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Susana Díaz cierra la puerta de su Gobierno al líder de Izquierda Unida

La presidenta asegura que “no tiene previsto cambiar” su Ejecutivo y niega una crisis en las consejerías de sus socios para que entre Maíllo

Foto: La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. (EFE)
La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. (EFE)

No habrá caras nuevas ni está prevista una crisis en el Gobierno andaluz en los próximos meses. Así de tajante se ha mostrado la presidenta de la Junta, Susana Díaz, en una entrevista en la Ser en la que la dirigente socialista ha asegurado que no entra en sus planes cambiar el Gobierno porque el actual es que el que “necesita Andalucía en un momento muy difícil y muy complicado”. La rotundidad de la líder socialista se ha mantenido cuando se le ha preguntado sobre la posible entrada del coordinador regional de IU, Antonio Maíllo, en su Ejecutivo. “Yo no voy a cambiar el Gobierno porque me lo diga una fuerza política. El gobierno que presido es fruto del acuerdo de dos fuerzas pero no puede estar sujetos a las cuestiones internas de las distintas fuerzas políticas”. “No puedo entender, ni compartir, ni admitir que mi gobierno tenga fecha de caducidad”, ha zanjado.

El pasado domingo Izquierda Unida celebró una asamblea en la que abrió al examen de sus militantes el acuerdo con el PSOE en la Junta de Andalucía. Como resultado, el líder de IU, Antonio Maíllo, se comprometió a forzar una comisión de investigación sobre toda la corrupción en Andalucía, mezclando casos que afectan a los tres partidos políticos del arco parlamentario como la trama Gürtel, Bárcenas, los cursos de formación o la trama de sobornos de Fitonovo. No se sabe cómo se podrá materializar esta promesa política. Además fijó junio, tras las municipales y en la recta final de la legislatura, como plazo para convocar un referéndum que decida la continuidad de IU en el Gobierno andaluz. Así logró silenciar a los críticos, cada vez más duros en su discurso y sin estar ajenos al daño que podría recibir este partido por la irrupción de Podemos en el tablero político de la comunidad.

Cinco leyes, como la banca pública, la creación del banco público de tierras, la renta básica, una norma para frenar los desahucios energéticos (los cortes de luz y agua a los ciudadanos en situación de emergencia) o la ley de igualdad medirán el cumplimiento del acuerdo y decidirán si hay o no referéndum. Maíllo, que logró de la asamblea un respaldo del 77%, se dotó de manos libres para hacer cambios en su organización y en sus áreas del Gobierno andaluz. Desde entonces, cada vez que se le pregunta sobre si entrará en el Ejecutivo, se limita a responder que “de momento” no entra en sus planes. Sin embargo, fuentes del partido admiten que esa posibilidad existen y apuntan a una posible salida del actual vicepresidente y excoordinador de la formación, Diego Valderas. IU tiene otras dos carteras. La de Fomento, que dirige Elena Cortés, y la de Turismo, en manos de Rafael Rodríguez.

La entrada de Maíllo en el Consejo de Gobierno, a la que se ha negado tajantemente Susana Díaz, quizás le permitiría consolidar su liderazgo y reforzar su conocimiento antes de unas autonómicas. Sin embargo, IU tiene que definir su estrategia. No acaba de decantarse entre una campaña de diferenciación del PSOE y acercamiento a nuevas fuerzas como Podemos o una apuesta por vender su gestión dentro del Gobierno de Andalucía en los últimos dos años y poner en valor su pacto con los socialistas. En el primer escenario, la entrada de Maíllo en el Ejecutivo no tendría ningún sentido. Tampoco ayudan los tiempos políticos. Si IU decide mover sus fichas en el Gobierno andaluz tendría que hacerlo como muy tarde en primavera. Después, con la legislatura prácticamente finiquitada y en ambiente preelectoral, no sería muy comprensible.

Reproches mutuos por la inestabilidad

Desde que IU tensó la cuerda del pacto, los socialistas no han ocultado que están molestos. Las llamadas del PSOE a la “lealtad”, la “responsabilidad” y la “estabilidad” se suceden. La forma tan taxativa en la que Susana Díaz ha cerrado la puerta a cambios en su Ejecutivo sin duda sentará mal a sus socios. En estos días, cada vez que se les ha reprochado que pusieran en duda el pacto desde IU han respondido asegurando que son los socialistas los que contribuyen a dar sensación de provisionalidad cada vez que Susana Díaz elude despejar cuál será su futuro político y si dará o no el salto a Madrid. “Es el PSOE el que ha cambiado al presidente de la Junta, a consejeros y a directores generales, mientras que IU sigue con el mismo equipo”, recordó días atrás Maíllo. Es cierto. En estos dos años y medio de acuerdo, Susana Díaz accedió al poder en sustitución de José Antonio Griñán y prescindió de todos aquellos miembros del Ejecutivo que podían salir salpicados del escándalo de los ERE, renovando a cinco de los ochos consejeros socialistas.

En su entrevista en la cadena Ser, Díaz ha vuelto a responder sobre sus relaciones con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, para volver a advertir que los ciudadanos no esperan que el partido esté metido en “líos internos” sino “solucionando los problemas de los ciudadanos”. No ha despejado cuál será su futuro político y se ha limitado a declarar que es “feliz” y que no se arrepiente de no haber optado a la secretaria general de su partido. “No pienso en el futuro sino en lo que tengo que hacer cada día”, ha declarado. Sí ha señalado que las próximas elecciones municipales de mayo serán fundamentales para los socialistas, convencida de que los resultados en Andalucía serán mejor que en 2011 y con una declaración de intenciones: “Voy a ayudar y pelear porque los resultados en España sean buenos”.

Vocación nacional

Sí que ha deslizado una reclamación cuando ha dejado claro que en su opinión “el PSOE de Andalucía puede aportar más a España” por el hecho de estar en el Gobierno. Esa es una de las grandes quejas de los socialistas andaluces, que se sienten desplazados y en ocasiones hasta ninguneados por el actual equipo de Ferraz con hechos concretos como que no se haya contado con ellos para formar parte del comité electoral al que se encomienda la estrategia ante los próximos comicios. Tampoco ha renunciado Díaz a reforzar su perfil de líder con vocación nacional, repitiendo la misma frase que días atrás pronunció con solemnidad tras reunirse con Mariano Rajoy en La Moncloa: “España está por encima del PSOE”. “No quiero que este país se me vaya de las manos”, ha añadido.

Vídeo: Encuentro en La Moncloa

Una de las grande sombras en la gestión de Susana Díaz está en las cifras del paro en Andalucía. La presidenta se ha vuelto a mostrar segura de que la comunidad bajará de la barrera psicológica del millón de parados en los próximos meses y de que habrá un crecimiento sostenido del empleo a partir de abril. Ha confirmado que en enero viajará a Bruselas para entrevistarse con los altos cargos de la UE que deberán decidir sobre el reparto de los fondos del llamado Plan Juncker, en el que Andalucía reclama infraestructuras eternamente prometidas y muy importantes para el desarrollo de la comunidad. Sobre el cumplimiento del déficit público, ha avanzado que su Gobierno cumplirá arrojando una cifra “razonable” muy cerca del 1% comprometido y quizás solo algunas décimas por encima.

No habrá caras nuevas ni está prevista una crisis en el Gobierno andaluz en los próximos meses. Así de tajante se ha mostrado la presidenta de la Junta, Susana Díaz, en una entrevista en la Ser en la que la dirigente socialista ha asegurado que no entra en sus planes cambiar el Gobierno porque el actual es que el que “necesita Andalucía en un momento muy difícil y muy complicado”. La rotundidad de la líder socialista se ha mantenido cuando se le ha preguntado sobre la posible entrada del coordinador regional de IU, Antonio Maíllo, en su Ejecutivo. “Yo no voy a cambiar el Gobierno porque me lo diga una fuerza política. El gobierno que presido es fruto del acuerdo de dos fuerzas pero no puede estar sujetos a las cuestiones internas de las distintas fuerzas políticas”. “No puedo entender, ni compartir, ni admitir que mi gobierno tenga fecha de caducidad”, ha zanjado.

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