El vino de Rioja Alavesa se pone peleón: no podrá venderse fuera, pero sí promocionarse

La decisión del Gobierno vasco de dar el visto bueno a la creación de la denominación de origen protegida Viñedos de Álava-Arabako Mahastiak ha originado una crisis sin precedentes en la denominación de origen calificada Rioja. De esta forma, las bodegas que así lo deseen podrán empezar a vender vino con la nueva denominación. Sin embargo, saldrán de la DOCa de Rioja y perderán el acceso al mercado internacional. Una decisión comercial que, como casi todo lo que sucede en Euskadi, tiene también claras derivadas políticas. Y está convenientemente regada por el Gobierno vasco, que acaba de aprobar una partida de 12 millones de euros para promocionar productos vinícolas en el extranjero; una subvención sufragada a partes iguales entre los beneficiarios y la Consejería de Desarrollo Económico.

La decisión, que estuvo en barrica durante mucho tiempo, se hizo oficial en el mes de octubre. El Gobierno vasco publicó en el BOPV la protección transitoria a la nueva denominación Viñedos de Álava, aceptando así la solicitud de ABRA, la Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa, una organización fundada en 1990 que es quien ha impulsado el nacimiento de esta nueva denominación. La protección definitiva dependerá de lo que decida la Comisión Europea, pero los plazos podrían demorarse, como ha reconocido el Gobierno vasco. A la espera de esa protección definitiva, Bodegas de Álava puede ya poner en marcha un consejo regulador, su denominación queda protegida a nivel estatal y puede comercializar sus vinos en el mercado doméstico.

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En este caso, hablamos de dos tipos diferentes de denominación, con requisitos y posibilidades diferenciadas. La denominación de origen indica la procedencia de un producto asociado a un medio geográfico particular. Rioja es una DOCa (denominación de origen calificada). Se trata de una distinción superior, que tiene que cumplir con requisitos más estrictos. Para alcanzar el estatus de DOCa, tienen que haber pasado al menos 10 años desde el reconocimiento como denominación de origen. En el caso de Viñedos de Álava, estamos ante una denominación de origen protegida (DOP), un régimen de calidad regulado por la Unión Europea, unificando a todos los países miembros bajo un único sello.

Una tensión creciente

No es la primera vez que existen tensiones entre Rioja Alavesa y el resto de los vinos de Rioja. Uno de los primeros enfrentamientos llegó en 2015, y estuvo protagonizado por las etiquetas, algo que puede parecer intrascendente, pero que está muy regulado. Desde ABRA, querían dar más peso en el etiquetado a la subzona y que la denominación de Rioja Alavesa pudiera ocupar lo mismo que la de Rioja. Pero el pleno del consejo regulador de Rioja votó en contra y provocó el enfado de los bodegueros de Rioja Alavesa. Aunque posteriormente esta situación se revirtió, las relaciones quedaron dañadas. Rioja Alavesa se convirtió en la región peleona dentro de la DOCa y trató en algunos momentos de resituarse. ABRA intentó incluso en un momento dado aumentar su implantación geográfica. Propuso convertirse en ABE (Bodegas de Euskadi). La medida no caló entre los bodegueros y fue abandonada. En 2020, el PNV quiso llevar al Congreso de los Diputados la reforma de la Ley 6/2015, de Denominaciones de Origen e Indicaciones Geográficas Protegidas de ámbito territorial supraautonómico. La propuesta de los jeltzales era la creación de un consejo regulador propio para los vinos de Rioja Alavesa sin romper con Rioja. Pero la medida se encontró con el rechazo frontal del Gobierno y también de la propia DOCa. Sin posibilidades de que saliera adelante, el PNV retiró la propuesta y ni tan siquiera llegó a debatirse. Ahora, Viñedos de Álava se convierte en una realidad, pero su futuro presenta todavía algunas incógnitas.

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Con la actual regulación, quienes produzcan bajo la denominación de Viñedos de Álava no podrán estar bajo el paraguas de Rioja. Es más, se ha establecido un mecanismo para penalizar a aquellos que intenten volver al redil de Rioja.

Vistas las circunstancias, parece difícil explicar por qué estas bodegas quieren romper con una DOCa prestigiosa y mundialmente conocida como es Rioja. Sin embargo, su apuesta es por el mercado vasco. Estas bodegas consideran que hay un nicho importante para el vino vasco, y el poder ser identificadas como tales, incluso con la denominación en euskera Arabako Mahastiak, puede ayudarles a ganar mercado en Euskadi. Incluso podrían verse beneficiadas de los esfuerzos del Gobierno vasco por promocionar los productos locales. En el caso del vino, el txakoli ha vivido una gran evolución en parte gracias a esta situación.

La vertiente política

Prácticamente, todo lo que sucede en Euskadi termina por traer consecuencias políticas. En todo lo referente a Viñedos de Álava, los partidos han defendido, como también suele suceder, posturas opuestas. El Gobierno vasco, formado por PNV y PSE, dio el visto bueno a la denominación sin que sea esta su solución predilecta. Desde el PNV, se sigue prefiriendo la solución que se intentó llevar al Congreso: un consejo regulador propio sin romper con Rioja. El diputado general de Álava, Ramiro González, pedía esta semana "respeto" para aquellas bodegas que quieran sumarse e insistía en que "la inmensa mayoría" de las bodegas alavesas quiere una denominación diferenciada alavesa, con órganos de gestión propios, dentro del paraguas Rioja. En la misma línea se expresó el alcalde de Vitoria-Gasteiz, que llegó a tildar de exageradas las reacciones de la consejera de Agricultura riojana.

Para el socio de los jeltzales en el Gobierno, el PSE, la autorización es "un error de bulto". No es una postura fácil para los socialistas, puesto que gobiernan en La Rioja. Y el Ejecutivo riojano se ha alineado sin fisuras con la DOCa. Duros también han sido desde el Partido Popular. El presidente del PP de Álava, Iñaki Oyarzabal, se atrevió incluso a pronosticar que Viñedos de Álava "será un fracaso".

El partido que hasta ahora ha mostrado una visión más favorable a Viñedos de Álava es EH Bildu. Su candidata a la Diputación Foral de Álava, Eva López de Arroyabe, celebró la noticia en redes sociales. "Es un día para celebrarlo, ofrece un nuevo camino", señaló. Aunque difieran en el grado de entusiasmo, las formaciones nacionalistas, PNV y EH Bildu, sí que coinciden en pedir "respeto" y en "denunciar la politización" en torno a esta nueva denominación de origen protegida.

La respuesta riojana

La respuesta institucional en La Rioja ha sido contundente. Por un lado, el consejo regulador de la DOCa Rioja decidió llevar a los tribunales la decisión del Gobierno vasco. Con un 98,4% de los votos, acordaron recurrir la protección nacional transitoria y si se rechaza, pedir su suspensión cautelar. El objetivo es que las botellas de Viñedos de Álava no lleguen a los estantes el próximo año. El PP de La Rioja no quiere que la respuesta se quede solo en el ámbito de las bodegas. Los populares han pedido al Gobierno regional, socialista, que recurra la orden de aprobación de la nueva denominación vasca. Y es que para los populares, Viñedos de Álava es "una pésima noticia para La Rioja y para su sector vitivinícola".

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Es en la ofensiva judicial donde se encuentran depositadas las esperanzas de la DOCa Rioja de pararle los pies a Viñedos de Álava. En este sentido, el catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Burgos, Tomás Prieto Álvarez, señalaba la pasada semana en el marco de la conferencia "Tormenta sobre las denominaciones de origen: ¿es posible crear una denominación de origen en el ámbito territorial de una denominación existente?", celebrada en la Universidad de La Rioja, de forma contundente que Viñedos de Álava "es inviable legalmente y va contra el espíritu que tienen estas figuras de protección alimentaria en la UE". Y es que, para el catedrático, no hay encaje legal posible para una denominación de origen nueva en el territorio de otra ya consolidada y sin plantear una escisión.

El futuro de Viñedos de Álava es ahora mismo una incógnita. Sin saber cuánto tardará en resolver definitivamente la Comisión Europea (el viceconsejero, Bittor Oroz, llegó a hablar de "cuatro años" en una entrevista radiofónica), los bodegueros que se adhieran a esta nueva denominación se quedan sin acceso al mercado internacional. De ahí que las grandes bodegas de Rioja Alavesa no estén por la labor de sumarse a la iniciativa. Y es que las cifras son tozudas. Aunque son 100 las bodegas que forman parte de ABRA, solo unas 15 estarían por la labor de dejar Rioja por Viñedos de Álava.