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El pacto en Aragón no rompe el bloque de hielo entre el PP y Vox en Murcia
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EL PLAZO EXPIRA EL 7 DE SEPTIEMBRE

El pacto en Aragón no rompe el bloque de hielo entre el PP y Vox en Murcia

Azcón firma un gobierno de coalición con Vox, pero el entendimiento en Aragón no suaviza la negociación en la Región de Murcia, que se asoma a una repetición electoral

Foto: El portavoz de Vox en la Región de Murcia, José Ángel Antelo (i), junto al candidato del PP a la presidencia, Fernando López Miras. (EFE/Morell)
El portavoz de Vox en la Región de Murcia, José Ángel Antelo (i), junto al candidato del PP a la presidencia, Fernando López Miras. (EFE/Morell)

El pacto entre PP y Vox en Aragón, donde las dos fuerzas han cerrado un acuerdo de coalición, no ha provocado un efecto dominó en la Región de Murcia. Las dos fuerzas continúan enrocadas en sus posiciones en este territorio. El calendario avanza y los tambores de repetición electoral suenan con fuerza. El plazo límite está cerca: si no hay acuerdo antes del 7 de septiembre, Fernando López Miras se verá forzado a volver a las urnas. Lejos de visibilizar algún tipo de entendimiento, ambos han alejado el pacto a base de reproches mutuos. Los de Santiago Abascal culpan del atasco a Génova y a las órdenes de Alberto Núñez Feijóo. Y los populares recriminan a la cúpula de la ultraderecha que prefieran ir a elecciones antes que investir a un candidato que se quedó a solo dos escaños de la mayoría absoluta.

A día de hoy, el desbloqueo que ya es una realidad en Aragón sigue siendo una utopía en Murcia, la única comunidad, junto a Navarra, en la que aún queda por resolver el puzle de la gobernabilidad. Hace meses que el PP dio portazo a la posibilidad de ceder consejerías de gobierno a Vox en la Región de Murcia, al entender que el resultado de las urnas avala una posición de máximos, con la que el partido ha cerrado filas por completo. No obstante, el golpe de realidad que dio la noche del 23-J a Feijóo tuvo su efecto en las negociaciones territoriales.

Antes de las generales, en el PP confiaban en que, si se repetían elecciones en Murcia por el órdago de Vox, lograrían la mayoría absoluta. Era "un win-win", como lo definieron algunos cargos con asiento en el 13 de Génova. Pero el terremoto del 23-J encendió las luces de alarma. Feijóo ganó las elecciones, aunque con un resultado insuficiente y con la amenaza de una mayoría alternativa a su izquierda. El suflé bajó también en Murcia y forzó a López Miras a maniobrar para intentar eludir el riesgo de unos comicios con un resultado ahora incierto. Hace unas semanas, el barón popular flexibilizó su veto a Vox y le convocó a otra reunión para ofrecerle "representación institucional", que incluiría desde plazas para el Senado a la presencia de los de Abascal en la Mesa de la Asamblea regional. Pero Vox no se movió ni un ápice.

Foto: Santiago Abascal, esta semana. (EFE/Mariscal)

El bloqueo en Murcia se resume en una sencilla ecuación: la formación ultra quiere una vicepresidencia y dos consejerías, y los populares no quieren ceder ni un solo asiento. Están dispuestos a firmar un acuerdo programático, aunque hay postulados de Vox que levantan ampollas en las filas del PP, como el relativo a la derogación de la ley del Mar Menor. En las elecciones del 28-M, López Miras afianzó su liderazgo y convenció a casi el 43% del electorado. Pero Vox logró en esta plaza su mejor resultado de la noche electoral: el 18% del voto y una mejora de cuatro a nueve escaños en la Asamblea.

"Si continúa el veto a Vox por el que no podemos participar en el Gobierno (...) evidentemente habrá repetición electoral", aseguró este jueves el líder regional de Vox, José Ángel Antelo, que pidió a López Miras que levantase el teléfono cuando cambiase de opinión al respecto. El barón del PP reitera que el pasado miércoles instó a los de Abascal a sentarse en una nueva reunión para continuar con la negociación, pero estos se negaron con "distintas excusas y justificaciones". En su entorno, reiteran que están dispuestos a un pacto programático e institucional con Vox, pero su entrada en el Gobierno es una puerta cerrada.

Mientras los de Abascal presionan a Miras con el trato que ya han alcanzado con sus otros compañeros —ya gobiernan en Castilla y León, Comunidad Valenciana y Extremadura—, en el PP insisten en que el caso de la Región de Murcia es distinto al del resto de plazas autonómicas, ya que cuenta con la victoria más rotunda del 28-M a excepción de la Comunidad de Madrid y La Rioja, donde el partido logró la mayoría absoluta. En el caso de Aragón, el popular Jorge Azcón necesita seis apoyos externos para afianzar la absoluta y arrebatar el bastón de mando al socialista Javier Lambán.

Foto: Gonzalo Capellán, presidente de La Rioja. (EFE/Raquel Manzanares)

En este territorio, el PP ha mantenido casi hasta el final el mismo mensaje que Miras: forzar un Gobierno en solitario con Vox apoyando desde fuera. Intentó primero atraer al PSOE, aunque Lambán no tardó en desmarcarse del camino de Azcón a la presidencia regional. Y abrió también conversaciones con otras fuerzas regionalistas, especialmente con Teruel Existe y el PAR. Los de Tomás Guitarte, que cuentan con tres escaños, levantaron también un cordón sanitario a Vox y se negaron a participar en cualquier acuerdo en el que también estuviesen los de Abascal. El voto de los regionalistas aragoneses era insuficiente, y la única ventanilla que quedaba abierta era la de Vox. El acuerdo era prácticamente inevitable.

En Aragón, el PP ha cedido a Vox dos consejerías, una con rango de vicepresidencia que gestionará, además, las competencias de desarrollo territorial y justicia. Los de Abascal tendrán también las competencias de Agricultura. Vox ratifica así un jugoso botín territorial y sumaría el cuarto Ejecutivo autonómico en que cuenta con carteras. Los de Abascal ya gobiernan con el PP en Castilla y León, Comunidad Valenciana y Extremadura, además de multitud de grandes ayuntamientos. Pero Murcia, al menos a priori, se les escaparía de esa lista.

El pacto entre PP y Vox en Aragón, donde las dos fuerzas han cerrado un acuerdo de coalición, no ha provocado un efecto dominó en la Región de Murcia. Las dos fuerzas continúan enrocadas en sus posiciones en este territorio. El calendario avanza y los tambores de repetición electoral suenan con fuerza. El plazo límite está cerca: si no hay acuerdo antes del 7 de septiembre, Fernando López Miras se verá forzado a volver a las urnas. Lejos de visibilizar algún tipo de entendimiento, ambos han alejado el pacto a base de reproches mutuos. Los de Santiago Abascal culpan del atasco a Génova y a las órdenes de Alberto Núñez Feijóo. Y los populares recriminan a la cúpula de la ultraderecha que prefieran ir a elecciones antes que investir a un candidato que se quedó a solo dos escaños de la mayoría absoluta.

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