El Parlamento andaluz aprueba expulsar al "traidor" y deja a la izquierda hecha trizas

El Parlamento andaluz se ha convertido en la primera Cámara española en adaptar su reglamento al nuevo pacto antitransfuguismo que se selló en el Ministerio de Política Territorial en noviembre de 2020. Las nuevas reglas de juego permiten a los partidos expulsar a los diputados díscolos o discrepantes bajo el argumento subjetivo de “traición” y refuerzan el poder del aparato de los partidos políticos. El debate estuvo cargado de tensión, incluso insultos entre la bancada de la izquierda. PP, Cs, PSOE y seis diputados de Adelante Andalucía, todos de IU y alineados con Podemos, votaron a favor y aprobaron la reforma que los propios letrados del Parlamento advirtieron tenía "dudas jurídicas" de constitucionalidad.

Los nueve diputados no adscritos, expulsados de Podemos, con Teresa Rodríguez al frente, votaron en contra. Vox se abstuvo y alertó de que no estaba de acuerdo con ese concepto subjetivo de “traición” y rechazó además que los grupos puedan quedarse la asignación económica íntegra pese a echar diputados. A partir de ahora, Adelante Andalucía, limitada a los siete diputados de IU y dos ‘independientes’ que siguen en el grupo pese a ser afines a los expulsados, recupera una asignación anual para cubrir gastos, al margen de las nóminas, de 1,7 millones de euros. La expulsión de nueve diputados afines a Teresa Rodríguez había reducido esa cantidad a 784.000 euros, menos de la mitad. Pasan de 17 a ocho diputados, pero se repartirán el mismo dinero.

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Podrán además cambiar el nombre del grupo, ahora Adelante Andalucía, marca con la que Podemos, con Teresa Rodríguez, e IU concurrieron en las últimas autonómicas. Pasarán a llamarse Unidas Podemos por Andalucía.

La izquierda, en guerra civil

El debate exhibió que en Andalucía lo que hay a la izquierda del PSOE está hecho trizas. Ya no es solo política, hay una cuestión personal y un desgarro que se antoja difícil de reparar. Fue inevitable en plena campaña del 4-M en Madrid y cuando se ve cómo los tres candidatos de la izquierda, Ángel Gabilondo (PSOE), Pablo Iglesias (Unidas Podemos) y Mónica García (Más País), se tienden la mano para una alianza poselectoral, pensar que en Andalucía eso va a ser, si no imposible, sí muy difícil.

El debate estuvo cargado de tensión. “Vendieron su alma al fascismo para sacarnos del grupo parlamentario. Han dado una imagen lamentable de la izquierda... ¿Este desgarro para qué?”, interpeló Teresa Rodríguez a sus excompañeros de Adelante Andalucía.

“Hasta aquí hemos llegado, no esperen de nosotros más rencor. En las próximas elecciones, habrá tres papeletas de la izquierda, dos de Madrid y una en Andalucía”, señaló la exlíder de Podemos, dejando claro que concurrirán a las elecciones en una marca “andalucista”. "Soy más de Paquita la del Barrio, pero que les vaya bonito", se despidió Rodríguez aludiendo a la cantante de rancheras famosa por su 'Rata de dos patas'.

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“Transfuguismo es corrupción”, concluyó el diputado de IU Ismael Sánchez. “Corrupción es lo que hacían los tuyos en el Ayuntamiento de Sevilla”, le replicó Teresa Rodríguez desde el pasillo del hemiciclo en pie y sin soltar a su bebé, que la acompañó durante el debate.

"Arreglar lo del sur"

Cuando IU, de la mano de Podemos, en Madrid planteó el pasado septiembre renovar el pacto antitransfuguismo con la complicidad del PSOE, señaló directamente que tenía que “arreglar lo del sur”. Se referían a Teresa Rodríguez, que meses antes había pactado, en un idílico vídeo con Pablo Iglesias, un pacífico divorcio y su salida de Podemos. El buen tono duró poco e IU registró en la Cámara andaluza, mientras se aprobaba en Madrid el pacto antitransfuguismo, la expulsión de Rodríguez y los suyos de Adelante Andalucía, quedándose el grupo y asegurando que había traicionado a Podemos. Desde IU, denunciaron que antes Rodríguez, que cuando fue expulsada estaba de baja maternal, había cambiado de forma unilateral las cuentas bancarias para que IU no tuviera acceso a la asignación económica que le correspondía. A partir de ahí, las acusaciones entre unos y otros no hicieron más que subir de decibelios.

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Cs mostró al principio muchas dudas de participar de forma directa en la reforma del reglamento por la vía exprés para ayudar a Podemos a arrinconar a Teresa Rodríguez y los suyos. Una orden directa de la dirección nacional de Inés Arrimadas obligó a cambiar el voto y allanar la expulsión de los diputados tachados de díscolos. Cs participó activamente en la revisión del pacto antitransfuguismo, que da todas las facilidades a los aparatos de los partidos para ir contra quien incumpla, por ejemplo, la disciplina de voto. Fue uno de los asuntos que quedaron al descubierto durante el debate del pacto en Madrid. A los diputados socialistas que se alinearon con Pedro Sánchez y, en contra de las indicaciones de la gestora, votaron en contra de la investidura de Rajoy los podrían haber expulsado y declarado tránsfugas de forma inmediata. Rodríguez se pregunta si Podemos también considera tránsfuga a la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

El nuevo reglamento convierte en ley el acuerdo político sellado en Madrid y cada partido podrá decidir conforme a una normativa interna quién lo ha traicionado y expulsarlo sin más problemas y sin costes económicos —no perderían asignaciones de la Cámara— ni políticos —se plantea ponderar el voto para no perder las mayorías—. Nunca fue tan fácil y tan 'barato' deshacerse del díscolo o discrepante. El Parlamento andaluz ha vetado que acudieran expertos en derecho constitucional para informar sobre la reforma del reglamento y ha metido el acelerador para sacar esta reforma con mucha prisa. Teresa Rodríguez ha recurrido al Tribunal Constitucional, que tendrá la última palabra.