Rajoy y Alfonso Alonso convencieron a Feijóo para escoger al nuevo presidente del PP vasco

El respaldo de Mariano Rajoy y de Alfonso Alonso a la candidatura de Javier de Andrés como nuevo líder de los populares vascos llevó a Alberto Núñez Feijóo a apostar finalmente por el exdiputado general de Álava y exdelegado del Gobierno frente a otros posibles nombres. Tanto el expresidente del Gobierno como el exministro de Sanidad, referente del partido en Euskadi y que también lideró allí el PP, mantienen una interlocución muy fluida con Feijóo y su opinión resultó determinante en esta decisión.

Los dos están totalmente alejados de la actividad política. Rajoy, en su puesto de registrador de la propiedad en Madrid, y Alonso, como presidente de Acento, la consultora especializada en asuntos públicos, que fundó el exdirigente socialista José Blanco y que este dirige como consejero delegado. Pero responden siempre que son requeridos por Feijóo. En el caso del expresidente, también participa en todos los actos en los que se demanda su asistencia.

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El último cargo político de Alfonso Alonso fue la presidencia del PP vasco. Y Feijóo, tras el relevo apresurado de Pablo Casado y las sucesivas elecciones, apenas ha tenido tiempo de volcarse en el partido. Distintas fuentes del partido confirman que De Andrés contó con la "bendición" de Rajoy y con la suya. El expresidente "lo conocía bien" de su etapa como delegado del Gobierno (diciembre de 2016-junio de 2018) e informó de manera favorable. En aquel momento se apostó por él, precisamente, para engrasar la relación con el PNV, que se quejaba de los continuos conflictos de competencias. Ahora, la misión de Javier de Andrés es la contraria, aprovechar la permanente sintonía con el Gobierno de Pedro Sánchez para atraer parte de ese voto de centroderecha que, según la dirección popular, no entiende este apoyo sin fisuras. Génova cree que tiene una oportunidad para crecer en Euskadi en esta debilidad del PNV.

El congreso que elegirá a De Andrés como nuevo presidente se celebrará el próximo 4 de noviembre, y a favor de quien será el candidato popular al Ejecutivo vasco también ha resultado determinante que era el aspirante que concitaba más unanimidad. Feijóo apenas le conocía y Alfonso Alonso fue útil en la labor de desentrañar el interior del PP vasco. Aunque Génova había valorado otros nombres como la alavesa Laura Garrido, en estos momentos la secretaria general, o Mikel Lezama, portavoz en las Juntas Generales de Gipuzkoa y concejal en San Sebastián, este último de apenas 30 años, era De Andrés quien "se había labrado los apoyos".

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La conformación de que realmente era la persona con más aval dentro del partido hizo que la dirección nacional desistiera de apoyar a candidatos más nuevos que, además, nunca han encabezado una lista. "Se le veía más ganador", aseguran fuentes del partido. Con este bagaje, se hará cargo del debilitado PP vasco, en sustitución del histórico Carlos Iturgaiz, que se ha mantenido neutral en los prolegómenos de este nuevo congreso. Iturgaiz fue la persona que relevó a Alonso en 2020, cuando Pablo Casado y Teodoro García Egea le fulminaron por sus discrepancias sobre el acuerdo con Ciudadanos para una ventajosa coalición electoral, a pesar de que el partido naranja era intrascendente en Euskadi. Esa operación condujo al exministro a dejar la política y unos meses después fichó por Acento, una consultora que no para de ganar cuota de mercado.

El PP se prepara para que haya elecciones vascas en primavera, aunque formalmente tocan en julio. La previsión de Génova y de Ferraz es que puedan ser en marzo, si finalmente Pedro Sánchez consigue un acuerdo con Junts y no hay repetición electoral, o el 9 de junio, coincidiendo con las europeas. Aunque desde 2009 se han celebrado con las gallegas, en esta ocasión el presidente de Galicia, Alfonso Rueda, ya ha advertido al PP de que "no necesariamente" tienen que ir juntas.