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PP y Vox amplían sus hostilidades y condenan a Murcia a una repetición electoral
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CRISIS EN LA DERECHA

PP y Vox amplían sus hostilidades y condenan a Murcia a una repetición electoral

La votación de la Mesa del Congreso dinamitó las relaciones del bloque conservador. Los de Abascal elevan el órdago y tensan una hipotética investidura: "Si Feijóo quiere levantar un cordón sanitario a Vox, no tendrá nuestro apoyo"

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, acompañado de la secretaria general del partido, Cuca Gamarra, y el diputado Carlos Rojas. (EFE/Rodrigo Jiménez)
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, acompañado de la secretaria general del partido, Cuca Gamarra, y el diputado Carlos Rojas. (EFE/Rodrigo Jiménez)
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PP y Vox gobiernan en coalición en decenas de grandes ayuntamientos y en cuatro comunidades autónomas. Pero lejos de afianzar su relación, el bloque de la derecha se resquebraja. El punto de inflexión lo marcó la votación de la Mesa del Congreso. Génova le dejó sin hueco y Santiago Abascal respondió con más fuego: no apoyó a Cuca Gamarra para el puesto y evidenció la debilidad de Alberto Núñez Feijóo de cara a una hipotética investidura. La desconfianza se ha instalado entre las dos fuerzas, que ya dan por perdida toda opción en la Región de Murcia. La formación ultraconservadora asume que habrá repetición electoral. No darán su brazo a torcer y prefieren correr el riesgo de perder capital político en las urnas. De puertas para afuera, los populares trasladan que Fernando López Miras crecerá a costa de sus potenciales socios si hay comicios. Pero en el partido hay voces que llaman a la calma y que advierten de que las urnas, en todos los casos, las carga el diablo.

A la Región de Murcia se le agota el tiempo, y la evidente ruptura de puentes entre Feijóo y Abascal tampoco invita al optimismo. El plazo para lograr un acuerdo vence el 7 de septiembre, y las dos partes no se mueven un ápice de su posición inicial. Ni López Miras ni Génova están dispuestos a hacer hueco a Vox en el futuro Ejecutivo. Y los ultras no investirán al barón del PP si no controlan consejerías. El retorno a las urnas a finales de año parece inevitable.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en el Congreso (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

En la dirección de Vox, reiteran que "no es comprensible" la cerrazón de Feijóo cuando ya han cerrado pactos similares en multitud de regiones y recelan de un posible intento del presidente de los populares de escapar de la foto con Vox en plena negociación de investidura. De hecho, en Génova entienden que la maniobra con Vox en la Mesa afianzó el respaldo de Coalición Canaria, que ya ha confirmado que apoyará al líder del PP si logra el encargo del Rey. El voto a favor de la formación de Fernando Clavijo no es baladí. Sin el apoyo de su única diputada, Cristina Valido, a Pedro Sánchez no le vale con la abstención de Junts, sino que necesita su sí. El precio sería más alto y, por tanto, aumentarían los obstáculos del candidato socialista para retener la Moncloa.

En Génova, por su parte, certifican que la hostilidad y desconfianza con Vox comenzaron a crecer incluso antes del 23-J por la falta de interlocutores "fiables" en la formación. En la dirección del partido lamentaban ya entonces el crecimiento orgánico de la corriente más dura del partido, encabezada por Jorge Buxadé, al que culpan indirectamente de la falta de acuerdo en la Región de Murcia o de los obstáculos que se encontraron en Extremadura, donde la candidata popular, María Guardiola, se vio forzada a rectificar. La salida de Iván Espinosa de los Monteros incrementó los recelos en el PP, en cuyas filas ya asumían un deterioro de las relaciones con su socio natural por los nuevos pesos que regían en la formación de Santiago Abascal.

Foto: Feijóo en la Junta Directiva del PP. (EFE/David Mudarra)

PP y Vox pasaron en pocas semanas de las diferencias a una ruptura casi total. A principios de agosto, los de Abascal dieron un giro estratégico y se abrieron a apoyar de forma gratuita a Feijóo para no ser el "obstáculo" de una posible mayoría alternativa a un Gobierno "de destrucción nacional". Pero pronto acotaron ese apoyo. Como publicó El Confidencial, Vox estaba dispuesto a ceder sus votos para una eventual investidura sin contraprestaciones, pero no a hacer lo propio en la Mesa del Congreso. En la dirección de Bambú, insisten en que, en privado, habían cerrado un "acuerdo" por el cual ellos votarían al candidato del PP a la presidencia de la Cámara a cambio de mantener un representante en el órgano de gobierno de las Cortes. Según la versión de Vox, Génova se saltó el pacto y, por tanto, ellos optaron por su candidato.

La maniobra de Vox en la votación del pasado jueves expuso la fragilidad del bloque conservador frente a la mayoría arrolladora de Sánchez, que logró arrastrar 178 escaños. La cúpula del PP asegura que los de Abascal nunca comunicaron que cambiarían el sentido de voto por no cederles un asiento en la Mesa, al entender que el apoyo gratis a la investidura aplicaba también al paso previo, que es el de la constitución de las Cortes. Pero nada más lejos de la realidad. Los reproches mutuos volaron en los pasillos del Congreso. La derecha se había roto apenas a cuatro días de que comenzase la ronda de consultas con el Rey. Y Abascal lanzó una última advertencia a Feijóo: ya no podía dar por hecho su respaldo a la investidura a menos que se pusiese al teléfono y le diese explicaciones "urgentes" sobre lo sucedido.

Foto: Pedro Sánchez. (EFE/Chema Moya)

"Feijóo debe aclarar si opta por la vía de Valencia o por la de Murcia. Si es Pons, o Mazón y Azcón", reiteran en el entorno de Abascal. "Si Feijóo quiere levantar un cordón sanitario a Vox, no tendrá nuestro apoyo", advierten las fuentes consultadas. El presidente de Vox es el primero de los grandes líderes que se reúnen este martes con el Rey para trasladar su posición de cara a una eventual investidura. Y este amenaza con trasladar al monarca que aún duda sobre el sentido del voto a una posible votación liderada por el candidato del PP. Que la opción de seguir el patrón de la Mesa del Congreso está en pie. El órdago de Abascal dejaría a Feijóo con solo 139 apoyos cerrados —los propios y los de UPN y Coalición Canaria—, y sus opciones de ir a una investidura serían prácticamente nulas. Solo con el apoyo de Sumar y de Bildu, Sánchez tiene a esta hora 158 síes atados.

"Si Feijóo quiere levantar un cordón sanitario a Vox, no tendrá nuestro apoyo", advierten en el partido de Abascal

El secretario general de Vox, Ignacio Garriga, exigió a Génova que levantase el teléfono para tratar de llevar las aguas a su cauce. Pero, al menos hasta el momento, la dirección del PP niega haber contactado con sus homólogos de Vox. En la mañana del lunes, Esteban González Pons aseguró en COPE que confía en que Abascal "cumpla con su palabra" y traslade al Rey que votará a favor de Feijóo si resulta elegido candidato.

Pero en la cúpula de Abascal dejan en el aire esa posibilidad. Los dos partidos han entrado en una fase de hostilidades de la que, aparentemente, hay difícil retorno. "Nosotros comprometimos el apoyo al PP con la condición de que hubiese un Gobierno que recuperase la neutralidad de las instituciones. Pero vistas las informaciones y declaraciones de miembros del PP, que impiden nuestro acceso a la Mesa del Congreso, que dicen que hay que matar a Vox... no parece que den ninguna muestra de querer recabar nuestro apoyo ni que quieran recuperar esa neutralidad institucional", reiteran en Vox.

PP y Vox gobiernan en coalición en decenas de grandes ayuntamientos y en cuatro comunidades autónomas. Pero lejos de afianzar su relación, el bloque de la derecha se resquebraja. El punto de inflexión lo marcó la votación de la Mesa del Congreso. Génova le dejó sin hueco y Santiago Abascal respondió con más fuego: no apoyó a Cuca Gamarra para el puesto y evidenció la debilidad de Alberto Núñez Feijóo de cara a una hipotética investidura. La desconfianza se ha instalado entre las dos fuerzas, que ya dan por perdida toda opción en la Región de Murcia. La formación ultraconservadora asume que habrá repetición electoral. No darán su brazo a torcer y prefieren correr el riesgo de perder capital político en las urnas. De puertas para afuera, los populares trasladan que Fernando López Miras crecerá a costa de sus potenciales socios si hay comicios. Pero en el partido hay voces que llaman a la calma y que advierten de que las urnas, en todos los casos, las carga el diablo.

Partido Popular (PP)
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