Javier Fernández se une a Rubalcaba y no acudirá a la escuela de gobierno de Sánchez
El presidente de Asturias anuncia su plantón y asegura que la "intención" de unidad del líder "pierde verosimilitud" con gestos como no apoyar a Valenciano para presidir el grupo socialista europeo
Pretendía visualizar la "unidad recompuesta" del PSOE, pero no será así. Pedro Sánchez no logrará redondear la fotografía de la paz socialista en dos semanas. Ya hay dos pesos pesados que se han borrado de esa imagen. Uno, Alfredo Pérez Rubalcaba, secretario general entre 2012 y 2014, exvicepresidente del Gobierno, exministro. Otro, Javier Fernández, presidente del Principado de Asturias, líder de la federación autonómica durante casi 17 años. Ninguno de los dos acudirá a la escuela de gobierno que la dirección del partido está ultimando y que arrancará el 15 de marzo, y en la negativa de ambos ha pesado el "veto" a Elena Valenciano para que optase al liderazgo del grupo de los socialistas europeos. Y siguen siendo duda la baronesa andaluza, Susana Díaz, y el exjefe del Ejecutivo Felipe González.
La baja de Rubalcaba se visualizó el pasado viernes cuando Ferraz hizo público el programa oficial, en el que su nombre ya no aparecía. Días antes había comunicado al secretario de Organización, José Luis Ábalos, que no asistiría. El rechazo de Fernández se conoce a través de los medios. El propio presidente asturianos lo anuncia en una entrevista que este domingo publica el diario 'El Mundo': "No tengo previsto ir. Tampoco me parece relevante que esté o no". Según el programa, el responsable regional iba a participar en una mesa redonda con todos sus homólogos sobre la España autonómica, y moderada por el exlendakari Patxi López.
Hasta ahora, la dirección simplemente comentaba que Fernández estaba "pendiente de confirmar", aunque confiaba en que finalmente acudiera. No obstante, el secretario general ya se ponía la venda antes de la herida y afirmaba, en una entrevista que publicaba este diario el pasado miércoles, que entendería que hubiera ausencias y que no lo tomaría como un "fracaso" de su convocatoria, sino que se trataría simplemente de una cuestión de agendas. Pero Fernández dice alto y claro que su razón es el enfado con Ferraz.
"Se trata menos de un gesto que de una estrategia. Así, la política se convierte en un juego de apariencias", dice sobre la pretendida foto de paz
"Me parece bien que el PSOE plantee un acto de esa naturaleza para recuperar la unidad y conciliar posiciones. Pero esa intención pierde verosimilitud cuando se adopta una decisión como la de Elena Valenciano. Da la sensación de que se trata menos de un gesto que de una estrategia. Así, la política se convierte en un juego de apariencias. Creo sinceramente que eso no es bueno". Esta era la respuesta del presidente asturiano a la pregunta del periodista Luis Ángel Sanz de si su ausencia está "relacionada" con la decisión de la cúpula de Sánchez de no apoyar a Valenciano, ex vicesecretaria general del partido (y, por tanto, número dos de Rubalcaba), como presidenta del Grupo de los Socialistas y Demócratas (S&D) del Parlamento Europeo. Fernández añade que no sabe si los llamamientos que la dirección hace a la unidad son "sinceros", pero "pueden interpretarse en los términos" que él apunta. Como un "juego de apariencias". Como un "teatro", como dicen más descarnadamente otros críticos en privado.
Relación estrecha
La negativa de Fernández no sorprende. El presidente asturiano y Rubalcaba son amigos íntimos, y ambos lo son a su vez de Valenciano. Los dos no pudieron ocultar su irritación con Ferraz cuando comprobaron cómo la cúpula optaba por no promover la candidatura de Valenciano para ocupar la vacante que casi con seguridad dejará el hasta ahora presidente de S&D, el italiano Gianni Pittella, que hoy concurre como aspirante al Senado en las elecciones generales de su país. Los dirigentes más distanciados con Ferraz entienden que Sánchez actúa así por "sectarismo", por venganza por el apoyo de Valenciano a Susana Díaz en las primarias, por haber sido la dos de Rubalcaba, el exlíder del PSOE con quien el secretario general mantiene unas relaciones más frías y cada vez más difícilmente reconducibles. Los críticos sostienen que con su no a Valenciano España pierde la oportunidad de sentarse en uno de los sillones más influyentes de la Eurocámara, puesto que la exvicesecretaria, inciden, era una de las favoritas para sustituir a Pittella y una rival seria para el señalado, el alemán Udo Bullmann. Ninguno de los tres dirigentes estará en la escuela de gobierno que organiza Ferraz.
Insiste en que por ahora Sánchez es jefe del PSOE que tiene "propuestas", pero habrá de ser "un líder social a través del proyecto y tras unas elecciones"
En el caso de Fernández concurre su distanciamiento indisimulado con Sánchez, que se remonta a las elecciones generales de 2015, y que se agravó cuando el dirigente asturiano asumió las riendas de la gestora que sucedió a la dimisión del madrileño en el infausto comité federal del 1 de octubre de 2016. Tras las primarias, en las que fue derrotado en su propio territorio, Fernández fue preparando su salida: abandonó el liderazgo de la Federación Socialista Asturiana (FSA) —al frente se situó el sanchista Adrián Barbón— y en 2019 él ya no será el candidato autonómico de su partido. Tampoco acudió a los dos comités federales celebrados en este segundo mandato de Sánchez. De todos los barones susanistas, es él quien con más libertad puede expresar sus discrepancias con la dirección.
En su entrevista con el rotativo de Unidad Editorial, Fernández deja ver sus reticencias. En la línea que ya mostró en un desayuno informativo en Madrid en enero, el presidente del Principado subraya que el PSOE ahora mismo tiene "propuestas", pero espera que cuajen "en un proyecto y en un programa", y para ello, deben inscribirse "en un marco hecho con unos objetivos y unas políticas concretas". Y aunque remarca que Sánchez es el líder del partido y él no va a "discutirlo", advierte de que habrá de convertirse "en un líder social a través del proyecto y tras unas elecciones". El dirigente autonómico coincide así con otros barones como el aragonés Javier Lambán, que en el último comité federal, aquel en el que se aprobó el reglamento que refuerza los poderes del secretario general, ya lanzó el aviso de que los liderazgos se construyen con las urnas. Con los votos, y no con las normas internas. No obstante, no llega a afirmar, como hizo González, que sienta "orfandad representativa".
Por eso Fernández sostiene que Sánchez es líder del PSOE porque venció en las primarias, pero "aspira a ejercer el liderazgo social en España", y para ello ha de pasar de nuevo a la prueba de las siguientes elecciones. En todo caso, añade, una cosa es el jefe y otra los referentes del partido, personas como Felipe González, Alfonso Guerra, Alfredo Pérez Rubalcaba, José Luis Rodríguez Zapatero... "En ningún caso" cree que "nadie" en el PSOE pueda pensar en "renunciar a la impronta que dejaron".
"Yo soy de manual antiguo"
El presidente del Principado es preguntado por el nuevo reglamento y el modelo de partido implantado por Sánchez, con más poder para las bases y para Ferraz y menos para los barones. Reconoce que no es el sistema que él defendía, pero también que tenía "muy claro" que fue la opción que ganó en el 39º Congreso, y por tanto el comité federal no tenía más que "refrendarlo".
Fernández admite que cree más en un modelo de democracia representativa, "fuera y dentro del partido", pero ahora "muchos" interpretan que la democracia directa es "más democrática". "Yo soy de manual antiguo", apostilla. Eso sí, cauto, no se atreve a llamar "populismo" a esa apelación a la democracia directa, "pulsión que está en todos los partidos de izquierda y en el PSOE por supuesto".
"No conozco ningún Estado federal que se defina como plurinacional", afirma sobre la expresión aprobada en el 39º Congreso, que no comparte
Otro de los cambios sustanciales que introdujo Sánchez fue el modelo de país. El 39º Congreso aprobó el reconocimiento de la "plurinacionalidad" de España, expresión que sin embargo la dirección y hasta el PSC aparcaron en la campaña de las catalanas. Fernández fue uno de los barones que se opuso a ese cambio, igual que Susana Díaz. Lo justifica porque eso supone "entregar palabras con contenido simbólico a los nacionalistas". "Y pocas encierran tanta simbología como la palabra 'nación'. "De todas formas, la idea de España plurinacional no es nada. O si quiere usted, como hay nacionalidades, puede interpretarse así. Lo que es de más difícil interpretación es el Estado plurinacional, porque su elemento constitutivo no serían solo los ciudadanos, sino también las naciones, lo que induciría una clara connotación confederal".
El presidente asturiano recuerda que Estados que se definen a sí mismos como plurinacionales son Bolivia —la número dos del partido, la asturiana Adriana Lastra, invocó ese ejemplo y fue muy criticada por la comparación— y Ecuador, "pero se refieren a naciones precolombinas". Los otros casos, dice, fueron la Unión Soviética y la antigua Yugoslavia. "No conozco ningún Estado federal que se defina a sí mismo como plurinacional". Ahora bien, añade, el PSOE asumió ese concepto y él lo respeta, pero no lo comparte. Y si ahora "se ha quedado en un cajón", a él le "parece bien".
La dirección insiste en que no le afecta la "guerra fría" de las derechas, y por tanto no teme el auge de Ciudadanos, pese a que todas las encuestas sí indican que la formación naranja roba electores a Sánchez. De ahí que Fernández señale que la "vocación mayoritaria" del PSOE es hacer "que no se escore" demasiado. Ha de competir con Podemos "en igualdad", y "por su derecha, ahí pueden estar Cs o el PP, en eficiencia". En ese sentido, recomienda a la cúpula mantener a la formación en el centro izquierda, "que es donde siempre ha tenido éxitos electorales".
No a la cooficialidad del bable
En el desayuno informativo de enero, Fernández ya celebró la "rectificación" de Sánchez porque ahora está abierto a negociar pactos de Estado con Mariano Rajoy. No le extraña al dirigente asturiano. "Hay cosas que son como la ley de la gravedad", analiza, pues un partido como el PSOE "necesariamente" ha de llegar a acuerdos con la fuerza que gobierna España, "más allá de las retóricas políticas" que puedan usarse en primarias.
Recomienda al PSOE que no se escore porque gana siempre en el centro izquierda, y dice del cupo vasco que "es la caja negra de la política española"
El presidente del Principado se pronuncia sobre otras cuestiones. Así, defiende que los padres tienen derecho a que el castellano sea lengua vehicular en Cataluña. También que la crisis en Cataluña ha demostrado la "fortaleza del Estado y su vocación de permanencia", y también la "aparición de una españolidad desacomplejada que exhibe un patriotismo muy distinto al ultraconservador" que durante "tanto tiempo" monopolizó la idea, los símbolos y el nombre de España. Y observa que las elecciones en Cataluña han probado que el PSC se equivocó con los tripartitos. Porque, gobernando con ERC, el PSC podía competir con Convergència por "su derechismo, pero no por su nacionalismo". Además, Fernández define el cupo vasco como "un sistema de financiación que no sabemos bien cómo se calcula". Es, dice, "la caja negra de la política española". Y encima no contribuye a la solidaridad territorial, lamenta. Hay "sobrefinanciación" de Euskadi, y eso "habrá que corregirlo".
Fernández también ha chocado con la nueva dirección autonómica de Adrián Barbón por el bable. La cúpula regional sí quiere promover su cooficialidad, y el presidente no lo comparte. Cree que no existe demanda social en el Principado. Y advierte de que la cooficialidad, al consistir en el apoyo "idéntico por parte de los poderes públicos" a las dos lenguas, comporta "obligaciones" para las instituciones y tiene "un coste". Lo que no cree es que el PSOE, o Podemos o IU, que también piden promocionar la lengua asturiana, busque la "imposición" (o sea, que haya hablantes obligatorios).
El presidente del Principado sufrió en su etapa como líder de la gestora. Cuestionadísimo por Sánchez, presionado por los susanistas. Ahora rehúsa echar la vista atrás. "Ya parece del Pleistoceno", señala, en claro paralelismo con las palabras de Díaz, cuando afirma que las primarias para ella están "en el Paleolítico". "Debe perdonarme, pero me he hecho una especie de lobotomía voluntaria. No he dado audiencia a mis recuerdos todavía. Y no la haré en mucho tiempo", concluye.
La dirección reprocha al presidente que lleve sus críticas a los medios
En Ferraz cundía este domingo un cierto malestar por las palabras duras de Javier Fernández en un periódico nacional. Precisamente es algo que le reprochan, que acuda a un medio de comunicación para expresar sus discrepancias, y no las vierta en los órganos de dirección.
"Javier podría haber asistido a los dos comités federales que ha habido desde la victoria de Pedro [Sánchez] -el del 11 de noviembre y el del 17 de febrero- y haber hecho allí sus críticas o propuestas. Es lo que se espera de alguien con cultura de partido", apuntaba a este diario una dirigente del núcleo duro del secretario general. "La de Pedro con Javier es una historia de desamor ya amortizada. Pero Javier ya no es secretario general [de la FSA] ni se va a presentar a las próximas elecciones autonómicas. Hay formas más elegantes de dejar la política, ¿o no?", abundaba la misma fuente.
Este domingo compareció, para hacer unas breves declaraciones, la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, pero no fue preguntada por la ausencia de Fernández. La exministra aplaudió la "legítima decisión" de las bases del SPD de apoyar el Gobierno de gran coalición con Angela Merkel y recordó que ese referéndum obligatorio es el mismo que tiene reglado el PSOE desde el mes pasado. Narbona expresó la esperanza de la dirección de que la presencia de los socialdemócratas alemanas en el Ejecutivo con la CDU suponga una "reorientación" de las políticas tanto en el país como en las instituciones europeas.
La presidenta del PSOE pidió un "candidato viable" en Cataluña, apto para la investidura, que "no esté fugado ni en la cárcel", y urgió a Mariano Rajoy a que en el pleno monográfico sobre pensiones que anunció esta semana acuda con propuestas para garantizar la sostenibilidad del sistema y la revalorización de la cuantía para los jubilados. El PSOE persigue tanto que los pensionistas de hoy no pierdan poder adquisitivo como que se preserve el modelo público.
Pretendía visualizar la "unidad recompuesta" del PSOE, pero no será así. Pedro Sánchez no logrará redondear la fotografía de la paz socialista en dos semanas. Ya hay dos pesos pesados que se han borrado de esa imagen. Uno, Alfredo Pérez Rubalcaba, secretario general entre 2012 y 2014, exvicepresidente del Gobierno, exministro. Otro, Javier Fernández, presidente del Principado de Asturias, líder de la federación autonómica durante casi 17 años. Ninguno de los dos acudirá a la escuela de gobierno que la dirección del partido está ultimando y que arrancará el 15 de marzo, y en la negativa de ambos ha pesado el "veto" a Elena Valenciano para que optase al liderazgo del grupo de los socialistas europeos. Y siguen siendo duda la baronesa andaluza, Susana Díaz, y el exjefe del Ejecutivo Felipe González.
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