Génova coordina a sus CCAA para "desbordar las plazas" el 12-N y veta el acceso a "reaccionarios"

El Partido Popular espera una afluencia "masiva" en las calles de España este domingo. El pacto entre PSOE y Junts es ya una realidad tangible, y Génova sabe que no puede permitirse pinchar en la primera convocatoria oficial tras el acuerdo. La dirección nacional del partido lleva días trabajando en el evento con el que prevé "desbordar las plazas" este 12 de noviembre en las 52 capitales de provincia. De hecho, ha dado instrucción expresa a sus barones y a sus presidentes provinciales para movilizar a su respectiva militancia y que "no haya ni un solo cargo que se quede en casa". Más allá de abanderar la evidente ola de indignación social por las cesiones al independentismo, el PP quiere transmitir una "imagen de responsabilidad" con protestas "cívicas" y pacíficas frente a los altercados violentos en la sede de Ferraz. "No nos representan", insisten.

El pasado miércoles, Génova convocó también a los responsables de redes sociales, secretarios de organización territoriales y direcciones locales y provinciales a una reunión telemática para preparar la estrategia del partido en los próximos días: manifiesto común, mesas informativas, mensajes coordinados en redes, llamada a la movilización... La consigna es no dejar nada a la improvisación. "La respuesta tiene que ser coordinada", reiteran fuentes de la dirección. Otra de las órdenes que se ha dado a las cúpulas regionales es reforzar la seguridad en los actos del domingo para vetar la entrada a "reaccionarios" que busquen "reventar" las convocatorias.

Feijóo quiere distanciarse todo lo posible de los disturbios que, durante varias noches, han asediado la sede de Ferraz, unas protestas no autorizadas que cuentan con el sello de Vox. Grupúsculos de extrema derecha terminaron reventando la llamada a movilizaciones cívicas ante la casa de los socialistas, y terminaron sucediéndose cánticos fascistas, homófobos y racistas. Génova quiere evitar por todos los medios que sus actos queden empañados por "tres o cuatro energúmenos" que azucen simbología franquista. "Nos jugamos mucho", transmitió el miércoles la cúpula del PP a los cargos locales y regionales.

El tono con el que el PP quiere canalizar el descontento social dista mucho de la vía escogida por Vox. Santiago Abascal ha vuelto a agitar las algaradas contra Sánchez con un incendiario discurso: "O el dictador en el banquillo, o los que nos oponemos a la cárcel", pronunció este jueves durante una convocatoria ante los medios de comunicación para condenar el acuerdo entre PSOE y Junts.

En términos de afluencia, Génova evita sacar músculo de forma anticipada respecto a la cantidad de personas que logrará reunir este domingo, tanto en términos globales como en la propia capital, donde se celebrará el acto central contra la amnistía. Fuentes del partido apuntan a que el hecho de que se haya consumado el pacto y que la investidura pueda celebrarse la próxima semana empujará "a mucha gente" a salir a la calle, pero solo se atreven a pronosticar que la movilización será "masiva", sin cifras. Otras fuentes de la formación apuntan a que, aunque los actos del 12-N serán "muy importantes", la protesta prevista para el próximo 18 de noviembre puede ser "histórica".

La sociedad civil convocó una nueva movilización en Madrid, auspiciada por organizaciones como Foro Libertad y Alternativa, Unión 78 o la Fundación NEOS. Tanto Santiago Abascal como Alberto Núñez Feijóo acudirán a la convocatoria en Cibeles, además de las direcciones de sus respectivos partidos. El carácter "civil" de la convocatoria, sin el paraguas de las siglas políticas, hace prever una movilización "brutal", sobre todo si la investidura de Sánchez se celebra esa misma semana. Después de ceder a ERC la amnistía a CDR y Tsunami, las competencias de Rodalies para la Generalitat o la condonación de la deuda catalana, Sánchez ha pactado con Puigdemont una despenalización total del procés y se abre al perdón del lawfare, así como a negociar el referéndum durante la legislatura y ceder el 100% de los tributos que se pagan en Cataluña.

Para Feijóo, el trato con el independentismo es una "aberración democrática" contra la que hay que "elevar la voz". La tesis que se ha marcado el partido es evitar por todos los medios que el pacto con Junts y ERC "caiga en el olvido". Pero insisten en la cúpula del PP en que, si la indignación deriva en violencia, "perderemos toda la razón y ganará Sánchez". El partido quiere enjuagar las críticas por la tardía condena de Alberto Núñez Feijóo a los altercados violentos de principios de semana, que terminaron con varios detenidos y heridos. Génova, a diferencia de Vox, se declara contraria a celebrar protestas frente a las sedes de los partidos políticos. Y Abascal no tardó en recriminar esa postura. "Aspiran a ser una oposición blandita para que los golpistas no les insulten", lanzó.

Feijóo, en Sol

El acto central del 12-N tendrá lugar en la Puerta del Sol de Madrid. Es la ubicación escogida por Alberto Núñez Feijóo para pronunciar su discurso, acompañado de la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, a la que se le reconoce una gran capacidad movilizadora. De hecho, tal y como publicó El Confidencial, el PP de Madrid envió una circular a sus alcaldes y cargos para recordar que acudir a la capital el domingo es "obligatorio". Ayuso comenzó a caldear el ambiente este mismo jueves, cuando aseguró alto y claro que el pacto para investir a Sánchez supone "entrar en una dictadura".

La dirección del PP no confirma aún si el acto contará también con la presencia de los dos expresidentes del Gobierno. Aunque hay que recordar que fue José María Aznar el primero que llamó a "asumir los riesgos" de "actuar" contra Sánchez, al que calificó como "un peligro para la democracia". Tanto él como Mariano Rajoy acompañaron a Feijóo en la masiva convocatoria del pasado 24 de septiembre, un acto en el que los populares lograron reunir a más de 40.000 personas. Las fuentes consultadas apuntan, además, que el calendario de movilizaciones podría extenderse durante meses. "Hay que seguir, hay que apretar", incide un vicesecretario nacional. Pero siempre bajo el manto de la "responsabilidad". Feijóo dio la directriz: "Una movilización serena y sin ira".