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Sánchez irá a una investidura que solo respaldan tres de cada diez españoles
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Encuesta IMOP-El Confidencial

Sánchez irá a una investidura que solo respaldan tres de cada diez españoles

La mayoría apoya las protestas contra la ley de amnistía en Ferraz, que están polarizando fuertemente a la sociedad. El pacto con Puigdemont divide a los votantes socialistas

Foto: Sánchez, en el Congreso de los socialistas europeos. (Reuters/Jon Nazca)
Sánchez, en el Congreso de los socialistas europeos. (Reuters/Jon Nazca)
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"España solo puede ser gobernada si se reconoce su diversidad territorial". Después de días de silencio, Pedro Sánchez habló ayer sobre el pacto con Carles Puigdemont para ser reelegido el jueves 16 de noviembre. Ahora toca la pedagogía. Mucho se tendrán que esforzar el presidente en funciones y sus ministros si atendemos a los datos que arroja la encuesta de IMOP en colaboración con El Confidencial: el 63,8% de los españoles preferiría una repetición electoral frente al 31,1% que se declara a favor de un Gobierno de coalición encabezado por el PSOE con el respaldo parlamentario de Junts. Es decir, solo tres de cada diez españoles respaldan la investidura de Sánchez en los actuales términos. Otra realidad que arrojan las cifras son la fuerte polarización que ha supuesto la negociación de la investidura. La mayoría apoya las manifestaciones frente a la sede del PSOE en Madrid.

Los datos del sondeo, que se llevó a cabo los días 8 y 9 de noviembre, cuando aún no se conocían los pormenores del texto firmado por el PSOE y Junts en Bruselas, muestran cómo incluso dentro de los votantes socialistas hay una importante división. El electorado socialista está partido en dos. Mientras el 54% avala que se gobierne, cuatro de cada diez consideran que sería mejor volver a las urnas. Cabe recordar que en el programa electoral de los socialistas no se incluía la ley de amnistía que durante la campaña, e incluso después, fue rechaza por inconstitucional por el propio Sánchez y destacados dirigentes socialistas.

Lo que debe interpretarse de la postura de aquellos que aun votando al PSOE quieren que se repitan las elecciones, no es un "no" a que gobierne su partido, sino a quienes le sustentan en el Congreso. El expresidente del Gobierno, Felipe González, es un claro ejemplo. Votó a Sánchez, pero condena que negocie la gobernabilidad de España con un huido de la Justicia. "La amnistía no merece la pena por siete votos. Hay que ir a ganar las elecciones", declaró recientemente.

En el caso de los simpatizantes de Yolanda Díaz hay menos escrúpulos. El 74,1% de los que dieron su papeleta a Sumar son favorables. Solo dos de cada diez estarían más cómodos si se volviese a votar. La plataforma de izquierdas llegó a plantear la celebración de un referéndum durante la campaña electoral, si bien no especificó en qué términos, dado que la Constitución lo prohíbe expresamente. La vicepresidenta ha buscado erigirse en el puente entre Sánchez y Puigdemont. De hecho, fue la primera en ir a visitar al prófugo a Bruselas. "Fíjese, yo llevo a mi hija casi todos los días al colegio, y las madres y los padres —es un colegio público en Madrid— me dan las gracias porque saben lo que estoy haciendo", contó la líder de Sumar.

El primer puesto en el ranking de satisfacción por la reedición del frente gubernamental con Puigdemont en la cabeza lo tienen en Bildu. El 100% de los votantes del partido de Arnaldo Otegi suscriben la alianza con Sánchez. La jugada de convertirse en socios preferentes la pasada legislatura ha dado sus frutos. No hay ese cierre de filas en el otro partido vasco del Congreso. Los electores del PNV son más críticos con la deriva de sus dirigentes. El 49% respalda la investidura, el 24% preferiría nuevas elecciones y el 27% no se pronuncia.

La respuesta es una buena fotografía de la situación interna del partido, donde hay varias almas. Su presidente, Andoni Ortuzar ha marcado la pauta para mantenerse al lado de Sánchez para dar la batalla a Bildu, mientras un sector más próximo al lendakari, Íñigo Urkullu, plantea dudas de hacia dónde les lleva el viraje a la izquierda. Las elecciones autonómicas vascas, que se celebrarán el próximo año, serán un buen medidor. También supondrán un hito en la legislatura, dado que en función de los resultados y las posteriores alianzas en el País Vasco también se puede mover el tablero nacional.

Foto: Ilustración: EC Diseño. Opinión
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¿Y qué piensan los votantes de Junts? El 95% avala que se pacte con Sánchez. En el caso de ERC suman un punto más los partidarios. El dato debe servir a Puigdemont para ver refrendada su estrategia. Su temor durante las negociaciones ha sido quedar como un "traidor" ante los suyos. Que se interpretase que la amnistía era una demanda personal al margen de la causa independentista. Como en todas las formaciones, el votante es más moderado que el militante y, aunque las bases de Junts refrendarán el acuerdo, entre los más duros ya hay voces que se sienten "traicionadas". La exconsejera, Clara Ponsatí, que se fugó junto a Puigdemont, ha hablado de "traición a Cataluña" tras la fumata blanca entre Junts y el PSOE.

Según cuántas voces sean y lo alto que discrepen dependerá cómo afronte Puigdemont su relación con Sánchez en los próximos cuatro años. Por el momento, el presidente en funciones ya ha aceptado un mediador internacional de los acuerdos, negociar un referéndum y que se asuma que en España ha habido lawfare. Este mes está prevista la primera reunión, fuera de nuestras fronteras, de la comisión de verificación y en ella se verá cuánto aprieta Junts para sostener la legislatura. Fuentes socialistas restan importancia a la "palabrería" y dan por cerrados dos Presupuestos.

Si los partidarios de Bildu rechazaban de plano las elecciones, en el lado contrario están los del PP. El 97% pide ir a las urnas otra vez; el 95% en el caso de los de Vox. En Génova están dispuestos a capitalizar el descontento generalizado por las cesiones ante los independentistas. Hoy han convocado una manifestación en la Plaza de Cibeles que esperan sean multitudinaria. No será la última. Las protestas por la ley de amnistía vienen sucediéndose en Madrid ante la sede de Ferraz. Según el sondeo de IMOP, dichas protestas han obtenido una amplísima resonancia en toda España. El 96,5% de los encuestados declara estar al tanto de ellas. Las protestas reciben el visto bueno de la mayoría. Un 48,6% les da su apoyo intenso o templado frente al 41,3% que las condena.

IMOP pidió a los entrevistados que manifestaran, en una escala del 0 al 10, su grado de apoyo a estas movilizaciones, indicando el 0 el máximo rechazo y el 10 el máximo respaldo. Lo más llamativo es la fortísima polarización que han producido en la opinión pública. Las actitudes templadas son claramente minoritarias y predominan el apoyo y el rechazo intensos ante esos hechos en todos los espacios políticos. De hecho, las dos puntuaciones de la escala que más se repiten son las más extremas: el cero (25,1%) y el diez (37,9%). El carácter violento que adquirieron algunas manifestaciones no parece alterar el sentido de las respuestas, quizás porque se refieren más al hecho que las motivó —la ley de amnistía— que el desarrollo de los hechos.

Llama igualmente la atención la existencia de un porcentaje significativo de votantes socialistas (23,5%) que simpatiza con las protestas, al que hay que sumar el 10,1% que no se pronuncia. Los seguidores del partido de Santiago Abascal son los más partidarios, con un 97,6% de apoyo intenso y un cero por ciento de rechazo. El líder de la formación de ultraderecha acudió a una de las protestas frente a la sede socialista en Madrid y su partido se ha negado a condenar los incidentes violentos. Sí lo ha hecho el PP, cuyos votantes simpatizan en un 71,9% con estas marchas. En el caso de los populares, hay casi un diez por ciento que no está de acuerdo con manifestarse frente a las sedes socialistas. IMOP no ha preguntado por las marchas convocadas para este domingo y el próximo fin de semana por Alberto Núñez Feijóo.

En términos de rédito político, la mayoría de los consultados considera que es la formación de Feijóo la que más se beneficia de esta tensión (38,5%). Es significativo que un 20,9% considera que es Sánchez el que sale ganando con las protestas en la calle. Para Moncloa, el dato puede ser esperanzador dado que no han dejado de sucederse los sectores que se han ido sublevando contra el pacto con Junts. Jueces, fiscales, abogados del Estado, empresarios, diplomáticos, funcionarios, profesores… En política hay quienes sostienen que cuanto peor, mejor.

"España solo puede ser gobernada si se reconoce su diversidad territorial". Después de días de silencio, Pedro Sánchez habló ayer sobre el pacto con Carles Puigdemont para ser reelegido el jueves 16 de noviembre. Ahora toca la pedagogía. Mucho se tendrán que esforzar el presidente en funciones y sus ministros si atendemos a los datos que arroja la encuesta de IMOP en colaboración con El Confidencial: el 63,8% de los españoles preferiría una repetición electoral frente al 31,1% que se declara a favor de un Gobierno de coalición encabezado por el PSOE con el respaldo parlamentario de Junts. Es decir, solo tres de cada diez españoles respaldan la investidura de Sánchez en los actuales términos. Otra realidad que arrojan las cifras son la fuerte polarización que ha supuesto la negociación de la investidura. La mayoría apoya las manifestaciones frente a la sede del PSOE en Madrid.

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