Puigdemont recupera a Francesc Homs y le incluye en el núcleo consultor de la amnistía

Desde 2014 a la actualidad, no hay ni un solo capítulo del procés en el que no haya estado presente el abogado Francesc Homs, y este último episodio, que busca ser un cierre, no iba a ser menos. El jurista, exconseller y coordinador de las defensas en el juicio contra los líderes del 1-O es uno de los elegidos por Carles Puigdemont para actuar como consejero legal en una parte de las negociaciones que se desarrollan con el PSOE de cara a la hipotética aprobación de una ley de amnistía, informan a El Confidencial fuentes conocedoras de los contactos. Su experiencia en administración territorial ha sido clave en la decisión del expresident de consultarle.

Según precisan estas fuentes, reunía condiciones óptimas para posicionarse como miembro del núcleo de las conversaciones que busca ser "sectorial", con expertos que controlen de forma profunda y técnica distintas áreas. Militante de base de Junts, nunca ha ocultado su cercanía a Puigdemont y compagina sus conocimientos jurídicos como abogado con una amplia experiencia en la arena política. Allá por 2017, en los meses previos al referéndum de octubre, ya actuó como consejero de confianza. Entonces explicó que su asesoramiento sería personal y puntual y a coste cero "para ayudar personalmente" al president en lo que pudiera o supiera. Ese mismo esquema se reproduce ahora.

Fue en aquel año cuando el Supremo puso fin a su proyección pública. Le condenó a 13 meses de inhabilitación por un delito de desobediencia grave relacionado con la consulta independentistas del 9 de noviembre de 2014. La pena implicó su salida del Congreso de los Diputados, donde actuaba por entonces como portavoz del Partido Demócrata Catalán (PDeCAT). Conserva numerosos contactos labrados en aquellos años. Otro punto a favor para navegar en una negociación complicada con los socialistas, que se encuentra ahora sumida en una fase de tira y afloja.

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Tras su abandono de la política, Homs retomó su actividad como abogado. Después de aquella inhabilitación, abrió un bufete en Barcelona, cuya descripción resulta muy reveladora a la vista de su papel actual como consejero. "Somos el producto de una maduración profesional y de los conocimientos prácticos adquiridos tanto en el ámbito del derecho, en el de la gestión de conflictos y acuerdos, como en el del arte de construir. Ofrecemos servicios de asesoramiento jurídico y estratégico", indica la página web del despacho.

Las condiciones

Desde un puesto secundario, a veces incluso en la sombra, a modo del señor Lobo del independentismo, el jurista no ha dejado palo por tocar en la última década. Comenzó como uno de los hombres de confianza de Artur Mas y, desde ese puesto discreto, participó en la redacción de la reforma del Estatut. Cuando Convergència recuperó los mandos, fue designado conseller de Presidencia y posteriormente portavoz.

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La Generalitat lo nombró en 2018 miembro de la Comisión Jurídica Asesora, integrada por 15 juristas catalanes de reconocido prestigio. A nadie puede extrañar, por tanto, que actúe como tal, como asesor. Su área de especialización, la Administración pública, es relevante para algunos aspectos que Junts considera importantes de cara al texto final pactado con el PSOE y ERC.

Las negociaciones, mientras tanto, avanzan a ritmo menos ágil de lo que desearía el Ejecutivo en funciones. Puigdemont no ha rebajado ni un ápice las condiciones que planteó el pasado 5 de septiembre en una comparecencia pública. Exigió entonces un "acuerdo histórico" que incluyera el reconocimiento a la legitimidad democrática del independentismo, la amnistía y "el abandono permanente de la vía judicial" y la creación de un mecanismo de control y verificación de los acuerdos.