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Guía para entender a la izquierda andaluza: ¿por qué se odian si en realidad dicen lo mismo?
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Guía para entender a la izquierda andaluza: ¿por qué se odian si en realidad dicen lo mismo?

Tres papeletas más allá del PSOE: Unidas Podemos, Adelante Andalucía y Andaluces Levantaos. Un objetivo común, echar a las derechas del Gobierno, pero sin suma de fuerzas

Foto: Teresa Rodríguez y Esperanza Gómez en una foto de archivo. (EFE/Muñoz)
Teresa Rodríguez y Esperanza Gómez en una foto de archivo. (EFE/Muñoz)

El manifiesto del Jardín Botánico de Córdoba de este 4 de diciembre, día simbólico para la comunidad, 44 años después de que los andaluces se manifestaran masivamente en las calles por una autonomía de primera, se convirtió en una llamada de Unidas Podemos a la creación de un frente común en la izquierda. Un espectro político que incluye a varias formaciones, que se envuelve con más ostentación que nunca en la bandera blanca y verde, que siempre ha celebrado la efeméride, que comparte discurso, tanto que suena muy parecido con contadas diferencias, pero que tiene muy difícil integrarse en una sola coalición electoral. ¿Por qué?

La llamada la hizo Unidas Podemos por Andalucía, en concreto el coordinador regional de Izquierda Unida, Toni Valero, posible candidato electoral. En un acto en Córdoba, donde reivindicó la figura de Julio Anguita que ahora utiliza Vox. “Que se limpien la boca para hablar en su nombre”, avisó. Valero fue muy claro en su propuesta: “O venceremos todos o desparecemos todos. Es el dilema que tenemos en Andalucía. El interés del pueblo andaluz manda no dividirse”. Su objetivo: “Un frente amplio para sacar a las derechas del Gobierno”, “un espacio amplio, amable, diverso y plural”.

A ese acto, Unidas Podemos, que lidera en Andalucía la diputada nacional Martina Velarde, había invitado a la vicepresidenta Yolanda Díaz, que no asistió “por problemas de agenda”. Su guiño fue escribir un tuit reivindicando el 4-D. Los morados, donde se integran los pesos pesados de IU y del Partido Comunista, con lazos con Díaz, quieren jugar con la carta de la vicepresidenta a su favor en la campaña de las andaluzas. Es lógico que invoquen el diálogo, el acuerdo amplio. Sin embargo, la también ministra de Trabajo, de momento, no se ha mojado mucho y sigue evitando venir a Andalucía.

Al mismo tiempo, la incredulidad del resto de partidos a la izquierda del PSOE en la región sigue intacta. La comparación chistosa con el Frente Judaico Popular de ‘La Vida de Brian’ es imposible de evitar. La ensalada de nombres y las escasas diferencias entre unas fuerzas y otras impiden identificar con claridad cada una de las papeletas. Son tres: Unidas Podemos por Andalucía, que integra a IU y el PCA; Adelante Andalucía, liderado por Teresa Rodríguez, y Andaluces Levantaos, con Esperanza Gómez. Antes de unirse contra un enemigo común —en la película de los Monty Phyton, los romanos, y en Andalucía, un Gobierno del PP con la amenaza de la extrema derecha de Vox—, siguen prefiriendo crear secciones y enfrentarse entre ellos.

Foto: La coordinadora de Más País Andalucía, Esperanza Gómez (c), y el portavoz parlamentario de Más País, íñigo Errejón (d). (EFE/Caro)

“Amable”, dijo el líder de IU. El ambiente en la izquierda andaluza a un lado del PSOE es muchas cosas, pero amable, no. “Ese frente común, esa suma que ahora proponen, ya existió, se llamaba Podemos y se encargaron de reventarlo. ¿No se acuerdan ya?”, asegura alguien que vivió esa implosión desde dentro. Es la clave que dificulta una coalición. No se trata de unir piezas de un puzzle que encajan con facilidad, porque de hecho hay muchísimos puntos en común en los planteamientos ideológicos y programáticos, en las prioridades. También, cierto, algunas diferencias. El verdadero impedimento es recomponer el jarrón hecho añicos. Hay muchos cristales rotos. Demasiados.

Desde 2015 a ahora

En 2015, Podemos entró por primera vez en un Parlamento y lo hizo en Andalucía con 15 diputados. En ese grupo había activistas, juristas, otros profesionales y gente de sindicatos de la órbita de Izquierda Unida. Al frente estaba la gaditana Teresa Rodríguez. En esas filas también figuraba la profesora de Derecho Constitucional Esperanza Gómez, que hoy encabeza otro proyecto para las próximas elecciones, el de ‘Andaluces Levantaos’. Desde el primer momento se palparon las tensiones. El lado más radical entonces, con Pablo Iglesias detrás y con Rodríguez dominando la escena, se negó a llegar a ningún tipo de acuerdo de investidura con el PSOE de Susana Díaz. El frente más posibilista, con Íñigo Errejón desde Madrid y fieles en la región como Gómez o Carmen Lizárraga, la familia de los profesores universitarios, mantenía otra posición. Apostaban por abrir el diálogo, convencidos de que el discurso de la pureza y de no entrar en los gobiernos funcionaba bien en la teoría, pero no en la práctica si se quería cambiar la vida de la gente. La vida ha dado cientos de vueltas desde entonces.

Podemos no cerró ningún tipo de acuerdo con el PSOE, que firmó un pacto con Cs. En ese momento, en el Parlamento andaluz, la formación de Pablo Iglesias convivía con el grupo parlamentario de Izquierda Unida, liderado por Antonio Maíllo, con cinco diputados. IU había pagado muy cara su coalición de Gobierno en la legislatura anterior con los socialistas, habían perdido siete representantes respecto a las anteriores autonómicas. Los ánimos estaban muy calientes en el partido. De hecho, Maíllo compartía con Teresa Rodríguez su rechazo profundo a la figura de Susana Díaz.

Maíllo compartía con Teresa Rodríguez su rechazo profundo a la figura de Susana Díaz

Rodríguez ganó las primarias internas de su formación, tras enfrentarse al ala ‘errejonista’. Impuso sin dudas su liderazgo interno y se abrió otro camino de fusión en el sur. Maíllo, entonces coordinador regional de IU, se mostraba convencido de que había que acelerar la interlocución con Podemos y abrirla a otros partidos, organizaciones sociales y plataformas civiles para sumar “un verdadero bloque de izquierdas”, capaz de convertirse en alternativa al PSOE de Díaz. Después de que las dos formaciones concurrieran juntas como Unidos Podemos a las últimas elecciones generales, desde la comunidad apostaron por esa vía. Una vez que las primarias de los morados en Madrid, Andalucía o Extremadura confirmaron la victoria del ala de Pablo Iglesias frente a la de Iñigo Errejón, en IU consideraron que había mimbres y “certidumbre” para comenzar ese camino.

La apuesta: Adelante Andalucía

De ahí nació el gran proyecto, Adelante Andalucía. Una coalición electoral que se malogró tras las últimas elecciones autonómicas. Sacaron 17 escaños y se consideró un fracaso. Entonces vino el divorcio pacífico, dijeron ambos en un vídeo, de Teresa Rodríguez y Pablo Iglesias, allá por febrero de 2020. Ella quería un proyecto autónomo, con independencia de Madrid. Nunca se le concedió. Rompieron.

El ambiente en el grupo parlamentario comenzó a tensarse. De los 17 diputados, 12 eran de Rodríguez y seis de IU, que tenía plena sintonía con Unidas Podemos. Y en octubre de 2020 vino la operación ‘Arreglar lo del Sur’, orquestada desde Madrid. Una adenda al pacto antitranfuguismo permitió expulsar por “traición” a Rodríguez y los suyos. Izquierda Unida se quedó el grupo con sus seis diputados y pasó a llamarlo Unidas Podemos por Andalucía. Adelante Andalucía desapareció del Parlamento y los de Rodríguez pasaron a ser no adscritos. La guerra civil fue tremenda. Puñales por la espalda, acusaciones graves, hasta lágrimas de rabia se han visto en los pasillos de la Cámara regional. Aún el dolor sigue vivo.

La cuenta atrás para las elecciones ha comenzado y la última semana ha sido de infarto, con muchos movimientos en la izquierda

Eso ocurrió hace menos de un año. Es poco tiempo. Además, en Unidas Podemos dan por amortizada a Teresa Rodríguez. En un artículo reciente publicado en El Diario, Maíllo, ya retirado de la primera fila política, dejaba claro que la figura de la gaditana, como la de Susana Díaz, está amortizada. Nada que ver con lo que ella y los suyos defienden. Será de nuevo candidata en las próximas autonómicas por Adelante Andalucía, aunque también hay una guerra en los tribunales por la propiedad de la marca.

Junto a Unidas Podemos y Adelante Andalucía se sumará Esperanza Gómez, afín a Errejón, de Más País Andalucía, con Andaluces Levantaos. Ella y Teresa Rodríguez sí hablan, hay diálogo, hay buen rollo. Con la formación morada no. La amabilidad brilla por ausencia. La cuenta atrás para las elecciones, que se otean en junio, ha comenzado y la última semana ha sido de infarto, con muchos movimientos en la izquierda. Puede pasar de todo, pero la unidad precisamente no está a la vista.

El manifiesto del Jardín Botánico de Córdoba de este 4 de diciembre, día simbólico para la comunidad, 44 años después de que los andaluces se manifestaran masivamente en las calles por una autonomía de primera, se convirtió en una llamada de Unidas Podemos a la creación de un frente común en la izquierda. Un espectro político que incluye a varias formaciones, que se envuelve con más ostentación que nunca en la bandera blanca y verde, que siempre ha celebrado la efeméride, que comparte discurso, tanto que suena muy parecido con contadas diferencias, pero que tiene muy difícil integrarse en una sola coalición electoral. ¿Por qué?

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