La guerra López Miras-Antelo lastra un pacto 'in extremis' en Murcia

El PP y Vox encaran la última semana para la formación de Gobierno en Murcia con un obstáculo añadido frente a otros territorios: la aversión entre sus líderes territoriales. Fernando López Miras y José Ángel Antelo, sin hablar durante casi dos meses, han sido incapaces de superar sus diferencias pese a que el tiempo apremia y la única alternativa a la repetición electoral es un Ejecutivo de coalición. El presidente autonómico en funciones y candidato popular a la presidencia no ha llamado al portavoz de la formación ultraconservadora y tampoco hay prevista ninguna reunión, lo que limita la negociación con Vox a los contactos con la dirección nacional del partido.

La gobernabilidad de la región entró en punto muerto cuando Vox impidió la investidura de López Miras el pasado 10 de julio. La negociación se ha retomado los últimos días, pero ambos siguen en posiciones maximalistas. El PP rechaza cualquier escenario que suponga un Gobierno de coalición, mientras que Vox mantiene su exigencia de asumir consejerías. La situación, pese a las conversaciones abiertas, sigue en el aire a solo siete días para que se disuelva la Asamblea de Murcia.

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El reglamento de la Cámara regional establece que la fecha límite para la formación del Gobierno expira el 7 de septiembre, que es cuando se cumplen dos meses desde la primera votación de investidura, que fue el 7 de julio. Así, si en los próximos días no hay acuerdo entre el PP y Vox, se convocarán nuevas elecciones. El calendario sitúa la hipotética cita con las urnas el 25 de octubre, casi un mes después de la investidura de Feijóo en el Congreso, fijada para los días 26 y 27 de septiembre.

Los puentes entre López Miras y Antelo no existen, sin comunicación de ningún tipo, pero la negociación está en marcha. El coordinador general del PP, Elías Bendodo, eludió este jueves dar cualquier avance sobre el posible acuerdo o desbloqueo y limitó la situación a "conversaciones". El dirigente popular, no obstante, sí dejó claro que las exigencias de Vox son "inasumibles" en este momento. "Una repetición electoral no es una buena noticia y, por tanto, en toda negociación hay que ceder, a partir de ahí, hay que poner las cosas en su justa medida", dijo en una entrevista en La Sexta.

La única vía de comunicación en este momento es entre el PP de Murcia y la dirección nacional de Vox. Los líderes territoriales no se hablan

El único diálogo ahora es entre el PP murciano y la dirección nacional de Vox. Fuentes de la cúpula niegan que Santiago Abascal haya asumido la negociación por la enemistad de los líderes regionales. La formación ultraconservadora, de hecho, siempre procede de este modo, al carecer de estructura autonómica. "Todas las negociaciones pasan por Santiago Abascal y por el secretario general", apuntan, tras avisar de que no hay desbloqueo aún.

Génova mantiene su estrategia de brindar libertad absoluta a sus barones para decidir sobre sus pactos, pese a los problemas generados por la disparidad de criterios. La Región de Murcia no es una excepción y López Miras es quien lidera las conversaciones. "Nosotros respaldaremos lo que él decida. Ya sea la repetición electoral o el Gobierno de coalición. Nosotros acompañamos a nuestros dirigentes territoriales, pero la decisión es suya", explican fuentes populares. Las próximas horas serán claves para el futuro del territorio.

Tensiones en la derecha

Las hostilidades en Murcia son una excepción en la derecha, en mitad de un periodo de tranquilidad entre el PP y Vox. Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal estrenaron la semana pasada una nueva relación tras meses de tensión. Los dos dirigentes, que limaron sus asperezas antes de la consulta con Felipe VI, intercambiaron buenas palabras y hablaron incluso de colaboración y su predisposición para llegar a acuerdos. Pero esta escenificación no ha influido todavía en el último Gobierno autonómico pendiente. Y la repetición electoral, con la precampaña coincidiendo con la investidura de Feijóo, podría alterar esta tregua.

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Las campañas, precisamente, han marcado los peores momentos entre el PP y Vox. Ocurrió en 2022, durante los comicios de Castilla y León y Andalucía, y especialmente en el camino al 28-M y el 23-J. Lo que pasará esta vez, siempre en el caso de que no haya acuerdo en Murcia, es una incógnita. La investidura de Feijóo ha generado una especie de pactos de no agresión, al menos hasta la sesión en el Congreso, pero no existe ninguna garantía de que este acuerdo no tenga fecha de caducidad. A nadie se le escapa que, pese al acercamiento, la desconfianza impregnó su relación durante mucho tiempo y la paz anunciada está cogida con pinzas.

La convivencia entre el PP y Vox sigue en un equilibrio complicado. El debate sobre qué hacer con Vox sigue abierto entre los populares, con un sector del partido que defiende normalizar los pactos en la derecha y otro que apuesta por marcar distancias. Como ha informado este diario, incluso hay voces que instan a Feijóo a que apriete a sus potenciales socios para borrarles del mapa y capitalizar la oposición a Pedro Sánchez. Lo cierto, no obstante, es que los dos partidos comparten Consejo de Gobierno en cuatro comunidades y en decenas de ayuntamientos y, de momento, están obligados a entenderse.