Sánchez se muestra "convencido" de que habrá ley de amnistía y PGE: "Tengo todo el tiempo del mundo"

Ni una sola duda de que habrá acuerdo con Junts y de que se aprobará la ley de amnistía. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no titubea y pronostica que las negociaciones con el partido de Carles Puigdemont llegarán a buen puerto. En una conversación informal con periodistas, durante el vuelo a Rabat, donde mantendrá una audiencia con Mohamed VI, Sánchez se mostró "convencido" de que se alcanzará un pacto sobre el texto, y de que la ley saldrá del Congreso igual que entró, con todas las garantías constitucionales.

No da pistas sobre cómo se llegará a ese entendimiento, pese a que las exigencias del expresidente catalán pasan por los delitos de terrorismo y de alta traición. Pero se mantiene firme en la convicción de que saldrá. Aunque sin llegar a descartar otro tipo de contrapartidas, como modificaciones legislativas. Él mismo apuntó hace unas semanas a un cambio en la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Puede haber también otros elementos sobre la mesa.

Por el momento, no hay novedades y, cuando existan avances, dijo, se contarán. Pero no vacila. "¿Por qué no va a haber amnistía?", se preguntó de manera retórica, en medio del debate sobre si las alianzas con los independentistas han podido perjudicar al PSOE en las elecciones de este domingo.

Frente a quienes dentro de la Moncloa y de Ferraz llevan semanas mostrándose fríos con la actitud de Junts, que tumbó la ley en el pleno y ha forzado una revisión en la Comisión de Justicia, el jefe del Ejecutivo fue todo seguridad. No le inquieta que los de Puigdemont hayan facilitado la tramitación de una iniciativa legislativa popular para declarar la independencia, por el carácter menor de la propuesta, impulsada por una formación extraparlamentaria, y que, asegura, no tiene recorrido. Ayer, fuentes del Gobierno ya lanzaron el mismo mensaje, tratando de quitarle hierro.

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Y tampoco ve problemas en el retraso que puedan sufrir los presupuestos de este año. Con los de 2023 prorrogados, la previsión del Ministerio de Hacienda era tenerlos aprobados en abril. Ese calendario, con las conversaciones varadas en la amnistía, ha saltado por los aires. El presidente no dio fechas sobre cuándo habrá nuevas cuentas porque, mantiene, tiene "todo el tiempo del mundo". Las próximas elecciones serán en 2027 y durante cuatro años dispone de margen para tramitar todo tipo de leyes.

Sánchez asume que, con la victoria gallega, Alberto Núñez Feijóo ha ganado las primarias dentro del PP y su liderazgo sigue en pie, un argumento que ya exhibió públicamente en la sesión de control a primera hora de la mañana en el Congreso. Pero reniega de cualquier lectura nacional en el descalabro del 18-F de los socialistas.

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En opinión del presidente, el pacto de investidura con Junts y la tramitación de la amnistía no ha tenido ningún tipo de influencia en estas elecciones. No considera que haya un problema "de fondo" en la pérdida de poder autonómico y municipal del PSOE, y lo vincula únicamente al "ciclo vital" de los partidos.

En cualquier caso, sí admite que el PSOE "debemos ser mejores". "Eso es evidente", asumió. Por eso apuesta por la continuidad de José Ramón Gómez Besteiro para consolidar un proyecto gallego o por el recambio en la Comunidad Valenciana que representa la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant. Pero ni piensa que apoyarse en el Congreso en los partidos nacionalistas e independentistas haya dado alas al BNG, ni que se puedan hacer más lecturas nacionales que la supervivencia política de Feijóo.

Sánchez atribuye el trompazo gallego a que las denuncias del PP contra Besteiro que, luego fueron archivadas, han tenido estos años fuera de juego al "líder natural" del PSdG, y que al BNG, con Ana Pontón ya esta legislatura al frente de la oposición, se le ha percibido como el voto útil.

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Cree que en Galicia las cosas no se han hecho bien porque los socialistas han sido incapaces de traducir el respaldo que tienen en generales y en municipales en apoyo en las autonómicas, y que el reto es ofrecer una alternativa. "Los votantes están ahí". Y el 18-F ha demostrado que "o lidera el PSdG o es imposible el cambio", en referencia a que el BNG tiene un techo.

Como secretario general, se fija como tarea pendiente la actualización de la estructura autonómica y municipal que fue barrida el 28-M y que afirma que aún no ha podido abordar, primero por la convocatoria inmediata de las elecciones generales del 23-J y de las largas conversaciones para la investidura. El PP ya lo hizo, concluye, y ahora "nos toca a nosotros" la renovación territorial.