PSOE y Junts siguen atascados en un punto "técnico" que dilata el acuerdo

PSOE y Junts prosiguen este lunes en Bruselas las negociaciones sobre la ley de amnistía, después de que el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, volara este domingo a la capital belga, donde se encuentra el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. El acuerdo que debe posibilitar la investidura de Pedro Sánchez sigue atascado en un punto "técnico", según aseguran fuentes socialistas. Y, hasta que los juristas que asesoran a las dos formaciones no den el visto bueno, no habrá pacto. El acuerdo se esperaba para hoy, pero, después de un nuevo día de negociaciones, en ningún momento presenciales, fuentes de la negociación han enfriado las opciones de que se cierre un acuerdo este lunes, ya que en estos momentos el lado socialista tiene todavía que recibir los documentos de manos de Junts y hacer sus puntualizaciones, resolver dudas y hacer cambios. Las fuentes socialistas señalaron a lo largo del día que el acuerdo se podía cerrar en "20 minutos, cinco horas o mañana", pero en este momento todo apunta a que el pacto tendrá que esperar. Mientras la ley "no esté atada, no podemos firmar".

Con un continuo trasiego de documentos las conversaciones prosiguen, aunque el propósito del PSOE era que hubieran finalizado el pasado jueves. Delegaciones de los dos partidos negocian en la capital belga apostadas en dos puntos distintos. Santos Cerdán se encuentra en Sofitel y el equipo de Puigdemont en el International Press Centre (IPC), a unos 400 metros de distancia uno del otro. Según fuentes de Junts no han celebrado reuniones presenciales. “Seguimos intercambiando papeles, en una negociación muy técnica en la que los asesores jurídicos de ambas partes revisan todo y eso lo hace más largo en el tiempo”, indican interlocutores de Ferraz. A las 13:20, la delegación de Junts abandonó el IPC, mientras Santos Cerdán y su equipo han seguido reunidos en una sala de reuniones junto a la recepción del hotel.

Las dos formaciones reconocen que el acuerdo sobre estos últimos detalles de la ley está a punto de culminarse, pero "no se puede hacer un cálculo de previsión de cierre cuando se está cerca". Junts destaca que no debe quedar "nada suelto" en la amnistía y que, por ello, es necesario afinar. A la espera de estos flecos, los socialistas sostienen que el "acuerdo político está cerrado desde hace muchos días". La imputación de Puigdemont y de Marta Rovira por las actividades de Tsunami Democràtic también han provocado tensión el lunes, con Puigdemont cargando contra las "cloacas" en un mensaje en redes sociales. Sin embargo, fuentes socialistas puntualizan que el asunto no ha afectado en las negociaciones, que continúan con normalidad.

Aunque nadie es capaz de prometer que las cuestiones técnicas pendientes se superen hoy, el PSOE transmite una sensación de tranquilidad mayor que en las últimas horas. El número tres del PSOE incluso parece tener tiempo este lunes de escribir en la red social X (antes Twitter) sobre las manifestaciones en contra de la amnistía celebradas a las puertas de la sede socialista de Ferraz y de reprochar al PP su silencio. Santos Cerdán ha pasado buena parte del lunes esperando en su hotel, bien en la sala de reuniones o en su habitación, ya que la coreografía del acuerdo incluía la firma del pacto y declaraciones a la prensa. Fuentes de la negociación han desvelado que ambas partes estuvieron negociando hasta tarde anoche, y han explicado que, si ven que el pacto está "cerca", volverán a negociar hasta bien entrada la noche este lunes.

El plan de la Moncloa era sellar el pacto con Puigdemont el jueves. Pensaban que estos últimos escollos podrían resolverse ese mismo día. Sin embargo, el expresidente, casi a la vez que el PSOE y ERC anunciaban su pacto, decidió ralentizar la fase final para intentar contar con garantías mayores sobre su aplicación y para asegurar que alcance a personas de su círculo como al mosso d’Esquadra Lluís Escolà, que le hacía de guardaespaldas; al exconseller de Interior Miquel Buch; a su abogado Gonzalo Boye, o al jefe de su oficina como expresident en la Generalitat, Josep Lluís Alay, acusado en el caso Voloh. Los dos partidos mantienen que "no se está hablando de nombres". Pero el PSOE aún no ha aclarado si aceptará o no estos casos que están totalmente al margen de los delitos vinculados a los hechos del procés.

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Ana Belén Ramos

Desde el viernes, las negociaciones han sido permanentes y, aunque el ánimo de los socialistas decayó por el giro de guion de Puigdemont, a lo largo del fin de semana el mensaje que han transmitido es que las conversaciones iban "bien" y se estaba "avanzando". Por eso la previsión era poder anunciar el acuerdo este lunes y cumplir con su idea de que la investidura de Pedro Sánchez sea este miércoles y jueves, los días 8 y 9. Santos Cerdán, que se marchó de Bruselas el viernes por la noche después de que el líder de Junts retrasara el acuerdo por segundo día, regresó a la capital comunitaria este domingo por la noche.

Ahora, la fecha de la investidura queda de nuevo en el aire porque el pleno del Congreso se debe convocar con 48 horas de adelanto. Hay tiempo aún a lo largo de toda la tarde, pero todo depende de que los juristas avalen los últimos cambios. La ley de amnistía nace rodeada de una gran polémica. Es la clave de bóveda que permite a Sánchez seguir en el Gobierno, a cambio de los votos de Junts y ERC. Hasta el 23-J, el presidente había mantenido que la amnistía que le pedían los independentistas era inconstitucional. Por ello, y porque se da por seguro que la oposición la recurrirá al Tribunal Constitucional, es fundamental que esté muy atada jurídicamente, si es posible.