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Las claves del pacto PSN-Bildu: ikurriña y víctimas de ETA (pero sin condena expresa)
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Y los sanfermines y el euskera

Las claves del pacto PSN-Bildu: ikurriña y víctimas de ETA (pero sin condena expresa)

Los socialistas navarros dan por buena una declaración de Otegi de 2021 de reconocimiento de las víctimas, pero el PSOE vasco siempre ha pedido más: una condena taxativa del terrorismo

Foto: Un acto convocado en Pamplona en favor de las víctimas de ETA. (EFE/Archivo)
Un acto convocado en Pamplona en favor de las víctimas de ETA. (EFE/Archivo)
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Las víctimas de ETA, la ikurriña y el euskera son los tres principales puntos sobre los que se asienta el acuerdo firmado por el PSOE y Bildu para arrebatar a UPN la alcaldía de Pamplona. Pero si los socialistas navarros se vanagloriaban este miércoles de haber conseguido la firma de los radicales en un documento en el que se menciona expresamente a las víctimas de la banda terrorista, el listón ético del PSN dista bastante del de sus colegas en Euskadi, que siempre han exigido a Arnaldo Otegi una condena taxativa del terrorismo.

Ramón Alzórriz, secretario general del PSN y encargado de defender el acuerdo, dio por buena la declaración que Otegi leyó en octubre de 2021, en el décimo aniversario del fin de la violencia de ETA. “Sentimos su dolor y afirmamos que nunca debió haberse producido”, señaló el líder de la izquierda abertzale radical en referencia a las víctimas. Pero esas palabras nunca han sido suficientes para el PSE, aunque Ferraz también las bendijo, por entender que Bildu no termina de romper con el pasado que lo une a la banda terrorista. Algo, por cierto, que los herederos de Batasuna no están dispuestos a asumir.

Fue uno de los argumentos que Alzórriz usó para justificar, más allá del bloqueo del ayuntamiento, un pacto que hasta hace dos días los socialistas navarros desmentían y que ha supuesto cruzar una línea roja en el proceso paulatino de normalización y blanqueamiento de Bildu. Es la primera vez que los socialistas apoyan activamente un Gobierno de la coalición radical en una capital de provincia. La moción se debatirá el 28 de diciembre y volverá a dar el bastón de mando a Joseba Asiron, alcalde de la coalición entre 2015 y 2019, aunque entonces no necesitó a los socialistas para gobernar. "Sé que hay personas a las que les costará entenderlo, pero solo con decisiones valientes podremos dar pasos en beneficio de la convivencia", argumentó Alzórriz.

Víctimas de ETA

“Nos comprometemos a trabajar para generar un clima político de entendimiento que mire al futuro, sin olvidar el pasado, desde la convicción política y ética de que es necesario el reconocimiento y reparación de las víctimas generadas por la violencia de ETA, evitando en todo momento que se puedan generar situaciones de humillación”, recoge el punto 2 del pacto. De forma expresa se hace mención a mantener el “buen estado de los elementos de recuerdo y homenaje”.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, junto al diputado de UPN, Alberto Catalán, en el Congreso. (EFE/J. J. Guillén)

Asiron, un independiente que entró en política de la mano de Bildu, ha rechazado de forma expresa el terrorismo de ETA, pero no es el discurso ni las palabras que emplea la coalición. En el programa con el que la izquierda radical acudió a las elecciones municipales del pasado 28-M no figuraba ninguna medida específica para las víctimas de la banda. Sí diferentes propuestas ligadas a la Guerra Civil y al franquismo, la creación de una Comisión especial para la Convivencia y la Memoria Democrática (sin más detalles), y la declaración de un día “como referencia para todas las víctimas de motivación política”. Una especie de cajón donde meterlo todo y en consonancia con el discurso de Bildu de equiparación para diluir la responsabilidad de ETA.

El acuerdo para la aprobación de la moción de censura también refleja el reconocimiento de las víctimas policiales y de grupos de extrema derecha, en virtud de la ley foral de víctimas de motivación política, y en el punto 4 recoge la elaboración de un plan de convivencia.

La ikurriña y San Fermín

El primer punto del pacto deja por escrito el compromiso de que las instituciones, en este caso el Ayuntamiento de Pamplona, cumplan la ley de símbolos de Navarra. La norma, reformada por el PSOE y UPN la pasada legislatura, limita el uso de la ikurriña, la insignia vasca, y blinda los símbolos navarros. El uso de la bandera del País Vasco es habitual por parte de los nacionalistas e independentistas en su defensa de la idea de que Euskadi y Navarra deberían formar parte de la misma realidad política e institucional.

Foto: El presidente del PNV, Andoni Ortuzar. (EFE/Fernando Villar)

No es una cuestión menor. Son habituales los enfrentamientos en la plaza del ayuntamiento el día del chupinazo de San Fermín por la colocación de la ikurriña y de pancartas a favor de los presos de ETA por parte de los radicales. De hecho, Asiron, durante su primer mandato, permitió que la insignia vasca ondease desde la balconada del edificio consistorial. Ahora, se supone que se compromete a cumplir la ley.

El pacto, aunque en un punto diferente, también recoge el compromiso de no politizar las fiestas del patrón de la ciudad. “Nos comprometemos a trabajar por unos Sanfermines libres de tensiones políticas, de espacios de exclusión, unas fiestas de todos, donde primen la concordia y el disfrute”, señala el documento.

El euskera

Y entre los principales puntos también destaca el compromiso de fomentar y difundir el uso del euskera. La capital navarra se encuentra en la denominada zona mixta de la comunidad, el área en la que se usan tanto el castellano como el euskera, que está considerado lengua cooficial. “Nos comprometemos a trabajar para lograr un consenso que garantice al euskera un tratamiento acorde con la demanda y la realidad sociolingüística de la ciudad, acompañando la demanda social existente y amparando el uso y conocimiento por la ciudadanía de conformidad con las premisas de voluntariedad e igualdad de oportunidades en el marco de la normativa foral y municipal”, señala el punto 3 del documento.

Foto: Joseba Asiron, candidato de Bildu a la Alcaldía de Pamplona, y Otegi en un acto de campaña. (EFE/Javier Etxezarreta)

El acuerdo, además de recapitular diversas medidas urbanísticas, establece la creación de un mecanismo de seguimiento. El PSOE no formará parte del Gobierno municipal y será a través de esta herramienta como controle el grado de cumplimiento de Bildu. Los socialistas, en aquellas materias en las que no haya acuerdo, se comprometen a respetar la “mayoría del pleno”, si bien en este caso tanto Bildu como Geroa Bai y Podemos, los otros dos partidos que respaldarán la moción, suman 11 concejales, al igual que UPN y el PP.

Las víctimas de ETA, la ikurriña y el euskera son los tres principales puntos sobre los que se asienta el acuerdo firmado por el PSOE y Bildu para arrebatar a UPN la alcaldía de Pamplona. Pero si los socialistas navarros se vanagloriaban este miércoles de haber conseguido la firma de los radicales en un documento en el que se menciona expresamente a las víctimas de la banda terrorista, el listón ético del PSN dista bastante del de sus colegas en Euskadi, que siempre han exigido a Arnaldo Otegi una condena taxativa del terrorismo.

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