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"¿Llegará a 'joderse' España?" (Memorias disidentes de Lambán)
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"¿Llegará a 'joderse' España?" (Memorias disidentes de Lambán)

"¿Javier, tú crees que yo soy un radical?". Resulta curioso que el autor no escriba cuál fue su repuesta. Tiempo después, el aragonés llegaría a la conclusión de que Sánchez, efectivamente, lo era. Y lo cuenta

Foto: Lambán presenta su libro 'Una emoción política' en Zaragoza. (EP/Marcos Cebrián)
Lambán presenta su libro 'Una emoción política' en Zaragoza. (EP/Marcos Cebrián)
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Semeja a un milagro que un hombre que acumula patologías tan graves como las que padece el actual secretario general del PSOE de Aragón y expresidente de su Diputación General (2015-2023), Javier Lambán (Ejea de los Caballeros, 1957), haya sido capaz de escribir un libro de 482 páginas en un tiempo récord —unos meses— en el que relata su vida y, al hilo de su discurrir, compone toda una panorámica de la política nacional de los últimos cuarenta años y del discurrir de su partido antes y después de que lo liderase Sánchez en dos épocas: entre 2014-2016 y entre 2017 y la actualidad.

En el capítulo que él titula "Colofón" el político aragonés cuenta que padece diabetes tipo 1 que le obliga a inyectarse varias dosis diarias de insulina; en 2010 le diagnosticaron esclerosis múltiple que, como reconoce, "me aboca a un deterioro progresivo". En febrero de 2021 le descubrieron un cáncer de colon, del que informó de inmediato porque requería intervención quirúrgica y posterior tratamiento. Desafortunadamente, ahora pelea con una metástasis en el hígado. Tampoco se libró de una intervención en la próstata.

El estoicismo de Lambán ante la enfermedad

Con este cuadro que sugiere una carga penosísima, Javier Lambán, ha desempeñado con puntualidad sus obligaciones institucionales sin dejar ni una y sigue al pie del cañón como líder del socialismo aragonés tras perder las elecciones autonómicas en mayo del pasado año. Encara sus enfermedades en unos términos de ejemplar estoicismo que se reflejan en un valioso libro memorial que —siguiendo a Manuel Azaña, al que admira— titula Una emoción política (La Esfera de los Libros). El valor del relato es significativo y gira en torno a una cuestión que explicita el autor al final de la obra, en la página 433. Lambán se pregunta si "¿llegará España a joderse?" Remedando a Vargas Llosa cuando se cuestionó sobre su país, Perú, el autor se responde con una duda. Deja caer que quizá sí, que acaso suceda lo indeseable y la democracia de 1978 termine por pinchar. El ejercicio de lealtad a su partido es, así, una disidencia razonada.

Es cierto que Lambán, hijo de un padre labrador, de izquierdas y él mismo libertario en su juventud, no es vitriólico en sus críticas a Pedro Sánchez, pero sus reflexiones son como puños de hierro en guantes de terciopelo. El barón más crítico con el hoy secretario general del PSOE (un puesto que, según él, debió haber recaído en el socialista asturiano Javier Fernández) fue un firme partidario de la candidatura de Sánchez en las primarias de 2014 que, finalmente ganó frente a la candidatura de Eduardo Madina, al que reconoce mejor armado de proyecto que el madrileño. Toda la confianza que le inspiró el sucesor de Alfredo Rubalcaba —al que elogia sin reserva alguna y de manera reiterada— se ha convertido en una invencible reticencia hacia un Sánchez que queda radiografiado elegantemente, con escasos adjetivos, en los episodios más controvertidos de su gestión.

El relato de Sánchez y la cortina

Es impagable el capítulo titulado Secretario general del PSOE-Aragón con Rubalcaba y con Sánchez. Son cuarenta páginas trepidantes en las que se desvelan las interioridades de la sesión del Comité Federal del PSOE de octubre de 2016 en el que Pedro Sánchez tuvo que renunciar a la secretaría general del partido, después de un intento de "pucherazo" (sic) que se pretendió consumar por el mismo secretario general emboscado tras una cortina en la sede de Ferraz. Ese episodio lo califica como "una de las crisis más terribles de su historia [del PSOE]".

Lambán se muestra sincero, aunque en determinados aspectos, contradictorio. Sus relaciones con Sánchez empezaron bien, incluso muy bien, se fueron enfriando y finalmente quebraron sin remedio. "Hay muy pocos momentos en la existencia en que uno se siente a punto de caer en el vacío; en los que percibe que aquello que ha sido su vida durante cuarenta años está a punto de irse por el desagüe de la historia; en el que intuye que el país al que quiere va a perder uno de los pilares sobre los que ha venido sustentándose". Esa fue su sensación cuando el socialismo entró en barrena con un Sánchez atrincherado en el "no es no" que amenazaba con unas terceras elecciones generales que habrían deparado una crisis de proporciones imprevisibles si el grupo socialista no se hubiera abstenido en la investidura de Mariano Rajoy en 2016. Esa sensación de vértigo es la que padecen muchos correligionarios de Lambán.

"Pedro, tú no eres el secretario general"

Cuenta el político que el hoy presidente del Gobierno le preguntó: "¿Javier, tú crees que yo soy un radical?". Resulta curioso que el autor no escriba cuál fue su respuesta. Tiempo después, el aragonés llegaría a la conclusión de que, efectivamente, lo era. Aunque no lo pareciera. Él fue quien, desde el atril del comité federal de aquel lejano otoño de 2016, tuvo que recordarle a Sánchez "Pedro, tú ya no eres el secretario general". Luego vino la ingenua apuesta por Susana Díaz, la derrota de la andaluza y el inicio de un nuevo ciclo del PSOE: el gobierno de coalición con Podemos con el apoyo de los independentistas catalanes y vascos.

Foto: El expresidente de Aragón Javier Lambán presenta sus memorias, este jueves en Zaragoza. (EFE/Javier Cebollada)

Los avatares de la convivencia entre él, ya presidente del gobierno aragonés y el del Gobierno y secretario general del PSOE, enhebran un relato interesante, repleto de detalles y anécdotas y sucedidos. El aragonés aguantó el tirón como lo hacen los naturales de aquella tierra: tozuda y seriamente. Parecen esas escenas entremeses, pero, en realidad, son un plato indigesto para el PSOE y su líder. Al tiempo, el autor lanza cargas de profundidad que están equitativamente distribuidas en todos y cada uno de los capítulos de estas memorias que certifican el porqué de su combativa actitud contra el nacionalismo catalán.

Lambán pasó del libertarismo al socialismo, "seducido" por un Felipe González que, a propósito de un mitin en Zaragoza en 1977, le cautivó. El mismo ritmo que impuso el sevillano al socialismo fue el de Lambán que termina por describirse como un socialdemócrata que va deponiendo fobias —sin olvidar de reseñar algunas traiciones como la de Pilar Alegría, otrora partidaria de Díaz y hoy una de las ministras predilectas de Sánchez— hasta llegar a un punto de moderación en el que podrían reconocerse una mayoría si se le ofreciese desde la izquierda la oportunidad de hacerlo.

Su tesis doctoral: "ni un solo párrafo plagiado"

Causan sorpresa algunos episodios —la devolución desde Cataluña de los bienes de Sijena y los fallidos Juegos de Invierno de 2030— en los que la soledad de Lambán fue casi absoluta (no deja de recordar que solo El Confidencial ofreció información del sectarismo del Comité Olímpico Español en favor de las tesis de la Generalitat sobre el evento deportivo). El aragonés, sin embargo, no altera el tono de su redacción que, como explicó el pasado jueves en la presentación del libro que resumió aquí Genoveva Crespo, no incurre en la crítica vitriólica, pero sin renunciar a hacerla hasta apurarla.

La lectura de Una emoción política acredita que su autor es un historiador de calado. Se licenció en Historia Contemporánea y a los 57 años —hace diez— se doctoró con la tesis titulada La reforma agraria republicana en Aragón 1931-1936. A propósito de la obtención del grado doctoral, cuenta Lambán que "mi condición de político todavía me iba a deparar un último contratiempo. En un momento determinado, cuando se produjo la polémica sobre la autoría de la tesis de Pedro Sánchez allá por 2018, después de que algunos sectores pusieran en duda su calidad y veracidad, un periódico regional me pidió la mía para la verificación correspondiente. Se la facilité, cómo no, y tras un análisis exhaustivo, certificaron que no había en ella ni un solo párrafo plagiado. No hay mal que por bien no venga". Este párrafo demuestra que el expresidente aragonés no es vitriólico, pero sí un sofisticado florentino que cuando clava la daga lo hace sin piedad. Un hombre apacible no perdura en la política si no es capaz de manejar el lenguaje como un estilete.

Ortega, y no Azaña, tenía razón

Se despide el autor con una afirmación que la izquierda —impostada en el optimismo secular— sigue sin compartir. Dice Lambán que era Ortega el que sobre Cataluña tenía razón y no la albergaba el Azaña que tanto admira. La cultura, las lecturas, los saberes y la agudeza de un relato que demuestra que "Aragón es nuestro Ohio porque resume España", invitan a considerar estas memorias como el libro más significativo en el género de los últimos años.

Como en el caso de su tesis doctoral, las memorias de Lambán las ha escrito el mismísimo Lambán y eso lo sabemos bien quienes hemos departido con él y apreciamos su exquisitez intelectual, sin envanecimiento, tan rara en su oficio. Es un político culto y sensible que interpreta un adiós realista y deja un testimonio de sensatez y lealtad que reconcilia con esa izquierda hija de la transición y del pacto de 1978.

Valga una coda. El memorial de Lambán acumula otro mérito: es de lectura amena. Aunque, cuando culmina, martillea la pregunta: "¿Llegará a 'joderse' España?". Para llegar a alguna conclusión es interesante hacerse con Una emoción política que, lejos de un manual de resistencia, constituye todo un sistema de alertas ante riesgos tan ciertos como lo son las cualidades de su autor, acreditadas en estas páginas.

Semeja a un milagro que un hombre que acumula patologías tan graves como las que padece el actual secretario general del PSOE de Aragón y expresidente de su Diputación General (2015-2023), Javier Lambán (Ejea de los Caballeros, 1957), haya sido capaz de escribir un libro de 482 páginas en un tiempo récord —unos meses— en el que relata su vida y, al hilo de su discurrir, compone toda una panorámica de la política nacional de los últimos cuarenta años y del discurrir de su partido antes y después de que lo liderase Sánchez en dos épocas: entre 2014-2016 y entre 2017 y la actualidad.

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