Sánchez revienta el 'congreso de unidad' y obliga a Susana Díaz a bajar al barro
El exlíder socialista se presenta como el candidato de la militancia, enarbolando el 'no es no' y retando a la andaluza a un plebiscito. Si la sevillana da el paso debe ir a la guerra
Pedro Sánchez se tomó su particular revancha cuatro meses después de dimitir como secretario general en el peor comité federal que recuerda el PSOE. Este sábado en Dos Hermanas, una aldea gala en Andalucía frente al ‘susanismo’, se proclamó como el candidato "de la militancia" e hizo saltar por los aires los planes de quienes pidieron su cabeza. Los barones y la gestora socialista querían tiempo y retrasar el congreso para pacificar las aguas y curar heridas pero sus planes han reventado. Sánchez quiere un plebiscito con Susana Díaz y su lema sigue siendo el ‘no es no’ al PP y a Mariano Rajoy.
La temida fractura con la militancia está ahí. Hubo varios momentos muy señalados en el acto en el que Sánchez este sábado presentó su candidatura de manera oficial. Uno se produjo cuando el alcalde anfitrión, Quico Toscano, mencionó a Felipe González para reivindicar su legado y desde las gradas se oyeron mensajes de “Judas”, “traidor” o “el de la luz”, con sus correspondientes abucheos. El regidor de Dos Hermanas pasó un mal trago, pidió calma y llamó a no despreciar el pasado socialista. Él es amigo personal del expresidente del Gobierno. La gran avenida que había detrás del escenario es un bulevar con el nombre de Felipe González. Entre el público, había hasta dos sobrinos del exlíder del PSOE dando su apoyo a Sánchez. Pese a todo, hay una fractura muy profunda y dolor entre la bases y eso, de forma incontrolable, quedó ahí.
Tampoco fue baladí la última frase de Sánchez antes de que sonara ‘La Internacional’ y los más de 1.600 socialistas allí congregados fueran a abrazar, besar y dar ánimos al que ya se había proclamado candidato a las primarias. "Llegó la hora de que digamos alto y claro que la militancia es la única autoridad del PSOE", cerró el acto. Parafraseaba a la secretaria general del PSOE de Sevilla, Verónica Pérez, íntima de Susana Díaz, cuando horas antes del negro 1 de octubre se proclamó como "la única autoridad del PSOE". Fue toda una declaración de guerra que ahora Sánchez hacía suya.
Ánimos encendidos
Los ánimos están muy encendidos. Sánchez calcula que tiene por delante una batalla muy dura y complicada. En sus mensajes ignoró a Patxi López y se centró en Susana Díaz. Ese será su juego, polarizar. Es su relato. El que más puede beneficiarle, confiesan en su equipo. Vendió las primarias como una pelea entre el aparato del partido, los barones, y la militancia socialista o entre quienes abogan por un PSOE de izquierdas y los que dieron paso al PP. Justo lo que más ha temido siempre la baronesa andaluza. Fuentes socialistas admiten que tras el paso de Sánchez, en Alcalá de los Gazules (Cádiz), donde Susana Díaz tenía a la misma hora un mitin, cundió "mucha preocupación" por que el ambiente "se vuelva a envenenar". Ella una vez más se limitó a decir que no toca hablar de liderazgos.
Fuentes socialistas admiten que tras el paso de Sánchez, en Alcalá de los Gazules, donde estaba Díaz, cundió "mucha preocupación"
La fractura está ahí y Pedro Sánchez va a echar sal en las heridas. Fuentes próximas a la jefa de la Junta trasladaron que la dirigente andaluza aún tiene tiempo y que ya advirtieron de que ningún anuncio iba a cambiar sus planes. Pero la presión sigue subiendo. Ya sabe que si quiere pelear el bastón de mando del PSOE tendrá que bajar al barro y enfrentarse cara a cara con el exsecretario general. Ni llegará bajo palio a Ferraz ni con unas primarias hechas a su medida para arriesgar lo menos posible. Tendrá que ir a la guerra y jugárselo todo. Justo lo que más temía. Por más que los suyos cuenten que "ganaría de largo" y retraten a Sánchez como un kamikaze dispuesto a destrozar el partido, el vértigo que hasta ahora la ha paralizado en sus oportunidades de saltar a Madrid se sitúa de nuevo en primer plano.
¿Aguantará la baronesa andaluza?
Una vez que el exsecretario general se ha lanzado a la piscina, si quieren evitar el choque de trenes la única opción es que Susana Díaz se retire, no presente candidatura y dé paso a Patxi López. Un escenario al que se aferran con fuerza los partidarios del exlendakari, convencidos de que solo su candidatura como tercera vía puede salvar al PSOE. Si se confirma que hay duelo entre Susana Díaz y Pedro Sánchez, el tercer candidato quedaría directamente fuera de foco y sin posibilidades. Pero López no prevé retirarse. "Antes se retirará Pedro. Llevó a entre 1.200 y 1.500 personas a Sevilla, y de toda España", advertían en el equipo del expresidente del Congreso, restando importancia al poder de arrastre del exlíder.
Sánchez desvelará su agenda pronto: prevé recorrer hasta las primarias todas las provincias españolas. Los suyos saben que será una pelea dura
Desde el entorno de Sánchez informaron de que en los próximos días desvelará su agenda y que tiene previsto recorrer en los meses que quedan hasta las primarias de mayo todas las provincias españolas. Saben que será una pelea dura. Otro detalle del acto: fueron muchos los militantes que se dirigieron a la tarima donde estaba la prensa para preguntar por las cámaras de La Sexta y enviar ‘recuerdos’ al periodista Antonio García Ferreras. Un día antes su programa desvelaba supuestas reuniones secretas de Sánchez con ERC y concesiones al independentismo. El exlíder socialista negó en un escrito en Facebook que se hubieran producido conversaciones más allá del acuerdo de investidura. En el equipo de Sánchez se preparan para algo así como una conjura mediática y de los grandes poderes en su contra.
Pedro, "el mártir"
Desde las filas del susanismo admiten que incluso la presión mediática contra Sánchez puede ser como un bumerán y ensalzar la imagen de héroe y mártir que enfatiza para presentarse ante la militancia. Si había algo flotando entre quienes dirigen ahora mismo el PSOE era "preocupación" por el "daño" que pueda infligir al PSOE. "Preocupación" fue la palabra más repetida por todos los líderes consultados. Habría que añadir también la incertidumbre.
Susana Díaz puede seguir sin dar el paso oficialmente, a un lado, encajando los golpes, sin poder responder como candidata y arriesgándose a que se vuelva a deteriorar su imagen. Puede seguir adelante con su campaña como aspirante no confesada y dejar que pase el tiempo para que los dos rivales que ya han dado el paso, Patxi López y Pedro Sánchez, se desgasten entre sí. En las filas del sanchismo hablan de "dolor" por la "traición" desde ‘la quinta planta’ de Ferraz, donde estaba el aparato de Organización que se ha ido con el dirigente vasco. Sin embargo, tienen claro que el único rival de Sánchez es la dirigente andaluza. Incluso quienes suman más trienios y reflexionan de forma más fría creen que finalmente podría haber una integración de las dos candidaturas.
Díaz puede seguir adelante como aspirante no confesada y dejar que López y Sánchez se desgasten. Queda por ver qué dicen los históricos
Queda también por ver si los grandes nombres del PSOE, los que pese a que dicen que están ya retirados siguen manejando los hilos, siguen animando a Susana Díaz a que se lance o empiezan a ver con mejores ojos que dé paso a esa tercera vía para recomponer sin que haya más dinamita interna. Si alguna vez en el PSOE hubo paz desde el 1 de octubre, el armisticio ya no existe. Queda por ver si la militancia está de verdad con Pedro Sánchez y castiga la abstención frente al PP o eso también es un espejismo. Él ha vuelto y si hubiera que buscar un título para la película que vendió durante su presentación cabría este del cine español: ‘No habrá paz para los malvados’. Sánchez va a un congreso donde, advirtió, no se pondrán los nombres de los ganadores desde arriba "a la vieja usanza" sino que decidirá la militancia, y que convirtió en un plebiscito entre quienes defienden "un PSOE de izquierdas autónomo de la derecha" o "el PSOE que facilitó el Gobierno al PP". Se arrogó el apoyo del socialismo catalán y declaró "sed de cambio". Más visceral no puede presentarse la batalla.
Pedro Sánchez se tomó su particular revancha cuatro meses después de dimitir como secretario general en el peor comité federal que recuerda el PSOE. Este sábado en Dos Hermanas, una aldea gala en Andalucía frente al ‘susanismo’, se proclamó como el candidato "de la militancia" e hizo saltar por los aires los planes de quienes pidieron su cabeza. Los barones y la gestora socialista querían tiempo y retrasar el congreso para pacificar las aguas y curar heridas pero sus planes han reventado. Sánchez quiere un plebiscito con Susana Díaz y su lema sigue siendo el ‘no es no’ al PP y a Mariano Rajoy.
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