Portazo del PP a los tres decretos del Gobierno: "No estamos para salvar a Sánchez"

El Gobierno de coalición se precipita hacia una monumental derrota parlamentaria si no logra convencer a Junts antes del miércoles de que apoye o se abstenga en la votación de los tres reales decretos de los últimos 10 días de diciembre. La negociación con ellos es la única salida posible para evitar que decaigan. La vía del PP está cegada. Ni desde el Ejecutivo se les ha sondeado, ni Génova está por la labor. Fuentes populares confirman a este diario que votarán en contra: "No estamos para salvar a Sánchez".

El propio Feijóo ha deslizado este lunes su negativa a salvar al Ejecutivo del abismo. "Estamos ante un salto al vacío", pronunciaba en un desayuno organizado por Europa Press, que ha servido también para poner alfombra roja a Alfonso Rueda en Madrid de cara a la precampaña gallega. "Nosotros, a diferencia del Gobierno, somos libres (...). Vamos a estar toda la legislatura ofreciendo soluciones, pero no vamos a arreglar los problemas internos de su desgobierno", incidía.

El rechazo de Junts a los tres decretos —el conocido como decreto ómnibus, sobre Justicia, función pública, régimen local y mecenazgo, que contiene compromisos adquiridos con la UE para recibir 10.000 millones de euros de fondos europeos; otro sobre conciliación de la vida personal y profesional, también para lograr este desembolso, y un tercero con medidas anticrisis contra la subida de los precios— dejaba en manos de los populares su convalidación.

Pero no han existido contactos durante estos días —sí los hay con Junts—, y la decisión de oponerse está tomada salvo en el de medidas económicas, donde el PP se abre a una abstención, siempre que se acepten todas sus condiciones: deflactar la tarifa del IRPF a las personas con ingresos inferiores a 40.000 euros, bajar el IVA a la carne, el pescado y las conservas, y reconsiderar la subida del IVA a la luz y el gas, especialmente a las rentas más bajas, que ha vuelto al 10% tras un semestre al 5%.

Como en el PP dan por hecho que el Gobierno no las atenderá, su voto también será no. Fuentes populares recuerdan que hace semanas pidieron una reunión con las vicepresidentas primera y tercera, María Jesús Montero y Teresa Ribera, para hablar precisamente sobre el decreto económico, pero la petición no fue aceptada. A pesar de este intento de interlocución, la estrategia del PP pasa por dejar claro que ellos no son el salvavidas de Pedro Sánchez. Alberto Núñez Feijóo ya lo avisó en el debate de investidura: "Señor Sánchez, cuando el independentismo le falle, cuando hasta a usted le supere la legislatura, y ocurrirá, no me busque".

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Marisol Hernández

El PP piensa que para el presidente va a resultar "imposible" mantener el apoyo de todos sus socios —Junts, ERC, PNV, Bildu, BNG y Coalición Canaria—, y por eso confía en una legislatura corta. Lo cierto es que, en la primera ocasión en que debe demostrarse si el Gobierno cuenta con una mayoría sólida, el partido de Puigdemont ha puesto las cosas muy difíciles. Sánchez ha podido repetir como presidente a cambio de ceder a su exigencia de una ley de amnistía, pero a las primeras de cambio parecen decididos a infligir un duro correctivo al Ejecutivo de coalición y tumbar sus tres decretos.

Aunque Junts ha esgrimido razones diversas para justificarlo —la suspensión de los procesos por la cuestión prejudicial, la invasión de competencias o la falta de financiación—, el secretario general de Junts, Jordi Turull, resumía su postura este domingo, en una entrevista en elnational.cat, en una sola cuestión. "Nosotros les hemos dicho que las cosas deben funcionar diferente a como han funcionado en los últimos cuatro años", en referencia a que deben pactar con la formación independentista antes de impulsar cualquier iniciativa. "Ellos deben decidir cómo gestionan esta situación: si es negociando e incorporando nuestras aportaciones en los diferentes decretos o si posponer o volver a realizar otros", añadía.

Junts hace alarde de su fuerza

Sus declaraciones apuntan con claridad a que el partido de Puigdemont pretende hacer aún más evidente que Sánchez depende de sus votos. Este órdago se produce casi sin que el Ejecutivo se haya dado por aludido. Las primeras muestras de rechazo de Junts al decreto ómnibus se consideraron un "malentendido". Y, tras mantener conversaciones con el grupo parlamentario, el problema se dio por zanjado, a pesar de que, paralelamente, Turull advertía al secretario de Organización, Santos Cerdán, de que no les votarían los decretos.

Cabe la posibilidad, nada desdeñable, de que Junts esté haciendo solo una demostración de fuerza y acabe por dar su respaldo o su abstención. Esta última opción sería posible porque, según ha podido saber este diario, Coalición Canaria tiene intención de votar a favor de los tres reales decretos, y el sí de su diputada permite a los independentistas abstenerse.

A pesar de que la situación es complicada, el Gobierno, acostumbrado a votaciones de infarto, exhibe el nerviosismo justo. El mensaje es que hay tiempo hasta el miércoles, que los tres textos son "incontestables" y que cada grupo tendrá que explicar su posición. Sobre el PP, dan por supuesto que no pueden contar con ellos, aunque no entienden la oposición a los dos decretos que garantizan 10.000 millones de fondos europeos. Según los populares, "una reforma de la Justicia no puede hacerse por real decreto". Desde el Ejecutivo, ni siquiera claudican en que si las normas decaen se transmitirá la sensación de que no existe una mayoría estable. "La mayoría que han votado los españoles", replican.

A esto, la Moncloa suma también las reticencias de Podemos a avalar uno de los decretos

Al conflicto con Junts, la Moncloa suma también las reticencias de Podemos a avalar el segundo de los decretos por, explican fuentes de la formación, "los recortes en las pensiones de los mayores de 52 años que cobran el subsidio". Aunque su postura parece vinculada al tira y afloja que mantienen con Sumar y al hecho de que Yolanda Díaz sea la ministra de Trabajo, el Gobierno tiene un frente más. Sus cinco diputados resultan imprescindibles si previamente Junts vota afirmativamente o se abstiene.

El miércoles se comprobará hasta dónde están dispuestos a llegar. Tanto Podemos como Junts. Si las amenazas tienen una base política y se lanzan con voluntad de negociar o si todo se circunscribe a la perenne competición de unos con Sumar y de los otros con ERC. En cualquier caso, la legislatura apunta alto. De vértigo.