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Torra cede ante Sánchez e irá a la mesa de diálogo aunque no logre el mediador
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Tras pasar un día descolocados

Torra cede ante Sánchez e irá a la mesa de diálogo aunque no logre el mediador

En el Gobierno y en la cúpula del PSOE también tenían la impresión de que al final el presidente catalán se avendrá a viajar a Madrid y que se reunirá con el Ejecutivo en Moncloa

Foto: Pedro Sánchez y Quim Torra, antes de su reunión del pasado 6 de febrero, en Barcelona. (EFE)
Pedro Sánchez y Quim Torra, antes de su reunión del pasado 6 de febrero, en Barcelona. (EFE)

Quim Torra irá a la reunión del lunes con Pedro Sánchez en la Moncloa, aseguran fuentes del Palau, aunque sus portavoces oficiales seguían ayer jugando al despiste. Tras pasarse un día entero fuera de juego, la realidad se ha ido imponiendo y en la Generalitat han empezado a asumir que no podían quedarse desplazados de la mesa de diálogo. JxCAT y Carles Puigdemont fueron los que exigieron que la mesa fuera de Gobierno a Gobierno y han quedado atrapados en su propio condicionamiento. Torra y los suyos asumen, por la vía de los hechos, que no habrá mediador. Punto para Sánchez.

Torra ya había quedado en una posición de extrema debilidad. Sánchez no ha sido elegante (para JxCAT), pero ha tenido la habilidad de pactar la fecha con ERC, que la conocía previamente, y de avanzarla al público cuando Torra no había aceptado todavía, colocando así al 'president' de la Generalitat entre la espada y la pared.

Torra se había aferrado a la figura del mediador para intentar atrasar la reunión. Pero ayer, cuando la portavoz, Meritxell Budó, salió a dar la cara tras el Consell Executiu, lo cierto es que ya no tenían el apoyo de ERC, según aseguran fuentes de este partido y de JxCAT. ERC estaba jugando con toda la ventaja y Budó se encontraba tan vendida que defendió la figura del mediador con la boca pequeña. El mediador había pasado de ser una línea roja a una línea discontinua.

Foto: Pedro Sánchez, este 19 de febrero durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso. (EFE)

En el Gobierno y en la cúpula del PSOE también tenían la impresión en la noche del miércoles de que Torra se avendrá a viajar para reunirse en la Moncloa con Sánchez. En la dirección del partido recordaban que la portavoz de JxCAT en el Congreso, Laura Borràs, había comenzado denunciando que el Gobierno trata de "imponer" la fecha a la Generalitat para acabar afirmando que el 'president' hará "todo lo posible" por acudir a la cita. "No le queda alternativa a Torra", valoraban.

Ahora Torra tendrá que ir a la reunión, porque el riesgo era que la mesa arrancase sin él y con Sánchez sentado frente a Pere Aragonès, el vicepresidente que ya se ha asegurado formar parte de la mesa. Así que no había margen para resistirse. Formalmente, Torra sigue alegando problemas de agenda.

Fuentes de JxCAT apuestan por que Torra mantendrá viva la mesa hasta que considere que la precampaña ha acabado y que arranca la campaña. Entonces será cuando se levante y se acabe la mesa. Pero para eso es pronto. Así que la primera reunión tendrá que celebrarse. En JxCAT todavía se aferraban ayer al mediador, tal y como aseguró el portavoz parlamentario adjunto, Eduard Pujol, pero ya sonó más a declaración retórica que a voluntad política firme.

Posición de desventaja

En justicia, hay que reconocer que Torra partía con desventaja. Había aceptado participar en una mesa que lidera ERC, un partido que no preside la Generalitat. Así, mientras Torra daba largas, Gabriel Rufián desde Madrid aseguraba con la socialista Adriana Lastra que la reunión sería a finales de febrero. Sin pestañear. Ahora se ha visto quién marcaba el paso. En la presentación del libro 'El independentismo pragmático', Aragonès pedía “ir al grano” en la cuestión de la mesa de diálogo.

Quim Torra había quedado en una situación de desventaja: debía encabezar una mesa que lideraba ERC y que no pareciera que se oponía al diálogo

El Gobierno quería marcar el tanto, dejar ver que si finalmente no hubiera mesa de diálogo este mes no sería por su falta de compromiso con el elemento central que acordó con ERC para que desbloqueara la investidura de Sánchez. De ahí que, el martes, la ministra portavoz, María Jesús Montero, subrayara que el presidente no había cambiado sus planes y mantenía firme su propósito de constituir el foro entre gobiernos sin dilación. También advertía de que no habría en ningún caso un mediador, pues serían "testigos" los españoles, sin necesidad de ninguna otra figura. Fuentes del Ejecutivo indicaban posteriormente que apreciaban "intereses electorales" en JxCAT. Es decir, que Torra solo se movía por su pugna con ERC.

Pedro Sánchez propone el lunes 24 de febrero para la mesa de diálogo con la Generalitat

La mano de Rufián

Los socialistas se movían, mientras, con su interlocutor preferente, ERC. Así, los dos portavoces parlamentarios, Lastra y Rufián, trabajaron para amarrar la fecha del 24 de febrero. En realidad, convenían fuentes del partido republicano, era el único hueco lógico, una vez superado el Consejo Europeo que comienza este jueves en Bruselas y al que Sánchez acude, y antes del Consejo de Ministros del martes y la intensa actividad parlamentaria de ese día y del miércoles, y antes también del acto del 'expresident' Puigdemont en Perpiñán, el sábado 29, al que Torra previsiblemente irá. Rufián, indisimuladamente, celebró como "buena noticia" la propuesta lanzada desde Moncloa, de la que era perfectamente conocedor antes de que se comunicara de manera oficial.

Lo que no ha dicho el jefe del Ejecutivo es quiénes le acompañarán en esa primera reunión. Él la encabezará en el estreno, como acordó con Torra en Barcelona el pasado día 6, y tendrá a su lado al vicepresidente segundo, Pablo Iglesias. Se espera que también elija a su número dos y mano derecha en el Gobierno, Carmen Calvo, y al ministro de Sanidad, Salvador Illa, secretario de Organización del PSC y hombre ya integrado en los 'maitines' de cada lunes y en la comisión permanente del PSOE, todo un valor en ascenso en el Gabinete.

Quim Torra irá a la reunión del lunes con Pedro Sánchez en la Moncloa, aseguran fuentes del Palau, aunque sus portavoces oficiales seguían ayer jugando al despiste. Tras pasarse un día entero fuera de juego, la realidad se ha ido imponiendo y en la Generalitat han empezado a asumir que no podían quedarse desplazados de la mesa de diálogo. JxCAT y Carles Puigdemont fueron los que exigieron que la mesa fuera de Gobierno a Gobierno y han quedado atrapados en su propio condicionamiento. Torra y los suyos asumen, por la vía de los hechos, que no habrá mediador. Punto para Sánchez.

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