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Calma y registros en las estaciones de trenes tras el atentado de Barcelona
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"yo no puedo decir nada"

Calma y registros en las estaciones de trenes tras el atentado de Barcelona

Los agentes no aclaran si los registros han aumentado desde ayer, pero los pasajeros son revisados antes de acceder a los vagones

Foto: Estación de Sans. (Foto: Pablo Gabilondo)
Estación de Sans. (Foto: Pablo Gabilondo)

Frente a la estación de tren de Barcelona Sants, tres vallas de plástico impiden que los vehículos entren en la zona peatonal y, junto a ellas, un guardia de seguridad controla el paso de los viajeros. “Yo no te puedo decir nada. No sabemos nada”, contesta ante las preguntas de El Confidencial sobre el dispositivo que se ha desplegado en este lugar tras el atentado del jueves. Aunque en la zona no se ven policías, el guardia responde con una sonrisa cuando se le comenta la posibilidad de que haya agentes de paisano. “Ya te he dicho que no te puede decir nada”, dice como despedida.

En el interior del edificio tampoco se ve agente alguno, pero en los controles de seguridad las cintas se detienen una y otra vez para comprobar lo que se esconde en el interior de las maletas. Además, los guardias pasan un detector de metales a todos los que quieren entrar a las vías, y a un joven de poco más de 20 años le hacen quitarse la gorra para comprobar que no esconde nada en su interior. “No te podemos decir nada”, responden una vez más a este diario cuando se les pregunta si se ha llevado a cabo algún cambio por el ataque terrorista. Segundos después, continúan con la búsqueda de cualquier artefacto sospechoso en los equipajes.

Más allá de las largas colas en los controles, lo sufrido este jueves en Barcelona se refleja en las conversaciones que mantienen los pasajeros mientras esperan a entrar en su tren. “Lo peor es que se veía venir”, comenta una señora de 40 años que viaja con su familia. Aunque todavía no han pasado ni 24 horas desde el suceso, el dolor inicial poco a poco va dando paso a una rabia que nace de la impotencia.

Frente a la estación de tren de Barcelona Sants, tres vallas de plástico impiden que los vehículos entren en la zona peatonal y, junto a ellas, un guardia de seguridad controla el paso de los viajeros. “Yo no te puedo decir nada. No sabemos nada”, contesta ante las preguntas de El Confidencial sobre el dispositivo que se ha desplegado en este lugar tras el atentado del jueves. Aunque en la zona no se ven policías, el guardia responde con una sonrisa cuando se le comenta la posibilidad de que haya agentes de paisano. “Ya te he dicho que no te puede decir nada”, dice como despedida.

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