Feijóo, tajante: "La violencia no tiene cabida en democracia, y su impunidad tampoco"

El PP intenta embridar el estallido social y canalizar el descontento en movilizaciones "autorizadas", "comunicadas" y "pacíficas" que diluyan las protestas de la extrema derecha en Ferraz. Génova tardó en condenar públicamente los altercados que se han sucedido en las dos últimas noches ante la sede del PSOE. De hecho, el líder popular evitó anoche expresar su rechazo a los disturbios en redes sociales, pero sí ha expresado una condena rotunda este miércoles en el Congreso. "La violencia no tiene cabida en democracia, y su impunidad tampoco", avanzó el líder popular, que responde así a la presión procedente del PSOE, también de Pedro Sánchez, que acusó a su homólogo popular de "apoyar el asedio a las casas del pueblo socialistas" por "acción u omisión".

Durante unas jornadas contra la amnistía convocadas por el Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, Feijóo se ha levantado "contra los profesionales de la manipulación y de la mentira", en alusión a la presión procedente de distintos sectores políticos y mediáticos por no condenar de forma inmediata y rotunda la violencia que se vio estas dos últimas noches en las calles de Madrid, en el marco de las protestas no autorizadas alentadas por Vox frente a las sedes socialistas. El líder popular se ha declarado contrario a todo tipo de violencia, tanto la de "extrema derecha como la de extrema izquierda". "Y no vamos a aceptar ni una sola lección de quienes están trabajando para que los actos violentos queden impunes", incidía el líder popular.

Feijóo ha censurado en este punto la doble vara de medir del PSOE, que lamenta los disturbios provocados por radicales de extrema derecha en Madrid pero, al mismo tiempo, está dispuesto a "amnistiar" actos similares que ocurrieron en Barcelona con motivo del procés. Importante recordar en este punto que la ley de amnistía prevé incluir a CDR y Tsunami Democràtic, así como delitos de corrupción y terrorismo. "Mientras se está criticando a algunos ultras, y compartimos esas críticas, ellos dan impunidad a los actos violentos que a ellos les interesa", incidía.

Anoche, el líder del PP se limitó a exigir en redes sociales que las protestas partan del "respeto" y la "ejemplaridad". La misma que, aseguró, "les faltó siempre al PSOE y a sus socios". La condena oficial por parte de Génova no llegó hasta pasadas las 12 de la noche, pero sólo de la secretaria general de los populares, Cuca Gamarra. "Nada justifica la violencia que se ha vivido hoy por parte de una minoría. Mi rotunda condena", escribió en redes la también portavoz parlamentaria. El mensaje sirvió de guía al resto. Este miércoles, Elías Bendodo repitió el mismo mensaje en TVE, y le siguieron presidentes autonómicos del PP, como Isabel Díaz Ayuso. "Lo primero que quiero hacer es mostrar mi respaldo a los cuerpos y fuerzas de seguridad y condenar los actos vandálicos. Espero que sean detenidos y juzgados", expresó en la Asamblea madrileña.

Génova, a su vez, busca rebosar sus actos cívicos previstos para el próximo domingo en todas las capitales de provincia de España para que, además de expresar el malestar de la gente con las cesiones al independentismo, sirvan como antídoto a los ultras. "Ni al PP ni a la mayoría social de España los representan cuatro energúmenos", incide un alto cargo del partido. La tesis en el partido es que estos episodios no solo no son "admisibles", sino que, además, "benefician a Sánchez". Y le ayudan a sostener su relato.

No obstante, la escalada de tensión comienza a empañar la campaña contra la amnistía de los populares. En las filas del partido ha comenzado a circular el temor de que la movilización ultra gane a la cívica. Distintas voces apuntan a que esto "solo acaba de empezar" y que la gente "va a explotar" en cuanto Sánchez apuntale los últimos pasos hacia su investidura. El acuerdo con Junts sigue sin cerrarse y, más allá de la amnistía, se desconocen los pormenores que conllevará ese trato. Las mismas fuentes apuntan que ese descontento social puede subir de decibelios "en el mismo momento en que se conozca el preámbulo de la ley".

Feijóo se aferra a su calendario de concentraciones para contrarrestar las manifestaciones violentas. Y el próximo 12 de noviembre tendrá la oportunidad de demostrarlo con actos multitudinarios convocados por el partido en las 52 capitales de provincia, en los ayuntamientos de cada ciudad. El propio líder popular estará presente en la manifestación de Madrid frente a la Puerta del Sol.

Allí estará acompañado de Isabel Díaz Ayuso, que también alertó este lunes de que ese descontento ciudadano con Sánchez "irá a más". Como publicó El Confidencial, el PP de Madrid está maniobrando para que la movilización sea masiva, y envió una circular a todos sus cargos recordándoles que la cita de este domingo es "obligatoria". La movilización, apuntan, debe ser "máxima". Pero siempre pacífica.

Este martes, el PP registró una declaración institucional en el Senado en la que instó tanto a PSOE como a Vox a "condenar cualquier forma de violencia que se pueda producir contra las sedes de otra formación política". Los populares insisten en la "senda del respeto a las instituciones democráticas", e infieren en el escrito que "el derecho de manifestación es incompatible con actos violentos que vulneran la libertad de los españoles".

Vox vuelve a Ferraz

El paso de los días no rebaja el suflé de la tensión en la calle contra la amnistía y Pedro Sánchez. Más bien, todo lo contrario. Si el lunes fueron 3.800 personas las que se concentraron en Ferraz, este martes subieron al doble, según las cifras de la Delegación del Gobierno. Los manifestantes fueron más allá de la sede del PSOE y decidieron cortar la Gran Vía y poner rumbo a marcha rápida al Congreso de los Diputados gritando consignas contra Sánchez, Carles Puigdemont e, incluso, el Rey. La noche no tardó en virar a una batalla campal. Hubo cargas, fuego, heridos. La movilización social a la que llamaba la derecha apuntala su carácter permanente y marcará necesariamente una investidura que sigue sin ver la luz.

Vox volvió a auspiciar este martes las protestas contra el Gobierno en funciones. Santiago Abascal no se desplazó en esta ocasión a la sede de Ferraz, pero sí envió a su portavoz parlamentaria, Pepa Millán, y a varios miembros de la cúpula del partido. La tensión que se vivió la noche anterior —que se saldó con tres detenidos, cargas policiales y gases lacrimógenos— forzó a Vox a remarcar que el partido solo respaldará acciones "pacíficas" en la calle. "Ningún acto violento cuenta con nuestro respaldo", subrayó. Pero no sirvió de mucho.

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Alejandro Requeijo Berta Tena Fotografía: Sergio Beleña

Santiago Abascal, que ya estuvo el lunes, volvió a cargar contra el Ministerio del Interior por la respuesta policial y responsabilizó a Fernando Grande-Marlaska y Pedro Sánchez de la violencia durante las manifestaciones. "La violencia es responsabilidad de Marlaska. En primer lugar, porque es lo que él y Sánchez pretendían, con las órdenes políticas de cargar y gasear a manifestantes pacíficos el lunes. Y, en segundo lugar, porque pretenden amnistiar el terrorismo callejero", dijo en X (antes Twitter). Y añadió: "No lo olvidemos nunca: Sánchez es el socio de Bildu y pretende dar un golpe de Estado que liquida la legalidad. Ellos son los responsables".

Las protestas contra la amnistía desembocaron en una auténtica batalla campal, y la dirección de Vox volvió a estar presente en los minutos previos a que todo se descontrolase. Millán acudió flanqueada por otros pesos pesados del partido, como Ignacio de Hoces, Rodrigo Alonso, María Ruiz, Manuel Mariscal o Jacobo Robatto. Pero la nota de la polémica llegó de la mano del eurodiputado Hermann Tertsch, que calificó de "auténtica basura golpista" a un reportero de El Plural ante las burlas de varios manifestantes.

Horas antes, el líder de Vox ya caldeó la protesta cuando pidió a la Policía que no acatase las órdenes procedentes del Ministerio del Interior y evitase cargar contra los manifestantes. Reiteró, no obstante, que su partido solo apoyaría la "resistencia pacífica", aunque sí insistió en que la acción policial del pasado lunes fue, a su juicio, desproporcionada contra los ciudadanos que acudieron a la sede de Ferraz. Pero el partido ultraconservador mantendrá la presión: "Hay que alzar la voz frente al golpe".