De Huesca a Burgos: los municipios de la España vaciada que están creciendo gracias a sus equipos de fútbol

El fútbol profesional representaba el equivalente al 1,37% del PIB español antes de la pandemia. Una muestra de la fuerza de LaLiga y de sus clubes en la economía nacional. Pero, si se aterriza este dato por provincias, se evidencia el impacto en términos relativos que tiene la competición en algunos territorios donde la población ha ido menguando. Fuera de las grandes capitales, la capacidad de generar ingresos ligados al fútbol profesional en ciudades como Huesca o Ponferrada, con menos de 65.000 habitantes, “es relevante”, asegura Jordi Esteve, socio y responsable del área de Economics de PwC España.

“Si hay algo que arrastre a la gente a viajar y a conocer sitios es el fútbol”, apunta al respecto Manuel Torres, presidente institucional de la SD Huesca. El dirigente destaca este “emoturismo”, en el que la afición aprovecha el viaje deportivo para conocer el territorio, un “intangible” que, además, abarca muchos sectores, desde los bares y restaurantes a los hoteles, sin olvidar al comercio local. Pero no solo eso, la presencia de clubes como el Burgos CF, que volvió la pasada temporada a LaLiga, también atrae un turismo que va más allá del fútbol. “No es gente que viene al partido y se va”, apunta Diego Martínez, director general del club castellanoleonés. Es un perfil de aficionado que "viene todo el fin de semana, coge plazas hoteleras, reserva en los restaurantes para comer…", agrega el ejecutivo. “Se está creando un ambiente muy bonito y que está dando mucho, no solo al club, sino a toda la ciudad”, aprovechando su amplia oferta cultural y gastronómica.

Por cada euro de ingresos del fútbol profesional español, se generaron 4,2 euros extra en el resto de la economía, según un estudio elaborado por PwC y LaLiga en 2018. Además, antes de la pandemia, la competición ya empleaba a 185.000 personas (2016-2017). Así, el fútbol profesional contribuyó a recaudar cerca de 4.100 millones de euros en impuestos en España. Estas cifras se aterrizan también en comunidades como Aragón, donde el Real Zaragoza y la SD Huesca generaron en aquella temporada 432 millones y 3.700 puestos de trabajo en la economía de la región, según datos de la citada consultora. Mientras, en Castilla y León, un reciente informe de la Cámara de Comercio de Valladolid cifra en 21,7 millones de euros el impacto económico que tendrá en la provincia la presencia esta temporada del Real Valladolid en LaLiga Santander.

Desde la comarca del Alto Aragón, Torres recuerda que “competir en el fútbol profesional es un elemento de desarrollo y un elemento tractor” para dar mayor visibilidad a la provincia, porque “el fútbol es, sin duda, el mayor de los vehículos para la expresión de sentimientos, de personas y de un territorio, de sus proyectos y de sus empresas”. Este es el concepto vinculado actualmente a la SD Huesca, donde también se agrupan su club de empresas y sus campañas publicitarias, con el objetivo de que “todo eso trascienda al fútbol y ayude a que nuestra provincia crezca”.

Al respecto, el club azulgrana está muy vinculado a la marca Huesca La Magia, ligada a la Diputación de Huesca y su turismo, que ocupa el frontal de su camiseta. Este es un ejemplo de que las instituciones y el territorio reconocen que este apoyo al club a través de este patrocinio “tiene un grandísimo impacto”. Históricamente, la simbiosis entre administraciones y clubes “ha sido total”, agrega Esteve. El experto, sin embargo, avanza que a medio plazo "será necesario que esa simbiosis se potencie y se trabaje conjuntamente entre las administraciones públicas, la sociedad civil y los propios clubes". “Deben trabajar en asegurar que esa oportunidad de tener un club en LaLiga termine redundando lo máximo posible en beneficio económico del territorio”, apunta Esteve.

Por cada euro de ingresos del fútbol profesional español, se generaron 4,2 euros extra en el resto de la economía

En este objetivo, el experto insiste en la idoneidad de crear planes y estrategias de potenciación y diversificación del turismo. En las zonas costeras, aprovechando las grandes instalaciones con las que cuenta el territorio y que no tienen tanta afluencia fuera de la temporada de playa; y lo contrario, en Huesca o áreas de montaña, cuando no es temporada de esquí. El socio de PwC aboga por una oferta que amplíe la estancia media del aficionado y el número de acompañantes –pudiendo sumar a familia o amigos– combinando la visita al estadio con otras actividades más allá del partido de fútbol durante ese fin de semana o incluso la semana en cuestión. Porque, un buen sabor de boca de un viaje por un partido de LaLiga, puede traer también recurrencia de querer volver al año próximo.

En Burgos ya trabajan al respecto. Una idea que proyecta el club es el “menú futbolero” para la afición visitante, apunta Martínez. ¿Y en qué consistiría? “Con tu entrada, poder ir a unos restaurantes y ofrecerles un menú típico de Burgos. Y además, con la entrada también tener un descuento para visitar el Museo de la Evolución Humana, la Catedral o cualquier actividad turística que sea atractiva para intentar crear sinergias porque sería muy bueno para todos”. Potencial para ello tiene el club y la ciudad: en la reciente visita del Real Sporting a El Plantío, la afición gijonesa ocupó más del 30% de las plazas hoteleras de la ciudad durante ese fin de semana.

El impulso del reparto televisivo y la internacionalización

Asimismo, otra de las claves del eco mediático de los representantes de la España vaciada en LaLiga es la televisión. La exposición que ofrece el fútbol profesional a estas ciudades y regiones es muy alta.

“Un modelo de control económico como el que ha implantado el fútbol profesional es el que permite que proyectos hechos con rigor puedan estar implantados en lugares más pequeños”, resume Torres. Es el que permite al club “poder competir con cierta igualdad” con equipos de ciudades o provincias “en los que en el estadio meten 28.000 abonados”. Su estadio, El Alcoraz, tiene capacidad para 9.000 y acorde a su limitación poblacional.

A ello se suman los proyectos de internacionalización que se están desarrollando, también en los clubes de zonas de baja población, dentro del Plan Impulso. En Huesca y Burgos trabajan en encontrar diferenciales que les permitan crecer fuera. Ahí también, de la mano de sus patrocinadores. Empresas que están asociadas con los equipos “puedan utilizarnos como un mecanismo de penetración en un mercado”, apunta Torres. El fútbol puede ser “esa primera puerta de entrada”. El club altoaragonés tiene alianzas en Japón, incluyendo una academia y un acuerdo con el FC Basara del fútbol nipón, pero tampoco se ha de ir tan lejos. “¿Por qué no hacer planes de cooperación transfronterizos con clubes de Francia, como el Pau FC (club de la Ligue-2, la Segunda División del país vecino) y el FC Andorra?”, desliza Torres.

Y para alcanzar a tanta gente de tan diversos mercados, las redes sociales y el trabajo de generación de contenido será clave. “Hoy hay herramientas muy potentes en las plataformas y redes”, apunta Esteve, que detecta en este punto “un reto y una oportunidad para estos clubes para conseguir más impacto mediático, más engagement y, obviamente, también un mayor impacto económico y retorno”.