El incremento de basura que reabre (otra vez) el debate sobre el futuro de la Feria de Málaga

Sábado 12 de agosto. Primer día grande de la Feria de Día en el Centro de Málaga. La Asociación de Vecinos Centro Antiguo utilizaba sus perfiles en redes sociales para dejar en evidencia al concejal de Turismo, Jacobo Florido, mostrando imágenes de botellones y suciedad en plena plaza de la Constitución. A esta publicación le siguieron otras similares en los días posteriores. Todas ellas, para denunciar el “desmadre” que padecen cada año por una celebración cuya principal característica es una dualidad que se vive de día y de noche en dos escenarios distintos. Una reivindicación que parece muy lejos de ser satisfecha, pero que podría estar más próxima. Y todo ello, por un dato: el notable incremento que ha registrado la recogida de basura en el Real de Cortijo de Torres que refuerza esa lenta tendencia migratoria del feriante atisbada en lo últimos años.

Según los datos facilitados por el ayuntamiento, en el Cortijo de Torres se recogieron 476 toneladas de residuos, lo que representa un incremento de casi un 27% con respecto al año anterior. Este dato se une a la caída del 0,5% de la cantidad de desperdicios retirados de las calles del Centro para reforzar a los que defienden que se están produciendo un traslado del eje de la Feria. Una percepción que también sustentan en el “notable incremento” de viajeros en los autobuses de la Línea F que durante las 24 horas ha unido la Feria de Día con el Real y que casi duplica las cifras de 2022.

El propio alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, destacó la consolidación del recinto de Cortijo de Torres en su 25 aniversario y afirmó que ha demostrado que tiene “recorrido”. El regidor agregó la “funcionalidad” de este escenario para vaticinar un creciente protagonismo.

No es un secreto que el consistorio lleva tiempo intentando concentrar toda esta celebración en el Cortijo de Torres, pero lo cierto es que la Feria de Día está muy arraigada y es el gran factor diferenciador de la Feria de Agosto de Málaga respecto a otras celebraciones similares. Por eso es difícil prever su final. Las cifras hablan. Esta edición, como en las anteriores, se recogió en el Centro más del doble de basura que en el recinto ferial: 742 toneladas. Y el aumento de la utilización del Metro, que este año llegaba por primera vez a la Alameda Principal, constata la vitalidad de un escenario festivo que sigue generando controversia por los efectos indeseados que padecen los residentes.

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P. D. A.

“Suplicamos, por favor, hagan algo y dejen de mirar a otro lado. Es nuestro barrio, bien de interés cultural (BIC). Esto no es Feria, ni tradición, ni nada de nada”, se quejaba la citada asociación en una publicación en la que interpelaba a distintos miembros del equipo de Gobierno municipal, y en la que se adjuntaba el video de un individuo bailando semidesnudo en el balcón de una casa.

Las redes sociales han sido el desahogo para los vecinos de esta zona que acoge los principales eventos de la ciudad —Semana Santa, Festival de Cine, Navidad...— y la forma de mostrar cómo viven esos días. “Uno de los tantos inconvenientes de masificar el barrio del Centro con tanta fiesta es que no tenemos derecho a que una ambulancia nos llegue a tiempo; es decir, no tenemos los mismos derechos que un vecino de otro barrio”, criticaban junto a las imágenes de un vehículo de emergencia tratando de abrirse paso entre la muchedumbre.

“Estamos en una Feria que ya no tiene nada que ver con la original de comerciantes y hosteleros que ofrecían una copa o tapa gratis, que compartían con el resto de malagueños la fiesta. Esa imagen bucólica degeneró hace mucho y se ha convertido en un botellón, un desfase que no tiene razón de ser”, reflexionaba en las páginas de Málaga Hoy Carlos Carrera, presidente de la Asociación de Vecinos Centro Antiguo.

El presidente de la Asociación de Hosteleros de Málaga (Mahos), Javier Frutos, consideró este lunes que es necesario “abrir” la Feria del Centro a “una nueva forma”. Que no implica su eliminación. “Se pueden tener, como hemos dicho siempre, y es necesario, esos dos recintos feriales. El del Centro, ahora mismo, necesita ese apoyo tanto institucional, como de la propia hostelería, para que coja más auge que en los últimos años”, señaló.

Los datos de este año dejan entrever una lenta migración, que también está condicionada por el peso de la hostelería y el turismo en la economía local. Un nuevo modelo de celebración al que le queda mucho recorrido para que sea una realidad. Si es que lo es algún día.