Ansiedad en el PSOE por el malestar social con la amnistía: "No podemos salir a la calle"

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El Gobierno y el PSOE se encuentran al límite de sus fuerzas. Por la larga espera para cerrar un acuerdo con Carles Puigdemont y por el descontento social que ha germinado contra la amnistía. Aunque hay tiempo hasta el 27 de noviembre para el pleno de investidura, políticamente no se puede aguantar mucho más. La situación empieza a desbordarse. Este martes hubo una nueva manifestación en Ferraz, con elementos muy violentos, que llegó hasta el Congreso. Y la preocupación se ha extendido por todo el partido, hasta el punto de que la dirección ha ordenado el cierre de las sedes por las tardes.

Dirigentes socialistas consultados por este diario revelan que no pueden "salir a la calle". Se trata, sobre todo, de los más conocidos. Expresidentes autonómicos, ex altos cargos o personas con puestos de relevancia en sus comunidades. Notan la presión desde la semana pasada. "Nos dicen de todo, traidores, que vamos a romper España, que somos unos vendidos". "Todo el repertorio", cuenta uno de ellos, que llegó a sufrir un incidente en un avión con un pasajero, similar al de Óscar Puente en el AVE. Pero el "hervidero", destaca, está sobre todo en Madrid.

Desde la dirección del grupo parlamentario en el Senado, confirman que también algunos senadores les han trasladado que reciben "insultos". De este tipo, por el entendimiento con los independentistas y la ley de amnistía, y otros más comunes. Hay compañeros, ratifica uno de ellos, "a los que les han dicho alguna barbaridad". Y "las redes echan humo contra nosotros". "Cuando se pasa la línea roja pasan cosas graves y luego vendrán los 'yo no tuve nada que ver", advierten.

El propio Pedro Sánchez, tras la protesta de anoche en Ferraz, escribió un tuit en el que decía "no esperar nada de quienes por acción u omisión apoyan el asedio a las casas de pueblo socialistas". "Su silencio les retrata". En el PSOE hay mucho malestar con Alberto Núñez Feijóo por no condenar de manera clara el acoso que están sufriendo sus sedes y, aunque es Vox quien está alentando las protestas —el propio Santiago Abascal estuvo el lunes en Ferraz—, culpan también a José María Aznar de "instigar" las concentraciones por llamar a actuar y movilizarse hace unos días con el argumento de que Sánchez es un "peligro para la democracia constitucional".

Ni una declaración institucional

Los socialistas intentaron este martes que el PP firmara en el Senado una declaración institucional de "condena al acoso sufrido en las sedes del PSOE", pero los populares contrarrestaron con otra de rechazo a la violencia de manera genérica. Hace 10 años, recordó la portavoz en el Senado, Eva Granados, cuando unos ultras atacaron la delegación de la Generalitat en Madrid, el centro cultural Blanquerna, sí fue posible un texto conjunto de condena de todos los partidos en la Cámara. "Nuestra democracia es incompatible con actos violentos que vulneran la libertad de los españoles", rezaba.

Mientras no acaba de llegar el pacto con Carles Puigdemont y continúan las negociaciones en Bruselas, el PSOE trata de poner el foco sobre la actitud del PP y de Vox como impulsores de la agitación social. La portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, defendió que "atentar contra los partidos es atentar contra la democracia" y subrayó el papel clave que la Constitución da a las formaciones políticas. "Para aquellos a los que se les llena la boca al hablar de la Constitución", agregó. La ministra reclamó a Feijóo que "acepte" el resultado del 23-J.

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Insurrección trumpista

El secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, todavía pendiente de poder cerrar el acuerdo con Puigdemont, publicó un tuit desde la capital belga en respuesta a la llamada de Santiago Abascal al desacato a las fuerzas y cuerpos de seguridad que acudan a proteger las sedes socialistas. “Llamar públicamente a la insurrección policial al más puro estilo trumpista es muy grave, y exigimos responsabilidad”, escribió en su cuenta de X el número tres del PSOE, que también señaló al PP por “avalar” esos comportamientos. Cerdán no es el único dirigente socialista que alimentó esa respuesta en redes sociales. Otros, como Eneko Andueza, han criticado las palabras de Javier de Andrés, nuevo líder del PP vasco, por calificar de “sanas” las movilizaciones contra la amnistía.

Fuentes socialistas reconocen que el partido está sufriendo la demora del pacto con Junts, que permitirá la investidura de Sánchez. Saben que los negociadores del presidente no pueden hacer muchas más concesiones en el contenido de la amnistía. "Estamos esperando a Godot", apuntaba un dirigente que parafraseaba así la obra de Samuel Beckett, icono, precisamente, del teatro del absurdo.

Puigdemont, ¿hasta el límite?

Hay quien piensa que el expresidente les llevará "al límite". El PSOE ha enfriado una investidura esta semana, aunque lo cierto es que el acuerdo puede llegar en cualquier momento y la presidenta del Congreso convocar el pleno incluso con solo 24 horas de margen. La sensación en Barcelona es que solo depende de "los tiempos de Junts". En Podemos, lo atribuyen solo al "odio" de Puigdemont a ERC y a que él quiere "tres huevos duros más".

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Pilar Gómez

En aras de que el pacto pueda finalmente sellarse, los miembros más destacados del Gobierno en funciones optaron este martes por el silencio. "Sin novedades". "Paciencia". "Es el momento de callar, valemos más por lo que callamos que por lo que decimos". El PSOE, esperando a Godot.