Feijóo busca en la entente PSOE-Bildu en Pamplona el antídoto a los pactos con Vox

El historial político de Pedro Sánchez no da margen al azar. Que un 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, se vote una moción de censura en Pamplona para desbancar a UPN de la alcaldía mediante un acuerdo PSOE-Bildu no es casualidad. Tampoco que 24 horas antes el Consejo de Ministros haya aprobado una batería de medidas sociales que van desde la bajada del IVA a los alimentos a la prolongación de la gratuidad del transporte público. La Moncloa marca la agenda y hoy el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, buscará recolocar el foco en su balance del año.

Génova no dejará escapar la oportunidad de “retratar” al presidente. El año 2023 es en el que “Sánchez dejó de disimular con sus socios”, avanzan desde el equipo del gallego cuando se les pregunta por el discurso en el que no habrá propuestas ni anuncios porque la máxima es que los titulares se los lleve el acuerdo PSOE-Bildu. Hasta la capital navarra se desplazará Carmen Fúnez, la vicesecretaria de Organización, que ha ido ganando protagonismo como voz autorizada de Feijóo. Por parte del PSOE, no habrá representación a nivel nacional.

Ferraz no quiere protagonismo. En los chats internos del PSOE, no hay debate estos días, pese a que hay muchos que temen que los acuerdos con los de Arnaldo Otegi pasen factura en las próximas citas electorales. Recuerdan que en las municipales y autonómicas del 28 de mayo el castigo a la marca vino precedido de una campaña en la que todo gravitó en torno a la inclusión de candidatos con delitos de sangre en las listas. De ahí que para las generales Sánchez renegase de pactos como el que hoy se cerrará en Pamplona. El presidente puso en valor que habían desbancado a los abertzales de las instituciones.

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Desde Bildu, en privado, se reconoce que había un compromiso con el PSOE de permitirles gobernar en donde fuesen la lista más votada. Se incumplió en la Diputación de Guipúzcoa para favorecer al PNV, pero Pamplona era un bastión irrenunciable para los de Otegi. “Es un símbolo de la euskaldunización de Navarra”, aseguran desde la izquierda radical vasca, donde sitúan el segundo paso del "cobro" al presidente en los presos de ETA y reconocen que es "difícil" extrapolar el acuerdo de Pamplona a la presidencia del País Vasco. En la idea de las contraprestaciones es donde el PP quiere poner el acento. Feijóo no dará tregua, al denunciar una “maniobra indecente” que enmarca dentro de un “pacto encapuchado” con Otegi a cambio de los votos para la investidura.

El PP busca contrarrestar las críticas de la Moncloa a sus alianzas con la ultraderecha amplificando las concesiones a los de Otegi. “¿Nosotros no podemos pactar con Vox, pero el PSOE sí puede hacerlo con Bildu?”, esgrimen fuentes populares, que recuerdan que la formación aún no ha condenado explícitamente el terrorismo de ETA. En la dirección popular, advierten de que en el año que entra no dejarán al Gobierno “campar libremente por ningún tema”, en relación con lo que denominan “cortinas de humo” para desviar la atención pública. Feijóo también entrará en su balance del año en la esfera económica. Ofrecerá su voto favorable en el Congreso al decreto anticrisis de Sánchez si se compromete a mantener las rebajas del IVA en la luz y el gas, que se prevén retirar paulatinamente.

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En la Moncloa dan por amortizado el posible desgaste de la moción en Pamplona. Por el contrario, creen que la vehemencia del discurso de Vox y PP les beneficia y justifica ante los votantes más críticos la necesidad de levantar un cordón sanitario. En este caso, el enemigo a batir es UPN. Desde el partido, se han enviado vídeos a los militantes en los que se presenta al presidente de la formación regionalista, Javier Esparza, y la todavía alcaldesa, Cristina Ibarrola, como una derecha radical. Los socialistas navarros han llegado a atribuir la renuncia de dos de sus concejales a “presiones” de UPN.

El partido navarro ha acabado siendo una víctima colateral de la guerra PSOE-PP. Tras el episodio de la reforma laboral, en que los dos diputados votaron junto a los populares en contra del criterio de Esparza, este apostó por un tibio acercamiento a los socialistas. Con la llegada de Feijóo al PP, se reconstruyeron los puentes y UPN descartó cualquier negociación para la investidura con el PSOE. Pamplona estaba perdida. Fuentes cercanas al partido reconocen a este medio que la posición del partido es ahora “muy complicada”, porque no tienen poder institucional. Hay quienes apuestan por que la actual alcaldesa acabará dejando su escaño.

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Joseba Asiron volverá a la alcaldía de Pamplona, que ya ostentó entre 2015 y 2019. El primer edil de Bildu ha pedido que la jornada de la moción sea de “respeto, sosiego y alegría”. La estrategia de los abertzales pasa por dar normalidad a su estancia en las instituciones dentro del plan para blanquear la marca. Los duros están detrás. En el caso de Pamplona, el hombre en la sombra, como informó El Confidencial, es Joxe Abaurrea, edil de HB en los años noventa que no ha condenado el asesinato del concejal de UPN Tomás Caballero. La mano derecha del futuro alcalde está condenado por agredir a un policía que le impidió colgar una ikurriña en los Sanfermines de 2019. La nueva corporación municipal tiene intención de convocar un pleno mañana mismo para sacar adelante “medidas atascadas” por la alcaldesa de UPN y así justificar la moción de censura. Entre ellas, estaría la subvención de 3.000 euros que está pendiente de recibir la Asociación de Víctimas del Terrorismo. Con la aprobación, el PSOE tendrá munición contra las críticas del PP en un tema de especial sensibilidad.

Más allá del “día de celebración” para Bildu, se prevé tensión en Pamplona por las concentraciones a favor y en contra de la moción que se han convocado. Un episodio más de la crispación que alimenta la política de bloques que adelantó Sánchez en su discurso de investidura. Ayer, en su balance de 2023, no mencionó la amnistía. Vuelve el silencio sobre la medida que le mantuvo en la Moncloa y que le puede desalojar de ella si Carles Puigdemont decide dinamitar la legislatura. El prófugo será otro de los protagonistas de la intervención de Feijóo. El desgaste del adversario serán las compañías.