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Lo único que queda en Madrid en verano es la basura en la calle: "No hay civismo"
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Lo único que queda en Madrid en verano es la basura en la calle: "No hay civismo"

Los vecinos de la capital que todavía no han podido irse de vacaciones denuncian la suciedad de las aceras, de nuevo. No obstante, reconocen que, en la mayoría de zonas, el plan de limpieza del Ayuntamiento en los interbloques ha funcionado

Foto: Cartones en el suelo. (Cedida)
Cartones en el suelo. (Cedida)

El este de la M-30 divide los dos Madrid. Ventas y El Carmen sirven de transición entre dos mundos. Al oeste, los señoriales edificios, tabernas castizas y balcones de diseño inundan el barrio de Lista. Al otro lado, transcurre la calle Alcalá más urbana, vecinal y transitable. Es julio y Madrid se vacía. Y aunque todos tienen en común que el tránsito de coches se ha reducido y que hay menos transeúntes y ruido en las aceras, parece que la falta de limpieza se ceba especialmente con el lado este, a la altura del barrio de la Concepción, en el distrito de Ciudad Lineal.

Foto: José Luis Martínez-Almeida, junto a Borja Carabante, en la presentación del servicio de limpieza urgente en Madrid. (EFE/Luis Millan)

¿Falta de medios? Los residentes han sido protagonistas de grandes campañas reivindicativas para solicitar al ayuntamiento un incremento de servicios de limpieza. Por su parte, el consistorio de Martínez-Almeida cumplió su compromiso de atajar el problema y, a finales de 2022, entró en vigor la nueva ordenanza de limpieza y gestión de residuos. La normativa condena especialmente la suciedad de los botellones, los graffitis y la acumulación de cartón en la vía públicas. Las multas pueden ascender incluso a los 2.000 euros.

Es precisamente la cuestión del cartón la que lleva a Ana Martínez, presidenta de la Asociación de Vecinos de Quintana, por el camino de la amargura. En concreto, en la esquina de las calles Estrecho de Gibraltar y Gamur, se forman islas de cartón con frecuencia. En esas vías no hay contenedores de dicho material porque son muy estrechas, por lo que el vecino de turno decide que el mejor lugar para abandonar las cajas es encima de la acera. “Hasta los coches pasan por encima. Falta civismo y vigilancia”, señala Martínez. Esta madrileña lleva meses intentando concienciar a sus vecinos por multitud de grupos en común: "A veces me cargan las cintas, pero intento ser amable y pedirlo por favor".

placeholder Contenedores en el barrio de Concepción, al lado del colegio Conde de Romanoes. (Cedida)
Contenedores en el barrio de Concepción, al lado del colegio Conde de Romanoes. (Cedida)

Existen alternativas municipales. Un día a la semana, se presenta un camión de punto limpio en una calle del barrio. “Difundimos la información por grupos y redes, pero creo que mucha gente no lo sabe”, reflexiona Martínez. En cualquier caso, también se acumulan colchones, sillas y demás enseres del hogar. Y son los vecinos concienciados los que llaman al 010 para pedir al Ayuntamiento que venga a recogerlo. Además, reconoce que hay gente "muy dejada y muy cómoda", pero explica que lo difícil es dar el primer paso. "Si de normal estuviera limpio, nadie se atrevería a dejar las cosas así".

Es cierto que, durante las olas de calor que azotaron la capital hace dos semanas, el consistorio restringió la jornada laboral de los servicios de limpieza en las peores horas. La trágica experiencia de 2022, que dejó un barrendero fallecido en Vallecas, demostró que realizar tareas físicas de ese tipo a tales temperaturas ponían en riesgo a los trabajadores. Por ello, la responsabilidad de los mil y un cartones y mobiliario abandonado no es solo una cuestión de gestión de recursos, sino de falta de conciencia cívica.

placeholder Otra imagen de la basura acumulada. (Cedida)
Otra imagen de la basura acumulada. (Cedida)

Limpieza interbloques

Así lo ven, también, en el barrio de La Mancha, Usera. En estas calles abundan los conocidos como interbloques, espacios de uso público entre edificios que normalmente cuentan con un pequeño césped alrededor. La gran lucha vecinal durante años ha sido reclamar al consistorio que también incluyese esas zonas en sus servicios de limpieza. Finalmente, las plegarias fueron escuchadas en diciembre. Pilar, una portavoz de esta Asociación de Vecinos, reconoce que, aunque sí ha visto a profesionales con el uniforme de personal de interbloques, hay quienes sacan a sus mascotas al césped y no recoge sus excrementos.

Foto: Vista del cielo de Madrid un caluroso jueves. (EFE/J.P.Gandul)

En diciembre de 2022, el Ayuntamiento de Madrid aprobó un servicio de cuatro años dedicado a la limpieza de 325 zonas “privadas de uso público”, conocidas como interbloques. Se destinaron 52 millones de euros y fue adjudicada a la UTE Grupo Eulen con Obras y Servicios Taga S.A. Para ponerlo en marcha, además, se amplió el personal a 368 personas. Hay quienes reconocen que la cosa ha funcionado. Desde San Blas, uno de los barrios donde más se enfrentaban a este problema, argumentan que el aspecto de las calles “ha mejorado mucho”, aunque, en época estival, vuelve la dejadez. "No sabemos si será por las vacaciones". Algo similar señala María Antonia, de la Asociación de Orcasitas: “Antes sí se notaba, ahora está parado”.

Es en Entrevías donde peor percepción tienen de este fenómeno. Manuel Martínez, al frente de la Asociación de Vecinos, señala que “están igual o peor”. El problema radica no en la falta de limpieza, sino en el mantenimiento del entorno. Por ejemplo, entre los bloques 104 y 106 de la calle Mestanza, se cayó una palmera hace una semana por el viento. “Por suerte, cayó en el césped, pero no se ha recogido. Y las zonas que están más decentes es porque las limpian los vecinos”.

El este de la M-30 divide los dos Madrid. Ventas y El Carmen sirven de transición entre dos mundos. Al oeste, los señoriales edificios, tabernas castizas y balcones de diseño inundan el barrio de Lista. Al otro lado, transcurre la calle Alcalá más urbana, vecinal y transitable. Es julio y Madrid se vacía. Y aunque todos tienen en común que el tránsito de coches se ha reducido y que hay menos transeúntes y ruido en las aceras, parece que la falta de limpieza se ceba especialmente con el lado este, a la altura del barrio de la Concepción, en el distrito de Ciudad Lineal.

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