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Radiografía política de 2024, el año que decidirá la viabilidad de la legislatura y los liderazgos
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Radiografía política de 2024, el año que decidirá la viabilidad de la legislatura y los liderazgos

Las elecciones gallegas y catalanas serán claves para el futuro de ambos. Si Feijóo pincha en su tierra, el PP entrará en crisis. La victoria del PSC en Cataluña puede acabar en moción de censura en Madrid

Foto: Sánchez y Feijóo el 22 de diciembre. (EFE/Chema Moya)
Sánchez y Feijóo el 22 de diciembre. (EFE/Chema Moya)
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Polarización ha sido la palabra del 2023. El horizonte para el año que arranca no es más esperanzador. Con la legislatura echando a andar, la pregunta más frecuente es cuándo se convocarán nuevas elecciones generales. España dejó hace años de ser un país previsible. "¿Espera agotar la legislatura?", se le preguntó a Pedro Sánchez en la rueda de prensa de balance del curso. El presidente tomó posesión hace apenas un mes y ya hay cábalas sobre cuánto aguantará la mayoría de 179 votos que logró gracias al respaldo de Sumar, ERC, Junts, Bildu, PNV, BNG y Coalición Canaria. El reto es repetir un marcador en el que cada voto será indispensable para cada ley. Aquí reside el poder de los socios, que venderán caros sus apoyos.

El calendario político tampoco beneficia. Con tres convocatorias electorales en el horizonte, la pugna partidista debilitará al bloque que apoyó a Sánchez. Aquí reside la esperanza del líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. También lo reconoció en su balance: "Debo a España el Gobierno, no defraudaré; el cuándo lo decidirá el independentismo".

Enero arrancará con la presión de Carles Puigdemont para que se acelere la aprobación y tramitación de la amnistía. El prófugo empieza a ponerse nervioso. Se siente "engañado" por el PSOE y ya ha amenazado con tumbar en el Congreso un decreto ómnibus en el que a su entender se incluye una reforma que retrasará la medida de gracia. Se trata de una modificación del artículo 43 de la Ley de enjuiciamiento Civil para las cuestiones prejudiciales, los recursos que pueden plantear los jueces ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) cuando consideran que una ley puede ser contraria al derecho comunitario. Junts ve claramente un intento de Sánchez de incumplir el primer compromiso del acuerdo firmado en Bruselas. Puigdemont esperaba tener luz verde para la amnistía en enero y materializar la ansiada fotografía con Sánchez.

A la Moncloa le interesa dilatar los tiempos. El adelanto electoral de las gallegas para el 18 de febrero coloca la campaña en pleno debate del perdón a los líderes del referéndum ilegal del 1 de octubre. Así lo quería el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda. El PP busca infligir una clara derrota en las urnas cuanto antes a Sánchez. Sus trackings internos trasladan que la mayoría de los españoles rechaza la amnistía. Preocupa la medida de gracia, pero más la "desigualdad" que generan los "privilegios" para Cataluña. Con este análisis, la campaña gallega tendrá toque nacional. Feijóo hará su propia caravana y se agitará el eslogan de que BNG y PSOE quieren trasladar a Galicia el modelo catalán o vasco. Es el primer examen para saber si al presidente le pasan factura la amnistía y los acuerdos de investidura.

Foto: Feijóo, junto a Yolanda Diaz, ayer durante la gala de entrega de los premios Parlamentarios 2023 en Madrid. (Europa Press/A. Pérez Meca)

Paradójicamente, Feijóo se juega más que Sánchez. El gallego necesita que su delfín revalide la mayoría absoluta. Al PP no le sirve ganar, hay que gobernar. Si se repite un escenario como el del 23 de julio, en el que la izquierda suma con el BNG, el golpe moral a los populares sería decisivo para el liderazgo del partido. En el partido evitan ponerse en la tesitura, pero reconocen que "una derrota en Galicia no tendría vuelta atrás". Al sucesor de Pablo Casado ya le costó recomponerse tras la "sorpresa" de no ser presidente del Gobierno. Los que le conocen bien aseguran que se planteó dejar Madrid. Hoy está "fuerte" y se ve con opciones de derrotar a Sánchez, pero un nuevo traspié cambiaría el paso.

Los barones cierran filas con el gallego. Su liderazgo no se cuestiona, pero, inevitablemente, si se pierde Galicia, habrá voces que pidan a Isabel Díaz Ayuso dar un paso al frente. La presidenta de la Comunidad de Madrid ha logrado doblegar a Vox y es un "referente" para parte de la militancia. "Cuanto más Sánchez, más Ayuso", resume un veterano, que explica que, para los ciudadanos, la baronesa es el "auténtico alter ego" al sanchismo. Los populares llevan siete años sin celebrar un Congreso, y si en Galicia las cosas no van bien, se pedirá. La figura de Juanma Moreno es otra de las recurrentes cuando se habla de la sucesión de Feijóo. El andaluz es el favorito de los presidentes autonómicos si hubiese que dar un volantazo que ahora descartan.

Si el PP pierde Galicia se abrirá el debate de la sucesión, con la mirada en Ayuso

La líder de Sumar, Yolanda Díaz, también sudará en su tierra. Pablo Iglesias se ha conjurado para "enterrar" su liderazgo. El primer paso ha sido boicotear la coalición en Galicia. No solo no irán juntos, sino que el líder moral de Podemos ha pedido que se vote al BNG. La vicepresidenta no es capaz de hacerse con el control, y en el PSOE hay incomodidad. Ya hay diputados que añoran la mano dura de Iglesias, que mantenía prietas las filas del partido. La fuga de los cinco diputados de Podemos al Grupo Mixto es un incordio con el que la Moncloa no contaba. Ahora tendrán que ceder ante los morados y mediar con un Iglesias "crecido" que ha llegado a fantasear con "volar la investidura". De momento han pedido audiencia para los Presupuestos.

La guerra Díaz-Iglesias tensionará el Consejo de ministros porque, como se ha visto con el impuesto a la banca, la ministra de Trabajo tendrá que escorar cada vez más a la izquierda el discurso. Sánchez está incómodo con el ruido que, a su entender, "enturbia" el calado de las medidas sociales en la opinión pública. Al margen de Podemos, en Sumar hay cada vez más fricciones entre los partidos que conforman la coalición. Empiezan a denunciar el "excesivo" protagonismo de Díaz. El nombre de Íñigo Errejón suena con fuerza como candidato a las europeas en las que Irene Montero irá de cabeza de lista por Podemos. Queda por ver si con ERC, Bildu y el BNG en la misma lista.

Las elecciones europeas vendrán marcadas por el resultado de las gallegas. En esta cita, Sánchez se juega mucho más, pero dependerá de cómo llegue Feijóo. Si el PP ha revalidado mayoría absoluta en Galicia y arrasa en las europeas, empezará el tópico del cambio de ciclo pese a que estaremos en junio, es decir, no habrá pasado ni el primer año de la legislatura. El riesgo real para el presidente está en los comicios vascos y catalanes que están por fijarse. En el País Vasco, si no hay adelanto electoral, se votará en julio. Bildu, a la que el PSOE acaba de dar el Ayuntamiento de Pamplona, está fuerte en los sondeos. Queda por ver si da el sorpaso a los de Andoni Ortuzar. Sánchez prevé apoyar al PNV para que siga en el poder. Es la forma de garantizar que no habrá moción de censura con el PP.

Foto: Sánchez y Aitor Esteban, portavoz del PNV. (Europa Press/Eduardo Parra) Opinión

El único que parece dispuesto a apretar el botón nuclear para convocar elecciones es Puigdemont. Como adelantó este medio, el prófugo valora descabalgar a Sánchez en una votación con Feijóo que acabaría con una convocatoria electoral. El plazo es un año. Las catalanas se adelantarán previsiblemente a otoño de 2024 y Puigdemont necesita ir con un eslogan que movilice al independentismo. Las encuestas colocan a Junts como tercera fuerza. "Referéndum o elecciones", plantearán en unos comicios que si dan la Generalitat al PSC de Salvador Illa pueden poner en riesgo el sillón de Sánchez. El presidente habría logrado su propósito de justificar la amnistía, al arrebatar el Gobierno de Cataluña al independentismo, pero al mismo tiempo, Puigdemont tendría que desestabilizar la mayoría en el Congreso para no perder protagonismo. El 2024 será una prueba de resistencia para Sánchez y Feijóo.

Polarización ha sido la palabra del 2023. El horizonte para el año que arranca no es más esperanzador. Con la legislatura echando a andar, la pregunta más frecuente es cuándo se convocarán nuevas elecciones generales. España dejó hace años de ser un país previsible. "¿Espera agotar la legislatura?", se le preguntó a Pedro Sánchez en la rueda de prensa de balance del curso. El presidente tomó posesión hace apenas un mes y ya hay cábalas sobre cuánto aguantará la mayoría de 179 votos que logró gracias al respaldo de Sumar, ERC, Junts, Bildu, PNV, BNG y Coalición Canaria. El reto es repetir un marcador en el que cada voto será indispensable para cada ley. Aquí reside el poder de los socios, que venderán caros sus apoyos.

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