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Una huelga de hambre contra la amnistía en el Congreso: "No me voy hasta que un juez lo diga"
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Protesta pacífica

Una huelga de hambre contra la amnistía en el Congreso: "No me voy hasta que un juez lo diga"

Un joven toledano de 28 años lleva apostado frente al Congreso desde el martes en protesta por el acuerdo de Pedro Sánchez, a quien manda varear olivos, con los independentistas

Foto: El joven que se ha declarado en huelga de hambre por la amnistía frente a las puertas del Congreso. (Europa Press / Eduardo Parra)
El joven que se ha declarado en huelga de hambre por la amnistía frente a las puertas del Congreso. (Europa Press / Eduardo Parra)

No quiere dar su apellido, pero Adán no tiene remilgos en mostrarse ante las cámaras a las puertas del Congreso. "Soy un trabajador", dice. Lleva dos años en Toledo, aunque nació en Espinoso del Rey, un pueblo que casi linda ya con la provincia de Cáceres. Desde la capital castellano-manchega, el joven cogió un autobús y se plantó en la plaza de las Cortes el martes y allí comenzó una huelga de hambre que no piensa parar hasta que "la cosa se solucione o un juez me ponga el suero". La cosa es la ley de amnistía que está negociando el PSOE con ERC y Junts per Cataluña y el motivo de las iras de Adán, que este jueves cumple 48 horas de protesta pacífica, pero ruidosa, en la carrera de San Jerónimo.

"Estoy aquí contra la amnistía de Pedro Sánchez y sus socios", cuenta Adán. Y se nota quien es su principal dolor de cabeza, ya que la mayor parte de las consignas que lanza desde su silla, encadenado a un arbolito frente al Congreso, están dirigidas al presidente del Gobierno en funciones y líder del PSOE. "Decía que iba a traer a Puigdemont, pero si llega a decir lo de la amnistía, a ver quién le hubiera votado", abunda este joven, que se ha rodeado de varios cartones con el más celebre cántico de oposición a Sánchez: "Que te vote Txapote", en referencia a Mikel Garikoitz Aspiazu, que fuera jefe militar de ETA.

Pero no es la única consigna que repite el joven, que le pregunta a Sánchez que dónde ha dejado "la poca dignidad que le quedada" o lo acusa de "terrorista". La más original es cuando anima al presidente del Gobierno en funciones a trabajar vareando olivos. "Vete a coger aceitunas, que con lo alto que eres seguro que llegas a todas", lanza Adán en su protesta, que comienza puntual a las 08:00 y sólo para para hacer sus necesidades o atender alguno de los periodistas que se han acercado en estos dos días. El toledano sabe de lo que habla, ya que ha trabajado en el campo y tabién en una fábrica de helados.

Para protestar contra la amnistía, Adán ha utilizado algunos días libres y ha cogido horas que le debía su actual empresa. Pero ya ha pedido a sus compañeros que le cubran el próximo martes, cuando debería incorporarse, para seguir protestando. La firma del acuerdo o una hipotética investidura de Pedro Sánchez no aplacarán el enfado del joven, que pretende mantenerse mientras la salud se lo permita. Lo último que se comió, asegura, son unas magdalenas. Y desde entonces sólo ha ingerido líquidos. Aprovecha que algunos de los bares y un hotel de la zona le permiten utilizar sus baños para hacer sus necesidades.

Foto: Manifestación y disturbios ante la sede del PSOE con motivo de la amnistía (Sergio Beleña)

Los agentes de Policía Nacional que habitualmente custiodian el Congreso admiten la pesadez de la matraca constante, pero se trata de una protesta pacífica, como muchas que pasan por delante del Congreso. Estos dos días, Adán ha coincidido con en defensa de Palestina y con la manifestación que partió de la calle Ferraz también en protesta por la amnistía y acabó frente a la Cámara baja. "Yo me quedé en mi sitio y esperé a que se disolvieran", cuenta el joven toledano, que rechazó unirse a la protesta aunque sí aprovechó para acercar su silla a la Puerta de los Leones, dónde pasó la noche del martes al miércoles.

"El pueblo tiene que salir a la calle pacíficamente, imagínate esta plaza llena de gente en el suelo" ilustra el joven, que le llegó a pedir permiso a la Policía para colocarse y asegura que los agentes "son unos mandados, hacen su trabajo". Respecto a la convivencia con el resto de personas que pasan por la carrera de San Jerónimo, Adán asegura que, sobre todo, recibe apoyos. Pero ha recibido algún insulto e incluso le han escupido, aunque sin reacción por su parte. "Dos no regañan si uno no quiere", defiende el manifestante, al que han visiado algunos amigos.

"Me dicen que tenga cuidado, que a ver si me voy a poner enfermo con la huelga", reconoce el joven, de complexión delgada, mientras los manifestantes en favor de la causa palestina lanzan consignas contra Israel y Netanyahu. En eso Adán no se mete, que se prepara para otra noche fría a la espera del cambio por el cual votó en la elecciones del 23-J. "Estamos creando una generació acostumbrada a recibir una paga, a mí mis padres nunca me han dado una", se queja antes de volver a encadenarse en la silla y volver a entonar unas consignas que ya son casi el hilo musical de los trabajadores del Congreso.

No quiere dar su apellido, pero Adán no tiene remilgos en mostrarse ante las cámaras a las puertas del Congreso. "Soy un trabajador", dice. Lleva dos años en Toledo, aunque nació en Espinoso del Rey, un pueblo que casi linda ya con la provincia de Cáceres. Desde la capital castellano-manchega, el joven cogió un autobús y se plantó en la plaza de las Cortes el martes y allí comenzó una huelga de hambre que no piensa parar hasta que "la cosa se solucione o un juez me ponga el suero". La cosa es la ley de amnistía que está negociando el PSOE con ERC y Junts per Cataluña y el motivo de las iras de Adán, que este jueves cumple 48 horas de protesta pacífica, pero ruidosa, en la carrera de San Jerónimo.

Pedro Sánchez Amnistía