo fijado una conferencia política da un nuevo empujón al movimiento el próximo 14 de febrero, resulta muy difícil ocultar la debilidad del ejecutivo catalán. Este viernes Aragonès se reunió con Òmnium y con la ANC, ya que la CUP se ha negado por ahora a verse con él, ante la impotencia mostrada por el independentismo para defender a Juvillà, condenando por el TSJC por no haber retirado unos lazos amarillos tal como le exigió la Junta Electoral Central (JEC).

Deberes pendientes

Entre leyes, decretos y reglamentos, Aragonès se ha comprometido en su plan de gobierno a impulsar más de 200 proyectos durante la legislatura. Para ello necesita el respaldo de algún grupo, porque sin la CUP se ha quedado sin mayoría en la cámara catalana. Los Comunes fueron claves para rescatar los Presupuestos de la Generalitat. A partir de ahí se había dibujado un escenario en que los Comunes eran el principal apoyo de un Aragonès que había rechazado una y otra vez las ofertas del PSC desde el mes de agosto de darles apoyos puntuales. En otras palabras, sin los Comunes, la legislatura del gobierno de coalición de la Generalitat queda paralizada.

Gabriel Rufián ha convertido su choque con Yolanda Díaz en algo personal

Con los Comunes apretando en Barcelona, otro problema lo tiene Gabriel Rufián en la carrera de San Jerónimo. El líder de ERC en el Congreso se ha quedado solo y ha convertido su pulso con la vicepresidenta Yolanda Díaz en algo personal. A nadie se le escapa que Rufián y Díaz acabarán siendo rivales en las próximas elecciones generales y que el choque de esta semana anticipa una carrera por demostrar quién es más de izquierdas. Pere Aragonès, que además de presidente de la Generalitat es el secretario general de ERC, se ha puesto de perfil en esta crisis. No ha abierto la boca. Ahora el desastre del Congreso es solo responsabilidad de Gabriel Rufián que es también quien tendrá el problema si la Yolanda Díaz candidata se acaba llevando buena parte de los votos de los republicanos al ámbito de Podemos-Los Comunes.

Orejas al lobo

Lo cierto es que en ERC le vieron esta semana las orejas al lobo. Si Pedro Sánchez cae a los republicanos les irá peor. Y los defensores del cuánto peor mejor no son los de ERC, sino JxCAT, que también votó en contra de la reforma laboral desde el principio. Pero la estrategia de JxCAT en Madrid siempre ha sido desestabilizadora, lo contrario del partido de Oriol Junqueras.

El problema es que la inestabilidad que han creado en Madrid se traslada a un Parlament que no necesita nada para desestabilizarse porque lleva ya desde la legislatura anterior sumido en el caos. El reto para Aragonès pasa por intentar primero aislar el Parlament de las turbulencias provenientes de Madrid y luego pacificar la cámara catalana, donde la coalición en cabeza pactó poner al frente a la incendiaria Laura Borràs. Nada de eso será fácil de conseguir. No hablemos ya de su objetivo de revitalizar el movimiento independentista. Si consigue un poco de calma en el Parc de la Ciutadella ya habrá logrado un gran éxito.

Los Comunes no cumplirán su amenaza. Al final, según fuentes de los de Jéssica Albiach en el Parlament, se seguirán negociando los apoyos a la Generalitat en aquellas cuestiones que les interesen como la nueva Ley de Vivienda, las rebajas de impuestos a las clases bajas o nuevos tributos como el que quieren aplicar a los alimentos hiperelaborados. Ahora sí, las negociaciones serán más arduas, después que Gabriel Rufián dejase en la estacada la reforma laboral de Yolanda Díaz y pusiese en riesgo el Gobierno de coalición que preside Pedro Sánchez.

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