El fantasma que acecha a los vinos rioja: arrancar viñedos para evitar el colapso

Un fantasma sobrevuela desde hace meses la denominación de origen calificada (DOCa) Rioja: arrancar viñedos para evitar el exceso de producción y el colapso. Ya lo ha hecho la todopoderosa Burdeos y era cuestión de tiempo que el asunto terminase de estallar en los vinos de referencia en España. La Asociación de Bodegas Familiares ha puesto la propuesta encima de la mesa. La idea de la entidad es la siguiente: suprimir 6.700 hectáreas, el 10% de la superficie total, a cambio de una subvención. Es una medida extrema que nunca se ha tomado en la DOCa y ante la que otros actores clave discrepan. El fundamental, el Grupo Rioja, entidad que agrupa a unas sesenta bodegas, entre ellas las grandes firmas, responsables del 80% del valor de comercialización de la marca.

Para las Bodegas Familiares, que el año pasado decidieron salirse del Consejo Regulador de la denominación, el sector debe afrontar reformas estructurales que le permitan recuperar el volumen de ventas de 2017, el año en el que los rioja batieron todos sus récords con 284,17 millones de litros despachados. Es la marca de referencia, pero primero la pandemia, luego la guerra de Ucrania, después la inflación y la crisis global del vino tinto ―ahora no está de moda―, han golpeado a la DOCa, con un exceso de producción y una caída en las ventas. La Asociación defiende que no valen los "parches" y de ahí arrancar vides.

"Hay que impulsar medidas a largo plazo, no soluciones a corto plazo", sostiene Eduardo Hernáiz, presidente de los bodegueros familiares. La entidad reúne a 200 pequeñas y medianas empresas, el 8% del valor de comercialización de la marca. Hernáiz achaca el exceso de producción a factores externos (la guerra de Ucrania, la inflación…), pero también responsabiliza al Consejo Regulador por haber adoptado una serie de decisiones a su juicio perjudiciales para la DOCa. "Se ha plantado mucho viñedo en los últimos 40 años. Hemos crecido en suelos que no son aptos para la calidad de la uva. Se plantó donde nunca se tendría que haber plantado y ese viñedo es el que hay que arrancar", zanja Hernáiz.

La propuesta de los pequeños bodegueros pasa por la supresión de 67.000 hectáreas de viñedos jóvenes, los que tienen menos de 40 años, durante un periodo de 8 años. Una vez finalizado, los productores que se acojan a la medida podrían volver a plantar, pero no en esos terrenos que la entidad considera que no son aptos para los caldos, sino en otros emplazamientos. A los agricultores dispuestos a arrancar vides se les otorgaría a cambio una subvención de 10.000 euros por hectárea. El importe, según los planteamientos de la asociación, lo sufragarían los gobiernos de La Rioja, Euskadi y Navarra, las tres comunidades que forman parte de la DOCa, el Ministerio de Agricultura, y también el Consejo Regulador.

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El runrún sobre la posibilidad de implantar la medida lleva tiempo circulando por La Rioja. Es un debate abierto desde que Burdeos optó el año pasado por reducir así el exceso de producción y ya lo planteó Abra, las bodegas alavesas que han impulsado una denominación de origen propia con el respaldo del Gobierno vasco, en el seno del Consejo Regulador en marzo de 2023. Entonces nadie había abogado en la DOCa por el arranque y la medida comienza ahora a ganar más adeptos, pero también tiene firmes detractores.

Es el caso del Grupo Rioja. La entidad no entra a valorar la propuesta de las bodegas familiares en la medida en que no ha sido planteada ante el Consejo Regulador, el órgano del que forman parte los diversos agentes implicados (bodegas, productores, sindicatos, cooperativas…). Pero su director, Íñigo Torres, defiende la pujanza y la fortaleza de la DOCa. "Rioja es de lejos la denominación de origen líder en España. Vendemos al mundo 320 millones de botellas al año y para alcanzar esta cifra habría que sumar las de las cuatro denominaciones siguientes. En exportaciones, representamos el 41% del valor de las ventas de vino español con denominación. Eso es Rioja", remarca.

Igor Fonseca (Asaja): "La medida del arranque no tiene base jurídica ni presupuesto disponible”

Para Torres "el arranque todavía está muy lejos", si es que llega. "La denominación puede hacer o debe hacer muchas cosas antes, más efectivas y positivas para la calidad de los vinos", añade, y aunque no oculta que las ventas han caído, remarca que las bajadas han sido menores que en otras denominaciones y que sobre todo hay margen para impulsar otras medidas que palíen la crisis de consumo de los tintos. "Tenemos que ser más intensos en el control de rendimiento del viñedo y más exigentes en la calificación de los vinos", sostiene. Una de las medidas adoptadas por el Consejo Regulador ha sido la de solicitar al Ministerio de Agricultura que no autorice nuevas plantaciones de viñedos en los próximos tres años, petición que fue atendida por el Gobierno central.

En una posición intermedia se sitúa Asaja, uno de los sindicatos agrarios representados en el Consejo Regulador. La entidad no descarta de entrada el arranque, pero censura la forma en la que se ha abierto el debate y defiende que se tengan en cuenta antes otras opciones para aliviar a los productores. "Sabemos que es un tema que está en la calle, pero tiene una trascendencia muy importante y hay que sopesarlo bien. Ahora mismo, la medida del arranque no tiene base jurídica ni presupuesto disponible", apunta Igor Fonseca, secretario general de Asaja en La Rioja. Fonseca advierte de que el mensaje "puede afectar a la notoriedad del vino español y en concreto del rioja" y por eso critica "que se hable con ligereza" de un asunto que puede marcar a la DOCa.

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Fonseca recuerda además que hay un factor determinante que no puede obviarse. En la denominación de origen certificado Rioja, y a diferencia de lo que sucede en otras zonas vitivinícolas de España, la autorización de plantación tiene un valor, no solo el terreno. "Muchos viticultores han pagado viñedos incluyendo ese valor por lo que aprobar el arranque haría bajar el valor patrimonial de muchos viticultores. Antes de nada hay que agotar otros estadios, hablar en el bar no aporta nada, solo resta", remarca el secretario general de Asaja. ¿Qué otras medidas se podrían adoptar? Fonseca apuesta, entre otras, por la cosecha en verde, una práctica que consiste en eliminar parte de las uvas de una vid cuando aún no están maduras y limitar la producción. "Así, a corto plazo, se alivia la situación y en cuanto el mercado se recupera tienes margen para tener cierto dinamismo", explica.

"Sí, es una medida extrema y que nunca se había tomado en La Rioja, pero tampoco nunca hasta ahora habíamos tenido ayudas para destilar, nunca habíamos enviado vino a destilar para que el alcohol se utilice para otros productos", insiste el presidente de los pequeños bodegueros, en referencia a las subvenciones a las que por primera vez el año pasado pudieron acogerse para deshacerse de parte del excedente. "La cuestión es que no tengamos que hacerlo a partir de ahora de por vida".