Hay zulos de 800 euros más allá de Malasaña: la odisea del alquiler joven en Andalucía

Hay zulos con alquileres de 800 euros al mes más allá de Malasaña. Lo sabe bien Inmaculada García, una sevillana que se animó a vivir sola a principios de año, justo cuando el Gobierno central anunció que iba a poner en marcha un bono para facilitar la emancipación de los menores de 35 años. En julio, cuando se acabó el contrato de su alquiler y a la vista de que la Junta no activaba la ayuda, volvió a casa de sus padres. Este lunes, el Ejecutivo andaluz anunció que la subvención se podrá solicitar desde el próximo 14 de noviembre, pero ya hay personas, como esta joven sevillana, que tardarán un tiempo en volver a intentar independizarse.

El Gobierno de Pedro Sánchez aprobó el bono joven de alquiler en enero de este año, pero Andalucía no lo ha puesto en marcha hasta que han pasado diez meses. En la Consejería de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda, que dirige Marifrán Carazo, explican que la tardanza tiene un motivo justificado. Los técnicos de la Junta han elaborado un programa informático específico para la ayuda. Esta aplicación permite que la concesión y el pago de las ayudas sea robotizado. "Y, por lo tanto, muy rápido", apuntan desde Fomento, donde aseguran que hay comunidades donde la ayuda ya funciona, pero el dinero llegará a los beneficiarios después que a los jóvenes andaluces.

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Los cálculos del Gobierno de Juanma Moreno es que los 86 millones que trasladó el Ministerio de Transportes ayudarán a que 14.000 jóvenes andaluces con menos de 35 años puedan emanciparse. Pero la tardanza en poner en marcha el dinero ha paralizado la decisión de decenas de estos posibles beneficiarios, por el momento. Y eso en un país donde la edad de emancipación es de 29,8 años frente a los 26,5 de la media de la UE, según los datos de Eurostat.

"Que la emancipación sea mucho más tardía no es una cuestión de temperamento, cultura y afectos", explica Daniel Sorando, profesor de Sociología de la Universidad de Zaragoza. Este investigador apunta a cuestiones económicas, políticas y sociales que tienen que ver con "la incertidumbre" y el complejo sistema que existe para acceder a la vivienda social. A ello hay que sumar las malas condiciones económicas de las personas jóvenes, con "un empleo más precario y peor remunerado", señala Sorando.

"Que la emancipación sea mucho más tardía en España no es una cuestión de temperamento, cultura y afectos", explica Daniel Sorando

A ese cóctel venenoso hay que sumar la escalada de precios en el alquiler, "una trampa" en palabras del sociólogo por el alto precio de las rentas. Después de una bajada escalonada que comenzó en 2006, el aumento en Andalucía se retomó con fuerza hace ahora un año, según los datos de Idealista. En septiembre de 2022, el precio medio del metro cuadrado estaba en 9,1 euros en Andalucía. Es un 54% más que el registrado en el primer semestre de 2014, cuando el mínimo registrado por esta empresa inmobiliaria desde que empezó a recopilar datos, en enero de 2006.

Entre 2017 y 2020, según un informe del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía, el salario medio andaluz creció en un 13,5%. En ese mismo periodo, el crecimiento del precio medio del alquiler que registra Idealista en la comunidad fue del 19,1%. Según el dato del IECA, en su última edición correspondiente a 2020, el salario medio andaluz es de 15.943 euros. Pero entre los menores de 30 años esa cifra se reduce hasta los 8.807 euros.

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La situación empeora si se mira a las capitales de provincia, algunas de las cuales registran un precio medio del alquiler que es superior a la media. Con los datos del portal inmobiliario, destacan Málaga (11 euros por metro cuadrado), Sevilla (10,3 euros) y Cádiz (10,1 euros), tres ciudades que soportan además una importante presión turística y han visto cómo se ha transformado su parque de viviendas de alquiler en pisos turísticos de corta duración.

Sin espacio para construir en Cádiz

Pero el caso de Cádiz es aún más llamativo, ya que la capital gaditana lleva décadas perdiendo población, sobre todo, por la imposibilidad física que tiene de crecer. La península donde se asienta es finita y los suelos para desarrollo urbano están agotados. Esto lo sabe bien Curro Polo, un doctorando de 22 años nacido en la vecina localidad de Rota. "Tengo unas condiciones bastante aceptables, pero no me planteo alquilar un piso sin el bono joven", relata Polo, que explica como la opción de mudarse a Cádiz es casi la única para muchos jóvenes del entorno por los problemas de conexión de la ciudad.

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"Cuando lancen el bono seguramente me ponga a buscar", explica este joven, que descartó cruzar la Bahía gaditana de forma permanente y este curso irá y volverá de Cádiz en coche por el alto precio de las habitaciones en la capital y la escasa oferta. Pero hay quien ya se mudó a un piso con la expectativa de la llegada del bono, como la pareja formada por Patricia, onubense de 30 años, y Luis, sevillano de 29. Ambos encontraron una vivienda con una renta inferior a los 600 euros, ya que pensaban que era el requisito para recibir la ayuda. Pero también porque no tienen un trabajo estable durante todo el año.

Finalmente, el bono de alquiler joven estatal podrá beneficiar a inquilinos de pisos con rentas de hasta 900 euros en Andalucía. Así lo ha decidido el Gobierno de la Junta en las localidades donde existe una mayor presión en los precios del alquiler, como ocurre con todas las capitales, grandes ciudades y muchas localidades de áreas metropolitanas. Además, podrá cobrarse de forma retroactiva desde el 1 de enero de 2022. Desde el departamento de Fomento explican que solicitaron al Gobierno explicaciones e incluso un programa para atender a todas las casuísticas que pueden darse en la gestión de esta ayuda, pero esta petición no fue atendida.

La política de vivienda del Gobierno andaluz está más orientada al fomento de la construcción inmobiliaria tanto pública como privada después de casi una década sin promociones de vivienda social. La previsión, con apoyo de los fondos europeos Next Generation, pasa por edificar más de 3.000 pisos en los próximos años, que se suman a un número similar en la próxima vivienda. Hace solo unos días, el Ejecutivo andaluz puso en marcha una nueva convocatoria de ayudas al alquiler a personas en situación de vulnerabilidad, con 14 millones de euros, que pretende beneficiar a 4.000 familias.

"No hay una medida por si sola que pueda resolver la falta de satisfacción de las necesidades que existen en materia de vivienda", admite Daniel Sorando. El sociólogo cree que es necesario apostar por iniciativas como el bono de alquiler, junto con la construcción de viviendas y otras como el tope a los precios, algo que la Junta rechaza de pleno. "Es necesario un aluvión de medidas para acabar con este problema", zanja el investigador.