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El cabildo, el contratista y el lío en Zaragoza con las obras de las torres del Pilar
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indemnización de 200.000 euros

El cabildo, el contratista y el lío en Zaragoza con las obras de las torres del Pilar

La contratación de la restauración de las torres del Pilar ha abierto el debate sobre la conservación de uno de los templos más visitados de España. El deán ha sido apartado de las obras y los trabajos están parados

Foto: Varios turistas con sus maletas por la Plaza de El Pilar. (EFE/Javier Belver)
Varios turistas con sus maletas por la Plaza de El Pilar. (EFE/Javier Belver)

En mayo, una de las torres del Pilar de Zaragoza sufría el desprendimiento de una piedra de dos kilos. Era el tercero en un año, lo que obligó a acordonar la torre afectada, esta vez la de Santa Leonor, y a que la propiedad, el Cabildo Metropolitano, se pusiera a actuar en consecuencia. Ya había habido desprendimientos en dos torres más y varias cornisas amenazaban con lo mismo, como había reflejado un estudio tras las caídas de piedras anteriores y las indicaciones del ayuntamiento.

Con esos precedentes, cuando el cabildo se puso manos a la obra, el deán recurrió a quien presentaba como el técnico de la basílica, Guillermo Jariod, de GJG Ingeniería SL, que había hecho un informe sobre las intervenciones necesarias y firmado un contrato, mientras se vallaba la torre de Nuestra Señora del Pilar para empezar la restauración. Pero la obra apenas pasó del vallado y de dos pisos de andamios, ya que dos días después se paralizaba por orden del arzobispado, "por no haber seguido los trámites pertinentes". Así sigue, mientras las únicas máquinas que se mueven en el entorno son para instalar el espectacular belén de la plaza del Pilar, de 1.200 metros cuadrados.

Un contrato controvertido

En medio de un mutismo absoluto, la Iglesia ha tenido que indemnizar a la empresa con 200.000 euros para romper el acuerdo, según publicó Heraldo de Aragón. El contrato lo firmó de forma unilateral el deán del cabildo, Joaquín Aguilar, a quien el arzobispado ha apartado del gobierno de la obra, a la vez que intentaba anular el acuerdo, sin éxito.

Foto: Héctor Gómez y Jorge Azcón en la inauguración de la Gala de la Movilidad y la Automoción en Zaragoza. (Europa Press/Ramón Comet)

El portavoz del arzobispado, José Antonio Calvo, explicaba que las obras no siguieron el cauce necesario, ya que tenían que haber sido evaluadas por el colegio de consultores y por el consejo de asuntos económicos de la diócesis, e incluso recibir el plácet de la Santa Sede, además de pasar por las comisiones de Patrimonio del arzobispado y de la comunidad autónoma. Y nada de eso había ocurrido.

Cuatro meses después, el 27 de octubre, la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón aprobaba el proyecto, el mismo por el que se ha indemnizado a GJG Ingeniería, y que esta empresa había encargado a dos arquitectos zaragozanos, Carlos Lalinde y Carlos Labarquilla, de larga trayectoria profesional.

placeholder Las obras de restauración de la torre llamada Nuestra Señora del Pilar se pararon en julio a los dos días de iniciarse, tras empezar la colocación de los andamios. (G.C.)
Las obras de restauración de la torre llamada Nuestra Señora del Pilar se pararon en julio a los dos días de iniciarse, tras empezar la colocación de los andamios. (G.C.)

El proyecto, que según quienes lo han visto es muy completo, obtuvo el nihil obstat institucional pocos días después de que se rescindiera con la mencionada indemnización la relación contractual del cabildo con la ingeniería. Ahora está pendiente de la licencia municipal, y no sé sabe qué técnicos lo dirigirán ni qué empresa lo ejecutará. El mismo portavoz del arzobispado explica que se elegirá una empresa con experiencia en restauración, sin determinar los facultativos. La intervención puede alcanzar los tres millones de euros, en dos años de trabajos.

Ruido de sotanas

El reto es superar un proceso que ha estado rodeado de versiones oblicuas, más aún ante la tajante y costosa respuesta al proceder del deán. No falta quien lo defienda porque encargar obras directamente desde el Pilar, "era habitual" y, en este caso, quizá habría pecado de "falta de experiencia y de precipitación para evitar problemas mayores", sin más.

Otros, más allá de la obra en sí, enmarcan el caso en las diferencias que hay en Aragón entre los sectores eclesiales tradicionales y los vinculados al Opus Dei. En Huesca se ha traducido en que, el mismo mes de julio de paralización de las obras, el obispo nombraba por primera vez al rector de Torreciudad, el santuario de la Prelatura, cuando desde su fundación, hace casi 50 años, siempre lo había regido un miembro de la obra creada por Escrivá de Balaguer. En la disputa por las obras zaragozanas habrían sido los cercanos al Opus los que habían impuesto su criterio.

placeholder Tres de las torres del Pilar están valladas por el desprendimiento de piedras. En primer término, la de Santiago, junto al ayuntamiento. (G.C.)
Tres de las torres del Pilar están valladas por el desprendimiento de piedras. En primer término, la de Santiago, junto al ayuntamiento. (G.C.)

Pero es que las circunstancias estaban de su parte. La ingeniería a la que el deán había encargado los últimos trabajos del Pilar se constituyó solo un año antes, en agosto de 2022, en el municipio zaragozano de Chiprana, con 5.000 euros de capital. En los buscadores no aparece ninguna obra de restauración realizada por dicha empresa. Tampoco por el joven ingeniero titular de la compañía, Guillermo Jariod, de quien sí aparece su trabajo de final de grado para titularse en el curso 2019-2020 como graduado en Ingeniería Mecánica en la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad de Zaragoza, con un tema del mundo del motor. Ese perfil y el volumen de obra que iba a asumir, llevando a la vez la contratación de los arquitectos y de las obras, desató las alarmas.

La saga de los arquitectos Ríos

Porque uno de los temas abiertos con la paralización del encargo es precisamente la dirección facultativa. Por un lado, ha emergido la circunstancia de que Teodoro Ríos Sola, de la saga de arquitectos que desde hace un siglo se ocupaba del Pilar, haya sido relevado de facto de sus funciones, tras 45 años. Como explica uno de los canónicos eméritos, Juan Antonio Gracia, al tratarse de un monumento nacional, debe haber un arquitecto conservador del edificio. La saga de los Ríos ha desempeñado esa función con el abuelo, Teodoro Ríos Balaguer (1921), el padre, Teodoro Ríos Usón (1968), y el actual, el mencionado Ríos Sola. La última vez que intervino este último fue con ocasión del atentado que sufrió la basílica en 2013. "No me han llamado más y mi nombramiento tampoco ha sido revocado", dice. Y eso que es la memoria viva y documentada del estado y necesidades del Pilar. Para Ríos, es inconcebible que se haya indemnizado al contratista con 200.000 euros y explica que las patologías de las torres se conocen bien y exigen revisión continua, y que la gran obra pendiente es la restauración de la cúpula.

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También para los conocedores del Pilar resulta extraño que se haya prescindido de él sin explicaciones y sin plantear, en su defecto, un concurso para sustituirlo como arquitecto de cabecera del templo. "No puede intervenir cualquiera y, al ser de fábrica frágil, obliga a una atención continua, no episódica. La selección de los técnicos que la cuiden bien merece un concurso abierto. Se mire como se mire, los costes de proyectos y los de las obras tienen que estar separados y hay que justificarlos, máxime cuando a menudo es la Administración la que acaba sufragando las restauraciones más costosas".

Las crisis de la Iglesia aragonesa en la conservación del Patrimonio no son nuevas. Muy larga fue la de las obras de restauración de la catedral de la Seo, que permaneció cerrada durante casi 20 años. Tras los conflictos con el primer arquitecto, salió finalmente adelante bajo la dirección técnica de Luis Franco y Mariano Pemán, expertos en restauración con obras en su haber como el Palacio de la Aljafería o el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza, además de la propia Seo, de cuya reapertura se cumplió este sábado, 11 de noviembre, con un solemne acto, 25 años.

Fueron unas obras en las que se invirtieron 20 millones de euros de la época, pero solo este otoño, tras una larga demanda, el arzobispado ha materializado la apertura gratis, 4 días al mes para los residentes en Aragón. En esta primera tanda, hasta Navidad, coincide con los martes, salvo la semana de Navidad, que será el lunes 25.

Obras en tres torres

Ahora, quien asuma las obras del Pilar, deberá ocuparse de las tres torres que necesitan reparación urgente, y que ahora están valladas y con candado: la de Nuestra Señora del Pilar y la de Santiago, ambas en la vertiente de la plaza, y la de Doña Leonor, frente a la ribera del Ebro y más cercana al ayuntamiento. La cuarta, la de San Francisco de Borja, que tiene en su interior el ascensor que permite subir hasta arriba y divisar todo Zaragoza, presenta mejor estado.

Joaquín Aguilar es el deán presidente del cabildo y el delegado capitular para peregrinaciones marianas, de una corporación que tiene 11 canónigos en activo y seis eméritos. Históricamente, el cabildo ha tenido un gobierno muy independiente respecto al arzobispado y, en épocas de más prevalencia de la Iglesia, era un auténtico contrapoder. En el caso de Zaragoza, con una rivalidad añadida entre los cabildos de las dos catedrales, la Seo y el Pilar, hasta que se fundieron. Aunque aquello es pasado. Hoy, los nuevos canónigos lo son por nombramiento del arzobispo, y no por oposición, como antaño, cuando esta era una dignidad muy deseada en la Iglesia.

En mayo, una de las torres del Pilar de Zaragoza sufría el desprendimiento de una piedra de dos kilos. Era el tercero en un año, lo que obligó a acordonar la torre afectada, esta vez la de Santa Leonor, y a que la propiedad, el Cabildo Metropolitano, se pusiera a actuar en consecuencia. Ya había habido desprendimientos en dos torres más y varias cornisas amenazaban con lo mismo, como había reflejado un estudio tras las caídas de piedras anteriores y las indicaciones del ayuntamiento.

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