"Me dijeron tránsfuga y aquí sigo": qué fue del edil de Cs señalado tras el 'tamayazo' de Huesca

"Lo dije entonces y lo mantengo ahora: deberíamos preguntarnos más el porqué y no tanto el quién". Puede que muchos no recuerden ya el nombre de Enrique Novella, quien lanza estas afirmaciones. Pero hace cuatro años fue el centro de todas las miradas después de que un voto en blanco vinculado a Ciudadanos, su formación, robara por sorpresa al Partido Popular la esperanza de volver a gobernar en el Ayuntamiento de Huesca. Una teoría que se reforzó al analizar las imágenes del momento de la votación, recogidas por este periódico tras hacer un seguimiento minuto a minuto. Se acerca otra ronda de elecciones municipales y la situación de su grupo —también la del propio edil— es bien distinta. Para los naranjas, se augura un auténtico desplome tras el 28-M, y esta situación tan crítica ha llevado a muchos de sus cuadros a buscar auxilio en otros partidos, principalmente entre los populares.

Ocurrió en Madrid, donde varios concejales de Begoña Villacís abandonaron su equipo con dirección al PP. Otro municipio alicantino vivió una situación parecida a mediados de abril, cuando el candidato de Ciudadanos, Santiago Román, cambió de bando. Y estos días vuelve a hablarse del episodio aragonés como si fuese uno de los primeros ejemplos en mostrar la fuga que hoy rezuma entre los naranjas. Novella insiste en que no es lo mismo y que quienes vinculan estos casos con lo que ocurrió en el Ayuntamiento de Huesca "no tienen ni idea". Ve una diferencia esencial: "A mí me acusaron mucho de transfuguismo y fíjate, aquí sigo".

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El socialista Luis Felipe Serrate es alcalde de Huesca desde 2019, cuando se celebraron las últimas elecciones. Llegó al ayuntamiento casi de rebote, pues todo apuntaba a un pacto PP-Vox-Ciudadanos que devolvería las llaves de la ciudad a la popular Ana Alós. Volvía a presentarse bajo las siglas del PP tras haber sido regidora en otra etapa anterior, entre 2011 y 2015. Iban muy justos en apoyos, pero tenían los 13 votos suficientes como para investirla en un nuevo Gobierno municipal. Pero a última hora, una inesperada papeleta en blanco truncó la balanza y sus opciones acabaron frustradas. Ni Enrique Novella ni nadie de su partido, que entonces tenía tres representantes, confirmaron que fuera él —tampoco dieron otro nombre— quien renegara con este gesto del pacto sellado en despachos de Madrid. Un acuerdo cuya existencia misma, de hecho, aún niega el propio edil. "No existía. Era y es una mentira", sostiene, tajante, cuatro años después.

'Tamayazo' sí, transfuguismo no

En este punto, conviene discernir entre los dos conceptos que se introducen en el debate: tamayazo y transfuguismo. El primero de estos términos se llama así por el caso que lo definió. Era junio de 2003 y dos diputados electos por el PSOE en la Comunidad de Madrid, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, actuaron en contra de la directriz de su partido e impidieron con su abstención la investidura del candidato socialista, Rafael Simancas, cediendo la gobernabilidad al PP. En ese sentido, lo que ocurrió en el Ayuntamiento de Huesca, sugiere la politóloga de la madrileña Universidad Complutense y natural de la provincia aragonesa, Carmen Lumbierres, se parece más a este caso que a uno de transfuguismo. "Lo segundo ocurre cuando te han elegido por un partido y, generalmente a mitad de la legislatura, decides cambiarte a otro grupo o pasar al mixto para favorecer a los contrarios", detalla.

A finales de abril, a poco de agotar la legislatura, otra concejala de los tres ediles de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Huesca anunció que encabezaría las listas el 28-M bajo otra marca: la del Partido Aragonés (PAR), de corte regionalista. Se trata de María Eugenia Gabás, que pasó a ser no adscrita tras darse de baja en la formación naranja. Sus otros dos compañeros, incluido Novella, se mantienen en el asiento de su grupo. Aunque ambos ya decidieron no repetir en las listas. "Sigo siendo afiliado, pero llevo ocho años de mucho esfuerzo y es suficiente", reflexiona José Luis Cadenas, el tercer edil en la ciudad y compañero de filas de Novella. Abandona la política porque en ella, asegura, "la familia y uno mismo se resienten". Desde el primer momento, deja claro que no entrará a valorar el momento de la investidura fallida, ni tampoco ahondará si el voto en blanco lo metieron "unos u otros".

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Sobre el intríngulis de las negociaciones, los cambios de rumbo o las sorpresas de última hora, pide consultar a la dirección nacional, pues fue allí donde "se gestó todo" y considera, además, que en su posición —con un pie fuera de la política— no goza ya de "autoridad" para dar voz a Ciudadanos.

En Madrid, no saben mucho más. Desde la actual dirección de Ciudadanos —que ha variado desde 2019, hasta concluir un proceso de refundación—, visto el desgaste del partido, explican que quienes hoy llevan las riendas no estuvieron presentes en aquellas negociaciones. Sí rememoran que en su día se cerró un pacto a nivel nacional con el PP para fijar acuerdos de coalición en las comunidades. Reconocen que entonces se decidió que los populares fueran "socios preferentes" en Cs a la hora de armar alianzas, pero que esta tesis está "muy lejos" de parecerse a lo que hoy representan. "Hemos renunciado a ser subalternos de nadie, así que no vamos a decantarnos por ningún partido que no asuma nuestras propuestas", determinaron.

"Son rumores..."

Alejandro tiene 32 años y es vecino de Huesca. Trabaja en un bar muy cerca del ayuntamiento, donde ocurrió todo. Aquel día de 2019 su empleo era otro, y en otro lugar, pero recuerda muy bien la sorpresa. "Hubo cantidad de teorías", admite. "Unos decían que todo era cosa de Ciudadanos, pero luego había quienes metían en el saco al PP diciendo que era una estrategia para que Ana [Alós, entonces candidata popular] se fuera de diputada", añade.

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A esto responde la propia aludida, que atiende a El Confidencial por teléfono a su regreso de un viaje el lunes. "Es el discurso que se ha esforzado en difundir el PSOE", considera la ex regidora popular de Huesca, después parlamentaria nacional y senadora. Lo resume con una idea: "Si fuera verdad que no quería ser alcaldesa y tenía otras intenciones, habría aceptado el pacto nacional que daba la alcaldía a Ciudadanos".

Se refiere a un acuerdo sellado entre las direcciones de ambos partidos para decidir en qué términos repartirían sus fuerzas en las comunidades donde tuvieran opciones de gobernar juntos. En el primer esbozo, se estableció que el regidor oscense sería de Cs, aunque estos reunían tres concejales frente a los nueve populares. "No estábamos de acuerdo, y así se lo hice saber a Génova", afirma Alós. Al final, las tornas giraron a su favor y lograron reformar el pacto in extremis, anunciando un acuerdo aparentemente definitivo horas antes de la investidura. Pero las casualidades llevaron a que el último voto del recuento resultara, sorpresivamente, en blanco. Y todo lo que pensaban que podía ser, terminó en nada.

"Yo tampoco iba tranquila del todo, porque las negociaciones previas con Ciudadanos estuvieron llenas de momentos extraños", reconoce. Por orden de los acontecimientos, empieza señalando que hacía "un par de semanas" que estaban en conversaciones con Cs y Vox, previas al gran día. La dinámica siempre era la misma, según su versión: parecía que todo iba bien, no había cuestiones concretas que causaran gran confrontación... pero nunca terminaban de cerrar nada. "Pasaban los días y no firmábamos, como si hubiera algo que no terminara de cuajar", piensa. Sobre quién fue el autor del voto en blanco, para ella no caben dudas. No lo menciona de manera directa, pero alude al seguimiento en vídeo realizado por El Confidencial para concluir que "pudo verse qué diputado de Ciudadanos fue el último en votar, precisamente con la papeleta en cuestión".

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También tiene claro que "no fueron los de Vox" porque, dice, minutos antes de votar se acercaron a preguntarle detalles del procedimiento. Ella misma asegura tener constancia de lo que marcaron en su papeleta. Sobre Novella, dice que tras aquel episodio recibió un nuevo cargo como vicepresidente comarcal de La Hoya, un órgano dependiente del Gobierno de Aragón, que a nivel autonómico dirige el PSOE de Javier Lambán. Con esto, Alós desliza que pudiera haber tras el entuerto un "intercambio de favores" entre naranjas y socialistas. Si había otros ediles o miembros de Cs implicados, además "del que votó en blanco", no es algo que pueda afirmar con certeza. Aunque sospecha que "alguien más tendría que saberlo o hubieran tomado medidas posteriores, como abrir un expediente".

Cuatro años después, queda claro que nadie sabe —o dice saber— lo que realmente ocurrió aquel verano de 2019. Alejandro, el vecino de Huesca que antes comentaba los rumores que circulaban esos días, tiene sus propias teorías: "No pongo la mano en el fuego por nadie, pero que todo el mundo señalara a [Enrique] Novella y él nunca saliera a desmentirlo o defenderse... es extraño". "Yo no voté en blanco, eso te lo aseguro", bromea la popular Alós. El gran señalado en las quinielas, el edil de Ciudadanos –que no volverá a presentarse en Huesca aunque él mismo confirma que su nombre sirvió para completar las listas en Calviá, un pueblo de Mallorca– apenas muestra algunas cartas: "Creo que ya he respondido con todo lo que he dicho hasta ahora, que es básicamente que no importa tanto el quién, sino el porqué. Es ahí hacia donde deberíamos mirar".