Sánchez esconde la amnistía ante Europa y presume de aislar a PP y Vox en su investidura

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"Cómo no va a merecer la pena". A partir de esa idea, que recuerda al "at all costs" de Mario Draghi en la Gran Recesión de la pasada década, Pedro Sánchez ha sacado pecho este sábado en Málaga de su acuerdo de Gobierno delante de sus colegas del Viejo Continente. El líder del PSOE ha sido recibido con gritos de "presidente" en el congreso de los Socialistas Europeos, donde ha presumido de su capacidad de pactar a izquierda y derecha para aislar a PP y Vox en el Congreso que lo reelegirá "la semana que viene" en un discurso en el que no ha hecho menciones a la amnistía ni al contenido del resto de pactos que le permitrán seguir en Moncloa "cuatro años más".

Los líderes europeos concentrados en la ciudad andaluza, con el canciller alemán Olaf Scholz como principal referente, han tenido difícil eludir la contestación social que han provocado los acuerdos de investidura del líder socialista. Scholz y Sánchez se reunieron el viernes en la Subdelegación del Gobierno en Málaga asediados por varios centenares de manifestantes y con un gran dispositivo policial. El sábado el diapasón había bajado y no eran más que unas decenas las personas apostadas en la rotonda de acceso al Palacio de Ferias y Congresos de Málaga, pero en varios puentes de las carreteras de acceso a la ciudad había colgados carteles en inglés en los que se pedía a Europa "parar la amnistía".

El perdón general a los condenados en el procés ha planeado sobre el cónclave de los socialistas europeos, marcado por la dimisión del portugués Antonio Costa, a quien Sánchez ha enviado su apoyo. Pero también por la confirmación de la investidura del jefe del Ejecutivo en funciones, que ha puesto el foco en su capacidad para recoger el apoyo de todas las fuerzas del Congreso, salvo PP, Vox y Unión del Pueblo Navarro. "Somos la fuerza que puede acordar con todas las fuerzas", ha presumido Sánchez, que ha destacado esa cifra de 179 escaños, los que tiene atados para el debate previsto para los días 15 y 16 de noviembre, aunque la fecha exacta aún no está fijada.

Es previsible que antes de ese debate llegue al Congreso la ley de amnistía al registro. El martes está prevista una reunión de la Mesa en la que se podría calificar un texto que el PSOE aspiraba a que llevara la firma de todos sus socios. Hay uno de los partidos que han comprometido su apoyo a Sánchez, Coalición Canaria, que no lo hará. Los nacionalistas canarios, que gobiernan las islas con el PP, estaban en la abstención, pero han acabado por firmar un acuerdo que incluye varios presupuestos y el apoyo a los decretos ley que salgan de Moncloa. Los socialistas se afanaron, con María Jesús Montero a la cabeza, en atar el apoyo de CC para enviar el mensaje sobre su capacidad para pactar a izquierda y derecha del que ha presumido Sánchez.

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Marisol Hernández

"El PP solo puede entenderse con la ultraderecha de Vox", ha espetado el presidente en funciones en un discurso que ha saltado del inglés al castellano en varias ocasiones y que ha aprovechado para defender la "legitimidad" que tiene para "poder acordar con todos". "Todas las fuerzas que están en el Congreso son legítimas representantes de los españoles", ha dicho Sánchez, que sí ha hecho la ya clásica defensa del "reencuentro y la convivencia y la necesidad de consolidar la diversidad territorial de España". El resto de tareas que se ha planteado son "caminar hacia el pleno empleo", garantizar el acceso a una vivienda y la lucha contra la emergencia climática.

"Europe, stop the amnesty"

Sánchez ha reclamado al PP "cordura, mesura y aceptar el resultado de las urnas y la legitimidad del Gobierno" y lo ha señalado por ser "cómplice" de la estrategia de Vox, que sí a alimentado las protestas que han provocado disturbios a las puertas de la sede federal del PSOE, en la calle Ferraz de Madrid. "La ultraderecha exhibe símbolos de un pasado oscuro para España que hoy resuena con la complicidad de la derecha", ha expresado Sánchez en un dardo a Alberto Núñez Feijóo, al que ve "incapaz de plantar cara" a Vox.

Este domingo, el partido de Santiago Abascal ha decidido sumarse a las convocatorias que Génova ha convocado en todas las capitales del país, lo que alimentará el discurso de los socialistas, que aseguran que sus socios no están preocupados por la amnistía. Así lo ha dicho la ministra de Transición Ecológica y vicepresidenta tercera del Gobierno en funciones, Teresa Ribera, que ha asegurado que los representantes de los partidos socialistas celebran la importancia de que España cuente con un Ejecutivo "progresista".

"Paramos la ola reaccionaria", ha presumido Sánchez en inglés antes de defender la necesidad de hacer lo mismo en las elecciones europeas que están previstas para el próximo 9 de junio. Para ello, los socialistas parten con sólo 5 primeros ministros en todo el continente tras la renuncia del portugués Antonio Costa. Lo cinco se han fotografiado este sábado en Málaga, con Sánchez y Scholz a la cabeza. Pero también estaban el primer ministro de Rumanía, Marcel Ciolacu; la primera ministra danesa, Mette Frederiksen; y el primer ministro de Malta, Robert Abela.