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Muchos elogios, pero para comer un bocata: el polémico avituallamiento de los bomberos
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POLÉMICA CRECIENTE

Muchos elogios, pero para comer un bocata: el polémico avituallamiento de los bomberos

Incendio tras incendio, se repiten dos escenas: dirigentes ensalzando el trabajo de los que se juegan el tipo apagan las llamas, mientras estos se quejan de las condiciones

Foto: Un bombero trabaja en las labores de extinción de un incendio de Zamora. (Reuters/Isabel Infantes)
Un bombero trabaja en las labores de extinción de un incendio de Zamora. (Reuters/Isabel Infantes)

Los grandes incendios que desde el verano pasado azotan España se han convertido en arma política, también en un escenario para intentar levantar adhesiones o sacar rédito electoral. Y es en este complejo contexto donde colisionan el discurso y la realidad de los bomberos forestales. En el que la palabra "héroes" borbotea en cada intervención ante los medios de comunicación, mientras los que se juegan el tipo peleando contra las llamas "reciben tras 11, 12, 13 o 14 horas a más de 1.000 o 2.000 calorías un bocadillo con dos lonchas de fiambre, una botella de agua y una pieza de fruta". Un avituallamiento extendido por todo el país que en forma de fotografía se extiende por las redes sociales y que hasta ha motivado la intervención del chef José Andrés y su ONG World Central Kitchen.

Da igual la comunidad del país. Solo hay que recurrir a Twitter cuando se produce un incendio para darse cuenta de que es un problema endémico que se reproduce "año tras año", señalan Antonio Alex y Sergio Blanco, delegados de la Unión independiente de Trabajadores de Andalucía (UITA) en el Plan Infoca. Ambos son contundentes a la hora describir el malestar de los profesionales en la extinción de incendios cuando sostienen que están "achicharrados".

Foto: Imagen de uno de los archivos que asolan España estos últimos días, en Santibañez del Val en Burgos. (EFE/Santi Otero)

Luis —nombre ficticio— tiene una dilatada trayectoria sofocando incendios por toda la región andaluza y explica que se siente "insultado" por un gesto que “tristemente no es excepcional". "Puedo entender que en un incendio que se inicia a última hora, en el que se busca un bar o una gasolinera para que de madrugada elabore 50, 100 o 200 bocadillos, se haga lo que se pueda, pero no se puede convertir en una norma".

"Pediría que nos diesen la misma comida que darían a sus familiares", manifiesta este bombero, a lo que Jorge —nombre ficticio—, un compañero que con muchos veranos a sus espaldas extinguiendo fuegos, lamenta que esto "es el día a día". Bombero forestal del Plan Infoca desde 1994, apunta que "los bocatas con dos o tres lonchas que parecen fotocopias" son un clásico.

El primero destaca el movimiento que aumenta por toda España para denunciar esta situación y que tiene como protagonistas a bomberos que utilizan las redes sociales para difundir fotos de su avituallamiento y exponer públicamente una atención muy mejorable. La Asociación Sindical Profesional de Agentes Medioambientales de Castilla y León (Apamcyl) ha sido una de las más activas y consiguió involucrar al chef José Andrés con un simple tuit. En él le preguntaban su opinión sobre el debate abierto por la "precariedad de la alimentación" de los especialistas antiincendios de esta región. El cocinero respondió rápidamente y movilizó a su ONG World Central Kitchen para proporcionar un avituallamiento de calidad. "Siempre hay que alimentar bien, especialmente a las personas arriesgando sus vidas y trabajando sin paro ni descanso. Ayuda a la moral y es importante que tenga las calorías necesarias para un trabajo intenso!", justificó José Andrés, que dio un tirón de orejas a la Junta de Castilla y León al decirle: "Por favor, cuesta poco hacerlo bien".

El ente autonómico, que en el incendio de La Culebra se ha enfrentado a la calcinación de más de 25.000 hectáreas, se ha defendido frente a esta polémica deslizando una supuesta utilización de "problemas puntuales" para "orquestar campañas", ya que recalcó que la asistencia de los bomberos estuvo siempre garantizada. No piensa igual el portavoz de Apamcyl, Esaú Escolar, que recomienda a sus compañeros "salir de casa con dos bocatas y varios litros de agua en la mochila", porque la comida "llega tarde, mal y nunca". Desde su punto de vista, los problemas actuales son una "concatenación de factores" que denotan "falta de organización o logística" de las administraciones.

Los bomberos piden una alimentación acorde al desgaste físico que requiere apagar un incendio

¿Pero cómo se organiza el avituallamiento? Pues no se sabe muy bien. Este periódico ha consultado a la Junta de Andalucía, que no ha ofrecido detalles. Personal de los servicios de extinción, por su parte, explican que suele haber conciertos con establecimientos y que es un técnico intermedio el que suele recogerlos y llevarlos al lugar del incendio.

Luis señala que desconoce "cuánto se invierte en cada avituallamiento", pero "si es suficiente para comprar comida decente y no lo hacen, pues es para sospechar"; y si el presupuesto "es corto, habrá que elevarlo".

"Es lógico que hay algo que no funciona", añade Alex, que revela que desconocen "si se destina una cantidad de dinero fija por cada trabajador". Sea como sea, el sistema actual no satisface a los bomberos y piensa que se debe "elaborar un nuevo protocolo". "Igual hay que sacar del monte al personal que está en segunda actividad para que se encargue de esta tarea, o tal vez dar una dieta a los bomberos, pero hay que repensar un servicio que actualmente no contenta", apunta Sergio Blanco, que además considera necesario adquirir alimentos acordes para situaciones de gran desgaste físico. "Barras energéticas, bebidas altas en electrolitos… que ayuden a recuperarse cuando te estás enfrentando a escenarios con más de 1.000 o 2.000 calorías", frente a "los refrescos de cola" que han dado a Jorge en los últimos incendios. "¿No hay más cosas que bocadillos? ¿No nos pueden dar, por ejemplo, una ensalada de pasta?", se preguntan.

Escolar señala que un bombero forestal, "durante las primeras cuatro horas de extinción de un incendio, puede consumir la misma energía que un deportista de élite, y no creo que a estos les den un bocadillo con tres lonchas de chorizo para recuperarse". Por lo que coincide en la necesidad de suministrar alimentación acorde a un escenario de emergencia, que sea beneficiosa, y cree que sería positivo seguir los consejos de nutricionistas.

"Soy partidario de que en los incendios se cuente con barritas alimenticias y otros complementos como bebidas energéticas, y que después se dé un plato nutritivo", señala el portavoz de Apamcyl, que considera que la experiencia con World Central Kitchen ha sido muy buena.

"Le diría a los políticos que vengan a comer los mismos bocadillos que nos dan a nosotros"

Para el resto de la ciudadanía, esta polémica puede parecer "anecdótica", pero "es reveladora de la situación de los bomberos forestales", explica el delegado de la UITA, que contrapone la calidad de los avituallamientos con los discursos épicos que la clase política construye en torno a la labor de estos profesionales. "No sé cuántas veces les he escuchado llamarnos héroes, pero que recuerden que estos héroes cobran 1.200 euros, se comen un 'pitufo' —un pequeño bollo de pan— y echan 14 horas, sin tener en cuenta que muchos tienen contratos temporales", reprocha, antes de espetar a los dirigentes de los distintos partidos que "sería de agradecer que, cuando estén en el puesto de mando, vengan a comer los mismos bocadillos que nos dan a nosotros".

Esaú Escolar es de los que piensa que los políticos "sobran en los puestos de mando" porque "no entienden absolutamente nada de las decisiones técnicas que toman" —"como las vacas viendo pasar el tren"—, y queda la sensación de que "van a hacerse la foto". "Su papel está en tratar de solventar las necesidades de los desalojados y los que lo pasan mal", añade.

Foto: Los bomberos tratan de apagar las llamas en Castrelo de Miño (Ourense).  (EFE/Brais Lorenzo)
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Hay quien pueda pensar que esta postura puede ser visceral, pero es que los ánimos están muy caldeados entre estos profesionales. Muchos tienen contratos temporales y persiguen una estabilidad que nunca llega, por mucho que se la jueguen cada vez que son movilizados. "En cambio, tenemos que oír que nos van a privatizar", incide Jorge, en referencia a la auditoría que realizó la Administración andaluza a sus empresas públicas y que apuntaba a la idoneidad de externalizar servicios de la Agencia de Medio Ambiente y Agua (Amaya) a la que está adscrita el Plan Infoca.

Los grandes incendios que desde el verano pasado azotan España se han convertido en arma política, también en un escenario para intentar levantar adhesiones o sacar rédito electoral. Y es en este complejo contexto donde colisionan el discurso y la realidad de los bomberos forestales. En el que la palabra "héroes" borbotea en cada intervención ante los medios de comunicación, mientras los que se juegan el tipo peleando contra las llamas "reciben tras 11, 12, 13 o 14 horas a más de 1.000 o 2.000 calorías un bocadillo con dos lonchas de fiambre, una botella de agua y una pieza de fruta". Un avituallamiento extendido por todo el país que en forma de fotografía se extiende por las redes sociales y que hasta ha motivado la intervención del chef José Andrés y su ONG World Central Kitchen.

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