ERC acepta un acuerdo de mínimos sin amnistía a la espera del Consell Nacional

ERC ha aceptado un acuerdo de mínimos con el PSOE a la espera de lo que diga el Consell Nacional, un órgano del partido que Oriol Junqueras tiene especialmente controlado, como se demostró en la última reunión del mismo, el pasado 21 de diciembre. La portavoz de ERC Marta Vilalta, en una rueda de prensa en la que no explicó nada del pacto, no dijo ninguna de las dos palabras claves: ni amnistía ni autodeterminación y lo fio todo a “una mesa de diálogo entre gobiernos”. La reunión tras la ejecutiva sólo dejó claro que ERC ha puesto la directa para facilitar la investidura de Pedro Sánchez.

“Se reconoce que existe un conflicto político”, ha mostrado Marta Vilalta como gran victoria de su negociación, algo que ya se sabía desde la primera reunión. Pero no ha ofrecido más detalles del acuerdo “por respeto a la militancia”. Para tener a los periodistas esperando más de una hora, la rueda de prensa ha resultado altamente decepcionante.

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J. Bocanegra

Pero se despeja el camino de Pedro Sánchez hacia la investidura. Además, se convoca el Consell Nacional de ERC el día 2 de enero a las 17.00 horas. Es decir, el máximo órgano del partido entre congresos votará antes de saber si la Junta Electoral Central (JEC) opta por la destitución exprés de Quim Torra por haber sido inhabilitado por no haber descolgado las pancartas del Palau de la Generalitat en período de elecciones, una situación que avanzó en su día El Confidencial. Es decir, pase lo que pase con Torra no afectará al acuerdo de investidura, Pedro Sánchez desvincula así su futuro de lo que pueda decidir la JEC. Torra se queda solo. La solidaridad que pueda esperar de ERC en caso de ser cesado resultará sólo testimonial.

JxCAT no ha tardado ni un minuto en emitir un comunicado manifestándose en contra del acuerdo: “El pacto no supone ningún progreso, sino que muchos de sus aspectos podrían haber firmado partidos españoles hace una o dos décadas, haciendo patente un desconocimiento profundo de la realidad política y social de Cataluña. Por ejemplo, confiar en que la celebración anual de conferencias de presidentes autonómicos o la delimitación competencial puede ser un avance en la solución política es, en el mejor de los casos, un sarcasmo”, ha asegurado los de Puigdemont, que lo han descalificado porque “reedita el modelo autonómico de los últimos 40 años y no recoge las aspiraciones democráticas de una mayoría de la población catalana”. Lo más sorprendente es que JxCAT asegura que “ha analizado el contenido del acuerdo” cuando este seguía siendo secreto cuando se emitió la nota.

Govern tocado

El acuerdo de ERC con el PSOE deja tocado de muerto el Govern de Quim Torra en un momento clave en el que, además, Waterloo y todo lo que representa parece especialmente desorientado.

Según Marta Vilalta, “hemos batallado para que esta mesa de diálogo sea una realidad. Tenemos la oportunidad de sentarnos cara a cara con el Estado para defender una vía democrática". En la práctica, se asume el marco legal español, los límites de la Constitución española y se acepta la situación legal de los presos a los que sólo les quedaría esperar las medidas de tercer grado a las que, por ejemplo, ha podido acceder Iñaki Urdangarín u Oriol Pujol.

La rueda de prensa deja entrever que el acuerdo está hecho. Y que habrá diálogo político en la que habrá que ceder. Un diálogo que, a lo mejor, solo puede arrancar después de las elecciones en Cataluña, que ahora parecen ya inevitables. Con la investidura de Pedro Sánchez se acabará imponiendo la vía pragmática de Oriol Junqueras a los sueños de grandeza de Carles Puigdemont.