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Jóvenes entre dos crisis: precariedad laboral y emancipación a los 30
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ENCUENTRO FUNDACIÓN LA CAIXA-EL CONFIDENCIAL

Jóvenes entre dos crisis: precariedad laboral y emancipación a los 30

La edad media de emancipación en España es de 29 años y más de la mitad de los contratos de los menores de 30 son temporales. ¿Cómo abordar esta situación?

Hace 50 años, muchos jóvenes no hubieran contemplado la posibilidad de vivir bajo el techo de sus padres a los 30, tener su primer hijo una vez superados los 35 o pagar una hipoteca durante medio siglo. Hoy, sin embargo, es la realidad de una generación que, si bien ya empezaba a divisar algo de luz tras la crisis financiera de 2008, ahora tendrá que lidiar con las consecuencias de una pandemia que ha causado fuertes estragos en la sociedad. España cerró 2020 con la peor tasa de desempleo juvenil de toda la Unión Europea: cuatro de cada 10 personas menores de 25 años están en paro, y el 25% de los comprendidos entre los 25 y los 30 años tampoco tienen trabajo, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del INE.

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En consecuencia, las expectativas de los jóvenes han cambiado. La frustración crece, y los integrantes de estas generaciones ('millennials' y 'centennials') ya no miran la vida con las mismas gafas de futuro que sus padres. ¿Por qué hemos llegado a este punto? ¿Qué responsabilidad tienen las generaciones anteriores? ¿Cómo podemos mejorar la situación? Estas son algunas de las cuestiones que se abordaron en la mesa redonda ‘La crisis continúa’, la primera de un ciclo de cuatro encuentros organizados por El Confidencial de la mano de Fundación la Caixa. En ella participaron Idoia de Paz, directora de Consultoría del área de Human Capital de Deloitte España; Josep Sala i Cullell, autor del libro ‘La generación tapón’, y Germán Sánchez, creador de contenidos.

placeholder Idoia de Paz, directora de Consultoría del área de Human Capital de Deloitte España.
Idoia de Paz, directora de Consultoría del área de Human Capital de Deloitte España.

Las nuevas generaciones han cambiado su forma de actuar y de pensar con respecto a las generaciones anteriores, pero ¿han variado sus preocupaciones? Tras varios años estudiando las expectativas de 'millennials' (nacidos entre 1981 y 1995) y 'centennials' (entre 1996 y 2005), la encuesta 'Global Millennial Survey 2020' demuestra que, en el ámbito personal, los jóvenes están preocupados por todo lo relacionado con el trabajo, la carrera, la familia y las finanzas. Además, "la crisis sanitaria del coronavirus ha jugado un papel fundamental a la hora de determinar sus inquietudes globales", explicó Idoia de Paz, directora de Consultoría del área de Human Capital de Deloitte España. "Durante el último año, ha aumentado la preocupación de los jóvenes por la salud y el cambio climático. Además, su lealtad hacia las organizaciones se ha disparado porque, en general, valoran positivamente la gestión que han hecho las empresas de la pandemia”, señaló De Paz.

Estudia en la universidad, consigue un trabajo estable, cómprate un piso y trae hijos al mundo. Los jóvenes que pertenecieron a la generación X (nacidos entre 1966 y 1980), los que constituyen la generación Y ('millennials') y la Z ('centennials') han crecido escuchando estos consejos de sus mayores, con una única diferencia: la generación X siguió estas lecciones, la Y las puso en duda y la Z ya no confía en nada de esto, según Josep Sala i Cullell, autor de 'La generación tapón': “La vida de las generaciones 'millennial' y 'centennial' ha estado condicionada por la crisis de 2008 y la pandemia del coronavirus. Ese discurso no es real para ellos, por eso muchos están en las calles protestando. Los hemos educado diciéndoles que luchen por sus derechos y es ahora cuando estamos viendo esa lucha”, añadió.

"Hemos educado a los jóvenes diciéndoles que luchen por sus derechos y es ahora cuando estamos viendo esa lucha” (Josep Sala i Cullell)

Para Sala i Cullel, la responsabilidad de que los jóvenes se vean en esta situación recae sobre los hombros de una generación previa a la que llama 'generación tapón' —nacidos entre 1943 y 1963—, y que, según él, lleva dominando durante años el espectro político, los consejos de administración y los medios de comunicación: “Esta generación considera que nos ha traído la democracia y la modernidad, pero lo cierto es que sus políticas se han enfocado siempre en protegerse a ellos mismos”. El autor del libro con el nombre de esa generación ejemplificó que, durante la crisis de 2008, el Gobierno de Zapatero recortó las ayudas al alquiler y subió las tasas de las universidades: “Estas medidas afectaron a los jóvenes. Sin embargo las pensiones no se tocaron”, reflexionó el escritor. ¿Qué pasará entonces? “Que la generación tapón será la única que vivirá plenamente el estado de bienestar, porque cobrará sus pensiones, que se están pagando con deuda pública y que las generaciones posteriores seguirán pagando dentro de 40 años”, añadió Sala i Cullel.

Más formación, menos empleo y más precaridad

Las nuevas generaciones tienen dificultades para encontrar un empleo estable a pesar de contar con estudios superiores. “Somos una generación formada, nos hemos hecho unas expectativas de futuro y vemos cómo no se van a cumplir". Es la visión de Germán Sánchez, creador de contenidos, que a sus 26 años ya ha vivido en sus propias carnes las dificultades para acceder al mundo laboral: "En la actualidad, tener un trabajo estable ya no nos garantiza cubrir nuestras necesidades básicas. Es frustrante y no vemos una solución a corto plazo”, señaló.

La precariedad laboral es uno de los grandes problemas que definen el panorama actual: más de la mitad de los contratos de los jóvenes menores de 30 años son temporales, según el INE. ¿Dónde están las soluciones? Como miembro de la generación 'millennial', Sánchez consideró que para mejorar esta situación existen muchas opciones, pero “parece que no interesan o se tildan de imposibles cuando, en realidad, no lo son”. En esta línea, puso un ejemplo: “Cuando se habló de subir el salario mínimo interprofesional el pasado año, la preocupación volvió a centrarse en las empresas, en cómo iban a afrontar esta subida, dándonos a entender que esta idea era inconcebible porque el sistema se podía ir a pique. Y ahora vemos que no se ha caído nada”, reflexionó.

placeholder Germán Sánchez, creador de contenidos.
Germán Sánchez, creador de contenidos.

En este contexto, ¿qué demandan los jóvenes de las organizaciones? Existen diferentes matices dependiendo de la generación a la que pertenezcan: “Los 'millennials' son idealistas, valoran un jefe cercano y están más preocupados por su propio desarrollo y por aprender”, aclaró la directora de Consultoría del área de Human Capital de Deloitte España, quien añadió que los 'centennials', en cambio, persiguen objetivos diferentes: “Son un colectivo más individualista que los ‘millennials’ y mucho más cortoplacista. Además, valoran un jefe gurú que les ayude rápidamente a conseguir sus objetivos".

Respecto a la búsqueda de soluciones para la precariedad, Josep Sala i Cullel se mostró radical al respecto: “Si no se cambia el modelo productivo del país, veo difícil que algo vaya a cambiar". Considera que el problema está en las raíces del modelo productivo, y explicó que en Noruega, por ejemplo, el precio de estudiar un máster con dos premios nobeles entre el profesorado es de 35 euros por semestre, una cifra muy baja en comparación con los más de 2.500 euros que paga un español de media al año por cursar estos estudios: “A este país nórdico le interesa tener pioneros en diferentes campos de investigación porque su modelo productivo lo necesita”. ¿Pero España qué demanda? Camareros, albañiles y personas para cubrir vacantes con bajos salarios, según el escritor: “El motivo es que nuestros políticos decidieron que el modelo productivo español esté apoyado en el turismo, en la construcción y en grandes empresas como bancos y exmonopolios estatales”, apuntó.

"Tenemos una cultura muy focalizada en que la familia asuma la formación y la emancipación temprana de los jóvenes" (Idoia de Paz)

Los ponentes también pusieron sobre la mesa el emprendimiento entre los jóvenes, un tema en el que hubo disparidad de opiniones: Idoia de Paz, desde Deloitte, y Germán Sánchez apoyaron esta idea, aunque este último recalcó que existen muchas barreras que hay que derribar: “Ante la situación laboral que nos espera, los jóvenes preferimos trabajar para nosotros mismos. Sin embargo, necesitamos más facilidades”. El Gobierno ofrece reducciones en la cuota de autónomo durante los primeros años de alta y ayudas financieras ICO (Instituto de Crédito Oficial), entre otras cosas. Aun así, Josep Sala i Cullel sigue sin contemplar esta opción como algo positivo: “El discurso de emprender está muy bien para aquellos que disponen de ayudas económicas de familiares o allegados, pero si no, con la burocracia que impone España y con la cuota de autónomo —la mínima se sitúa en 286,15 euros mensuales—, que ahora quieren subir, es muy complicado”, reflexionó.

Emancipación a los 30, ¿cómo cambiar esto?

En España, la edad media de emancipación es de 29 años, una cifra muy por encima de la media europea, que se sitúa en 26 años, según datos de la Oficina Europea de Estadística, Eurostat. “Para mis padres, por ejemplo, era impensable emanciparse a los 30 años, y lo peor es que no siento que haya una verdadera preocupación porque nos estemos emancipando a esas edades y de las formas que nos emancipamos, en pisos pequeños y compartiendo con otras personas”, lamentó Germán Sánchez.

placeholder En pantalla, Josep Sala i Cullell, autor del libro ‘La generación tapón’.
En pantalla, Josep Sala i Cullell, autor del libro ‘La generación tapón’.

Idoia de Paz incidió en la importancia de canalizar más ayudas para los jóvenes desde la esfera pública: “Tenemos una cultura muy focalizada en que la familia asuma la formación y la emancipación temprana de los jóvenes, algo que en otros países cubre el Estado y que permite a la gente independizarse mucho antes”, dijo De Paz. Es el caso de países nórdicos como Noruega, donde la edad media es de 19 años, según datos de Eurostat.

Pero ¿escucha la esfera política las peticiones de los jóvenes? “Hemos reivindicado muchas cosas, nos manifestamos y sentimos que no se nos escucha, que damos igual, nos hacen sentir como si tuviéramos una rabieta de niños”, lamentó el creador de contenidos Germán Sánchez. “Este sentimiento de frustración hace que seamos más revolucionarios y que nos polaricemos más, y a veces son los movimientos más radicales los que acaban calando”, añadió el joven. Para ser escuchados, "ahora nos movilizamos a través de las redes sociales y comunicamos nuestros sentimientos y opiniones de otra manera”, testificó Sánchez.

Está claro que los modelos han cambiado. "Cada vez son menos los jóvenes que acuden a un sindicato o se afilian a un partido político para luchar por sus derechos", afirmó Josep Sala: “Desde que comenzaron estos movimientos con la generación tapón, los sindicatos en España solo han trabajado para proteger a los que ya eran fijos dentro de las organizaciones”. El escritor puso el ejemplo de las dobles escalas salariales, a través de las cuales el empleado fijo cobraba lo mismo y el que entraba nuevo cobraba la mitad. "Esto fue aceptado por los sindicatos”, indicó el escritor. La generación X “fracasó en sus reivindicaciones”, por eso ahora los jóvenes “tienen que dejar atrás los modelos antiguos y utilizar nuevos espacios y canales, como por ejemplo las redes sociales”, dijo Sala i Cullel, a lo que Idoia de Paz añadió que "las redes sociales utilizadas con inteligencia, con afán de transformación y de cambio son un buen canal en el que articular discursos y generar debate”.

Hace 50 años, muchos jóvenes no hubieran contemplado la posibilidad de vivir bajo el techo de sus padres a los 30, tener su primer hijo una vez superados los 35 o pagar una hipoteca durante medio siglo. Hoy, sin embargo, es la realidad de una generación que, si bien ya empezaba a divisar algo de luz tras la crisis financiera de 2008, ahora tendrá que lidiar con las consecuencias de una pandemia que ha causado fuertes estragos en la sociedad. España cerró 2020 con la peor tasa de desempleo juvenil de toda la Unión Europea: cuatro de cada 10 personas menores de 25 años están en paro, y el 25% de los comprendidos entre los 25 y los 30 años tampoco tienen trabajo, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del INE.

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