Puigdemont da un año a Sánchez para cumplir o pactará una moción con el PP

Mucho más que anécdota. Cuando hace un mes Carles Puigdemont alardeó ante el líder de los conservadores europeos, Manfred Weber, con que podría tumbar en cualquier momento el Gobierno de Pedro Sánchez, se interpretó como un farol. La conversación entre dos enemigos íntimos era en tono informal y en la Moncloa se leía como un órdago más. Desde el entorno del prófugo llaman a los socialistas a “no confiarse demasiado” y enmarcan la declaración dentro del calendario que Puigdemont ha trazado para la legislatura, con las elecciones catalanas como principal hito. “Dará a Sánchez un año para cumplir sus compromisos y si no irá a una moción de censura”, explican fuentes próximas al expresidente catalán.

Puigdemont ha empezado a trasladar que se siente “engañado”. Ni los hechos del presidente ni sus declaraciones marchan según lo previsto. Como se barruntaban en Junts, la amnistía se complica y ya dan por hecho que con acusaciones de terrorismo como las que ha planteado el juez Manuel García-Castellón en el “caso Tsunami” habrá “generales” que queden fuera de la medida de gracia. El fugado no se incluye en este grupo, pero asume que si, por ejemplo, la secretaria general de ERC, Marta Rovira, no es exonerada, su relato para justificar ante el independentismo el pacto con el PSOE quedará en entredicho. La máxima preocupación sigue siendo no pasar a la historia como un “traidor”.

El comienzo de 2024 será clave para testar las intenciones de Sánchez. El catalán espera que en enero se produzca la ansiada fotografía juntos en Bruselas. Para cuando se reúnan, debe estar aprobada en el Congreso la ley de amnistía y comenzar su tramitación, que puede alargarse más de medio año entre los trámites en el Senado y la previsible cuestión de inconstitucionalidad que planteará el Tribunal Supremo. El apretón de manos presidencial es fundamental para Puigdemont, que lo lee como una “rendición del Estado”.

Puigdemont necesitará vender sus logros al soberanismo de cara a las catalanas

En ningún caso, como ocurrió con los acuerdos para la investidura, se puede priorizar a Junqueras. El líder de ERC tendrá que esperar para su instantánea. El orden de los partidos sí altera el resultado. Puigdemont necesita capitalizar todo el foco y así lo exigirá. La negociación de los presupuestos generales del Estado adelantan que será dura, pero existe el compromiso no escrito de que el voto de los siete diputados de Junts será favorable. Así se acordó en las negociaciones para la investidura. Es la clave doméstica la espada de Damocles para Sánchez. Las encuestas para las catalanas son desfavorables para Junts. El último CEO de la Generalitat los colocaba como tercera fuerza, por detrás del PSC y ERC. Hay nervios y según se acerque la cita electoral la presión sobre Sánchez será mayor.

TE PUEDE INTERESAR

Puigdemont se abre a votar con el PP si Sánchez incumple su acuerdo

Nacho Alarcón. Bruselas

Los junteros apuntan a otoño del próximo año como fecha para el adelanto electoral de las catalanas que deberían celebrarse en 2025. Es aquí donde Puigdemont necesitará presentar sus logros para la causa de cara a la campaña electoral. Si la amnistía llega descafeinada con el precedente del fracaso de oficializar el uso del catalán en Bruselas, el prófugo iría, según las mismas fuentes, a una posición de máximos en la que exigirá a Sánchez una hoja de ruta para una consulta a cambio de no dejarle caer. El eslogan de Junts para ganar posiciones sería referéndum o elecciones.

¿Es viable un entendimiento entre Puigdemont, Feijóo y Abascal para registrar una moción de censura? La respuesta es sí. Junts abriría una vía de negociación con el PP para apoyar al gallego como candidato a la investidura con el compromiso de que se convocasen elecciones inmediatamente después de echar a Sánchez. El reglamento marca que la moción deberá ser propuesta, al menos, por la décima parte de los diputados (35) y habrá de incluir un candidato a presidente que ya haya aceptado tal cometido.

TE PUEDE INTERESAR

El PP censura la reunión de Sánchez con el "prófugo" Puigdemont: "Es una abdicación"

Ana Belén Ramos

En Génova también se han echado números. Incluso en privado reconocen que han contemplado el escenario de que Puigdemont apriete el botón nuclear. No es el momento de abrir el melón de las relaciones con Junts, pero tampoco se descarta un futuro entendimiento si el resultado es que los españoles vuelvan a las urnas. Fue el propio Feijóo quien en una entrevista en Espejo público abrió el camino para una moción de censura si la legislatura “colapsa”. Al líder del PP le seguirían faltando los cuatro votos de la investidura fallida y como él mismo subrayó está abierto al diálogo con todos los grupos siempre que sea dentro de la Constitución. Feijóo ya manifestó que Puigdemont “es más sincero que Sánchez”.