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La corte de Puigdemont: Jordi Turull es el hombre en la recámara del PDeCAT
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LOS LÍDERES DE AMI Y ACM SE QUEDAN SIN ESCAÑO

La corte de Puigdemont: Jordi Turull es el hombre en la recámara del PDeCAT

Comienzan a sonar nombres para ocupar el lugar del 'expresident' para el caso de que no pueda volver a Cataluña y ser investido. El que más suena es el exconsejero,cuarto en la lista de JxCat

Foto: El exconseller Jordi Turull. (EFE)
El exconseller Jordi Turull. (EFE)

Hay dos clases de personas alrededor de Puigdemont: los que tienen protagonismo político y los que tienen protagonismo personal. Entre estos últimos, se encuentran su esposa, Marcela Topor, su amigo el empresario Josep Maria Matamala o Lluís Escolà, el sargento de los Mossos d’Esquadra que pidió días de asuntos propios para estar junto a él en Bélgica (en otras palabras, que un agente de la autoridad se escapa para escoltar a un ciudadano sobre el que la justicia ha dictado orden de detención). Escolà pasó de ser su escolta a ser su amigo. Ahora, tiene abierto expediente en el cuerpo precisamente porque en su condición de agente no puede ayudar a un huido de la justicia.

placeholder El abogado de Puigdemont, Paul Bekaert. (Reuters)
El abogado de Puigdemont, Paul Bekaert. (Reuters)

Matamala, por su parte, es el hombre que le ha facilitado su estancia en tierras belgas desde el principio. Los primeros días de la huida, la presencia del empresario (exconcejal de CiU en el Ayuntamiento de Girona) era constante. En los días de campaña, no se le veía tanto, pero ello no significa que no estuviese siempre tras el ‘expresident’. Desde círculos políticos independentistas se admite incluso que Matamala podría ser quien sufragaba algunos de los gastos del ‘expresident’ en tierras belgas. Los rumores dentro del PDeCAT, por otra parte, apuntan a que el carísimo abogado que Puigdemont tiene en Bélgica, Paul Bekaert, ya se habría embolsado más de 500.000 euros en minutas y provisiones de fondos.

En el plano político, la persona de mayor confianza es Elsa Artadi, número 10 en la lista por Barcelona y directora de campaña. Artadi es también directora de Coordinación Interdepartamental de la Generalitat, pero llegó a un acuerdo con el Gobierno central –que es, en última instancia, quien manda en la Generalitat en estos momentos gracias a la aplicación del artículo 155 de la Constitución- para tener días de fiesta y poder dedicarse a la campaña. La excusa para realizar la petición era que otros muchos cargos públicos, tanto catalanes como del Gobierno central, han participado siempre en las campañas electorales sin problema alguno.

Foto:  La directora de campaña de Junts per Catalunya, Elsa Artadi. (EFE)

Artadi negoció esa dedicación exclusiva, que le implicaba seguir cobrando su suculento salario público, con ayuda del diputado Jordi Xuclà. Éste se ha mantenido como puente entre el Gobierno central y el PP con el PDeCAT. Es más: todas las negociaciones que ha habido entre independentistas y populares pasaron por la mano del actual hombre fuerte catalán en el Congreso. Él fue quien negoció, por ejemplo, el apoyo convergente al decreto de la estiba que el Gobierno central sacó adelante con el apoyo del PDeCAT. Curiosamente, mientras se producía ese apoyo, se permitía que el nacionalista Sixte Cambra (amigo íntimo de Artur Mas) continuase presidiendo el Puerto de Barcelona. Y, otra curiosidad, el Ministerio de Cultura se ausentaba de una crucial reunión del Consorcio del Palau de la Música en una sesión en la que este órgano decidió no ejercer como acusación particular contra Convergència por haber desviado varios millones de euros hacia las arcas de este partido. Y es que favor con favor se paga.

Artadi, fichada para la Generalitat en 2011, ahora cuenta con el apoyo implícito de Mas y de los suyos

Artadi es una economista que Artur Mas fichó para la Generalitat en 2011. Es más: ahora cuenta con el apoyo implícito de Mas y de los suyos. En 2015, fue nombrada secretaria de Hacienda, con la orden de preparar la estructura de Estado de Hacienda y preparar al fisco catalán para asumir la recaudación y gestión de todos los impuestos.

Turull, en la recámara

Pero mientras prepara la hoja de ruta para las próximas semanas, su equipo deshoja la margarita para decidir los próximos pasos a seguir. Existe la posibilidad de que Puigdemont se presente en Barcelona, aún a riesgo de ser detenido. Si quiere ser investido, ha de regresar a Cataluña. Pero lo cierto es que también comienzan a sonar nombres para ocupar su lugar para el caso de que no pueda ejercer como ‘president’. El que suena con más intensidad es el de Jordi Turull, exconsejero de Presidencia y expresidente del grupo parlamentario de Junts pel Sí (JxS).

Foto: El 'exconseller' y número 4 de la candidatura de Junts per Catalunya (JxCat), Jordi Turull (c), celebra los resultados. (EFE)
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Turull es un veterano de la política que ha ejercido como portavoz de la Generalitat desde antes del verano. En la lista de JxCat, iba en cuarta posición, tras Puigdemont, Jordi Sánchez (expresidentes de la ANC, que está en prisión) y Clara Ponsatí, exconsejera de Educación, que se encuentra también huida en Bélgica. Su conocimiento de la dinámica parlamentaria y la experiencia de pactos durante la pasada legislatura le confieren unas características especiales para pilotar la etapa futura. De hecho, es uno de los hombres del partido en los que más ha confiado y por ello le eligió para consejero de Presidencia y portavoz del Govern.

placeholder Carles Puigdemont (c), junto a los exconsellers Antoni Comín (2i), Clara Ponsatí (2d), Lluís Puig (d) y Meritxell Serret . (EFE)
Carles Puigdemont (c), junto a los exconsellers Antoni Comín (2i), Clara Ponsatí (2d), Lluís Puig (d) y Meritxell Serret . (EFE)

Estas elecciones, en cambio, dejaron muchos ‘cadáveres’ por el camino. Se da la circunstancia de que la presidenta de la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI), Neus Lloveras, se quedó sin escaño, ya que concurría en el puesto número 20 de la lista por Barcelona y por esta demarcación JxCat sólo obtuvo 17 escaños (a la provincia le corresponden 85 diputados). También se quedó sin escaño es expresidente de la Asociación Catalana de Municipios (ACM), Miquel Buch, que concurría en el lugar número 22. Dos de los representantes de las entidades municipalistas que tiraron del carro del ‘procés’, por tanto, han sido ahora ‘castigados’ en las urnas, aunque ello se haya debido, en realidad, al reparto de puestos que el equipo de Puigdemont asignó a los componentes de la candidatura.

Un exsocialista a la espera

Otro que se quedó sin escaño fue Ferran Mascarell, exsocialista, exconsejero de Cultura y exdelegado de la Generalitat en Madrid. Pero éste, según afirman, tiene cargo asegurado en el próximo Gobierno autonómico si fructifican las negociaciones de Puigdemont. Mascarell iba en el número 26 de Barcelona, mientras que el 27 lo ocupaba Maria Senserrich, una activa parlamentaria de la anterior legislatura que, en esta ocasión, no repetirá. El 28, estaba asignado para Santiago Vilanova, exlíder de los Verdes, que ya se arrimó a Convergència hace unos cuantos años.

En su segunda legislatura como primer edil, Morral pudo conservar el sillón gracias al Partido Popular

El primero en quedarse fuera en la demarcación de Barcelona, no obstante, es Antoni Morral, exalcalde comunista de Cerdanyola del Vallès y número 18 de la lista barcelonesa de Puigdemont. Morral fue alcalde durante dos legislaturas gracias a su pacto con CiU, desbancando al PSC, que fue siempre la fuerza más votada. En su segunda legislatura como primer edil, pudo conservar el sillón gracias al PP (en 2011, bajó de 9 a 5 concejales y, en 2015, ICV se quedó con sólo un representante, en una candidatura donde Morral iba cerrando la lista de manera testimonial). En 2014, Morral se incorporó a la Asamblea Nacional Catalana y ahora acaba aterrizando en la lista de Junts per Catalunya, herederos de sus antiguos socios de Convergència. Por cierto, su padre, que también se llamaba Antoni, había sido concejal de CiU en Cerdanyola.

Hay dos clases de personas alrededor de Puigdemont: los que tienen protagonismo político y los que tienen protagonismo personal. Entre estos últimos, se encuentran su esposa, Marcela Topor, su amigo el empresario Josep Maria Matamala o Lluís Escolà, el sargento de los Mossos d’Esquadra que pidió días de asuntos propios para estar junto a él en Bélgica (en otras palabras, que un agente de la autoridad se escapa para escoltar a un ciudadano sobre el que la justicia ha dictado orden de detención). Escolà pasó de ser su escolta a ser su amigo. Ahora, tiene abierto expediente en el cuerpo precisamente porque en su condición de agente no puede ayudar a un huido de la justicia.

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