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Los radicales buscan el cuerpo a cuerpo en las calles y meten presión a Torra
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CAMPAÑA PARA BUSCAR MÁRTIRES Y CULPAR A ESPAÑA

Los radicales buscan el cuerpo a cuerpo en las calles y meten presión a Torra

Los círculos más radicales quieren acosar a Torra para que dé un paso adelante y practique la desobediencia a las leyes españolas y a las sentencias y fallos de los tribunales

Foto: Mossos cargan contra independentistas para proteger la manifestación de policías. (EFE)
Mossos cargan contra independentistas para proteger la manifestación de policías. (EFE)

La batalla campal vivida este sábado en Barcelona no fue ni improvisada ni espontánea. En realidad, es el fruto de una enrevesada estrategia independentista contra aquellos que no estén de acuerdo con la doctrina separatista. Se trata de una preocupante deriva perfectamente organizada a través de las redes sociales.

Durante toda la mañana, los comandos de los CDR y de grupos ultraindependentistas que pululaban por el centro de Barcelona recibían órdenes a través de las redes sociales. "Acabamos de cruzarnos a 8 o 10 que parecen peligrosos camino de la plaza de Sant Jaume en el Portal de l’Àngel", avisaban a través de sus foros. "Los de Laietana habrían de ir hacia plaza de Cataluña y no dejar que entren", clamaban justamente cuando comenzaba la manifestación. "Hay grupos que ya van hacia allá", respondía otro. "Es preciso 'petar' (reventar) el acto de plaza de Cataluña, donde piensan entregar los diplomas", ordenaban los organizadores.

"Llega L-RAD [cañón de sonido para dispersar manifestantes]. Proteged las orejas", avisaba uno de los radicales. Y otro: "Atención: Todos hacia la calle Ferrán, vamos hacia las Ramblas. Seguimos luchando para echar al fascismo de nuestras calles". En medio, el centro Iridia, una de las plataformas controladas por dirigentes políticos radicales (entre ellos un teniente de alcalde de Barcelona). "Si padeces una situación de violencia institucional, puedes ponerte en contacto con nosotros", decían, aportando un número de móvil.

Entre los manfiestantes seis independentistas fueron detenidos el sábado y, aunque ya han sido puestos en libertad, están acusados de un delito de atentado contra la autoridad por haber herido a un Mosso.

24 heridos en las manifestaciones de policías e independentistas en Barcelona.

La violencia independentista es dual: física y psicológica. "Que se llegue a la violencia es normal. Llevamos años que nos están machacando y al final, la gente se quema. Me parece increíble pensar que llegaremos a una República con lirios, florecitas y sonrisitas", dejaba oír una activista en un mensaje por las redes. Sobran las palabras. Otro enigmático mensaje de un foro radical también es preocupante: "El fascismo no se combate con lirios, pero tampoco con colores [en referencia al baño de pintura con que los CDR obsequiaron a los Mossos d’Esquadra que protegían la manifestación legal].

placeholder Mossos d'Esquadra ante los manifestantes independentistas durante la mañana del sábado. (EFE)
Mossos d'Esquadra ante los manifestantes independentistas durante la mañana del sábado. (EFE)

Reventar la manifestación

En realidad, de lo que se trataba era de 'reventar' la manifestación de policías convocada por Jusapol para reclamar equiparación de salarios, pero procurando que los violentos y los antidemocráticos pareciesen los manifestantes que habían pedido todos los permisos. La estrategia se condensa en una peligrosa afirmación: "No quiero un país digno. Quiero un país libre", dejaba ir un 'hiperventilado'.

Este jueves, se distribuyeron entre los independentistas mensajes muy concretos: "El sábado hemos de gritar lo siguiente en la plaza de Sant Jaume [donde ha de acabar la manifestación de policías]: 'Fuera las fuerzas de ocupación', 'Las calles serán siempre nuestras', ¿Buch [consejero de Interior, a quien se acusa de permitir la mani], dimisión', y 'Somos República'", avisaban a través de las comunicaciones internas diferentes grupos de radicales.

Foto: Aficionados de Eslovenia muestran su bandera durante un partido de baloncesto. (EFE)

El viernes, los mensajes eran más inquietantes: "Pueblo, el 29-S y el 1-O protegeos. Es muy importante y daremos más detalles el mismo día. Es imprescindible llevar, como mínimo, casco y mochila llena a la espalda. Que nadie se pueda hacer daño por las armas prohibidas en manos de los manifestantes fascistas". En otras palabras: nada de improvisación.

El belicismo que se desprende de las consignas ha contaminado a amplias capas del independentismo, hasta el punto de que un moderado separatista afirmaba este viernes que no entiende "cómo el Govern de Cataluña autoriza una manifestación como esta (…) es indiscutible que esta gente significa un peligro para la convivencia, que no se puede eludir y que será altísimo (…) La provocación tendrá una respuesta ciudadana segura, que ha de ser muy contundente en el fondo pero que habrá de eludir las imágenes de violencia que el Estado español busca continuamente (…) La obsesión, lo sabemos todos, es poder mostrar al mundo independentista como catalanes violentos para contrarrestar las imágenes del primero de octubre, que tanto daño les hizo a ellos".

placeholder Los Mossos d'Esquadra cargan contra grupos de independentistas en Barcelona. (EFE)
Los Mossos d'Esquadra cargan contra grupos de independentistas en Barcelona. (EFE)

Escenarios posibles

El caldo de cultivo de un nacionalismo excluyente y violento, no obstante, se encuentra en un pequeño núcleo del independentismo. Uno de los dirigentes (y administrador de varios foros en las redes sociales) enviaba esta semana un mensaje inquietante a sus correligionarios preparándolos para las semanas venideras. En esa comunicación, planteaba dos escenarios políticos posibles.

Tensión en Barcelona entre una manifestación de policías y los independentistas.

El primer escenario es que "el Govern da un ultimátum al Gobierno del Reino, ofreciendo un referéndum pactado, con pregunta binaria. Este ultimátum ha de ser corto: 90 días o 120, pero no mucho más. El Reino acepta y volvemos a votar, con supervisión de la ONU. Si ganamos, somos Estado. Este escenario es el menos probable, dado que el Reino no cederá ni para votar".

Foto: Imagen de las cargas de los Mossos en Barcelona. (Reuters)

Lo inquietante, pues, es el segundo escenario: “El Gobierno del Reino se niega ni siquiera a contemplar la opción 1 y, por lo tanto, Cataluña tira adelante unilateralmente. Entre tanto, Llarena dictará 20 años de prisión para todos los rehenes y habremos de decidir (si todavía formamos parte del Reino) si queremos desobedecer y liberarlos. Si los liberamos, o hacemos afectiva la Declaración [de independencia proclamada en el Parlament], será el detonante de la parte más mala: nos intentarán aplicar el 155 otra vez, o peor, estado de sitio, por ejemplo. Y los ciudadanos recibiremos [golpes] de los 'piolines' o de los soldados, o de ambos. Algunos de los nuestros morirán. Posiblemente, decenas. Posiblemente, centenares. Cuando haya muerto suficiente gente, la UE y la ONU intervendrán por fin y acabarán imponiendo el escenario 1”. A partir de ahí, añade, el pueblo catalán ganará, "pero nada nos vendrá, ni para bueno ni para malo, sin acción y determinación por parte del Govern. Y eso ha de comenzar ya, diciéndonos a la cara qué se propone y cuáles son los riesgos. Las camisetas de color coral [las de la Diada] se han acabado. Ahora toca política y contundencia".

La justificación del belicista mensaje es que "hemos ganado dos referéndums y tres elecciones y somos mayoría (…) hemos ganado democrática y cívicamente a todos los niveles, y nuestro 'procés' ha liquidado, como mínimo, a tres partidos catalanes, decenas o centenares de carreras políticas de los peores chupópteros y vividores".

placeholder Ramon Tremosa en una imagen de archivo. (EFE)
Ramon Tremosa en una imagen de archivo. (EFE)

Tremosa rompió el fuego

No es el primer mensaje de estas características. En la memoria histórica está colgada la alusión del eurodiputado Ramon Tremosa (PDeCAT), tras el referéndum ilegal del año pasado, de que Cataluña podría escoger la 'vía Eslovena', afirmación que fue entendida como un salto cualitativo en la ristra de bravuconadas del independentismo: a nadie se le escapa lo que ocurrió en Eslovenia.

[Álbum: Todas las imágenes de los enfrentamientos en Barcelona]

El radicalismo arreció los últimos meses, después de la formación del Gobierno de Quim Torra y de que se abriese una auténtica 'guerra civil' en el soberanismo catalán sobre quién controla las calles. Y se produce una curiosa situación: por una parte, el ‘president’ alienta las revueltas ‘pacíficas’ y la ocupación del espacio público por parte del separatismo; por otro, controla mimosamente que su gobierno no vulnere la ley para evitar problemas con la justicia y alejar el peligro de que se vuelva a aplicar el 155.

Pero los círculos más radicales quieren acosarle para que dé un paso adelante y practique la desobediencia a las leyes españolas y a las sentencias y fallos de los tribunales. Y tras la Diada de Cataluña del 11 de septiembre y la proximidad del aniversario del referéndum ilegal del 1 de octubre, los ánimos se han encrespado.

placeholder Los Mossos d'Esquadra desalojan manifestantes en la AP-7. (EFE)
Los Mossos d'Esquadra desalojan manifestantes en la AP-7. (EFE)

Cortes de vías de comunicación

Este envalentonamiento tiene mucho que ver con la cercanía del 1 de octubre, aniversario del referéndum ilegal. Para unificar las convocatorias, se creó hace poco la Plataforma 1-O, a la que apoyan los principales partidos independentistas, ANC, Òmnium y los CDR. Esta plataforma es la que ha convocado concentraciones a las 12 del mediodía ante los centros de trabajo y la manifestación en Barcelona el mismo día por la tarde.

[Vídeo de las agresiones: "Te cortaría la cabeza ahora mismo"]

Ante la posibilidad de que una 'huelga de país' no sea secundada mayoritariamente (entre otras cosas, porque los sindicatos mayoritarios no la apoyan), los independentistas han ido dando tumbos. Y hay propuestas para todos los gustos. El CDR de Girona alertaba: "Este 1 de octubre, estad preparados para movilizarnos de madrugada: recuperaremos las calles, desobedeceremos, disputaremos el poder al Estado, exigiremos República ya, lucharemos por la libertad". Uno de los carteles oficiales distribuidos por CDR Cataluña lleva el lema 'Este 1 de octubre no vayas a trabajar, defiende la República', con el sempiterno logo de 'otoño caliente'.

Foto: Los Mossos cargan contra los soberanistas. (EFE)

Otros CDR reclamaban que los ciudadanos pidan fiesta en sus trabajos. Bajo los lemas 'otoño caliente' y '1 de Octubre, a la calle', los radicales quieren dejar oír su voz. "El 1 de octubre, pide fiesta y participa en la acción de tu CDR más próximo", animaba otro mensaje de esta semana. Y otro: "El 1 de octubre defenderemos la República que votamos. Preparaos para un día de acciones desobedientes".

Desde la plataforma Crides 2018-2019, se lanzó, asimismo, otra consigna: "El lunes a las 5 de la mañana haremos una sentada justo bajo el puente de Sarajevo, en la entrada de Barcelona, para que nadie pueda entrar ni salir de Barcelona y se haga el paro. La sentada será hasta las 11 horas, ya que a las 12 del mediodía hay manifestación de estudiantes en la plaza de Universidad".

Otros mensajes distribuidos a través de Twitter alertan de la posibilidad de realizar cortes de circulación de las principales vías de comunicación, especialmente en Soses (cerca de Fraga), La Junquera (en la frontera con Francia) y Amposta (en dirección Castellón). Estas acciones, sin embargo, no estaban consensuadas por todos los círculos independentistas.

La batalla campal vivida este sábado en Barcelona no fue ni improvisada ni espontánea. En realidad, es el fruto de una enrevesada estrategia independentista contra aquellos que no estén de acuerdo con la doctrina separatista. Se trata de una preocupante deriva perfectamente organizada a través de las redes sociales.

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