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La bronca entre el PP y Vox por el 23-J enturbia las negociaciones en Murcia y Aragón
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Cruce de reproches en la derecha

La bronca entre el PP y Vox por el 23-J enturbia las negociaciones en Murcia y Aragón

Los populares no esconden su malestar por el tono y las críticas de los de Abascal y reconocen que los pactos previos les han pasado factura. En Vox, reiteran que no regalarán ni un solo voto

Foto: El presidente del PP de Aragón, Jorge Azcón, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en un acto del PP. (EFE/Javier Cebollada)
El presidente del PP de Aragón, Jorge Azcón, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en un acto del PP. (EFE/Javier Cebollada)

El PP y Vox se han enzarzado en las últimas horas en un cruce de reproches para arrojarse las culpas por el fiasco del 23-J. La bronca coge cuerpo mientras los gobiernos de Aragón y la Región de Murcia están todavía pendientes de las negociaciones. Y lo cierto es que las conversaciones en estos territorios, aunque se abordan de forma paralela, son indisociables del análisis electoral e inevitablemente enturbiarán el proceso. De hecho, fuentes populares reconocen que los pactos autonómicos ya firmados les han pasado factura en los comicios. En Génova, además, no ocultan su malestar por el tono empleado por Santiago Abascal, que acusa a Alberto Núñez Feijóo de "truncar" las expectativas de la derecha por sus ofertas a Pedro Sánchez y por apelar al voto útil para aglutinar al electorado.

La situación en las dos comunidades es dispar. En Murcia, donde la proporción de diputados es de 21 a nueve favorable al PP, está bloqueada. Las fuentes consultadas por este diario advierten de que Fernando López Miras no cederá y no permitirá la entrada de la formación ultraconservadora en el Ejecutivo. Está previsto que esta semana retomen los contactos con una nueva reunión.

Foto: Pedro Sánchez saluda a Cristina Narbona en la reunión de la ejecutiva del PSOE. (Reuters/Juan Medina)
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El líder popular ha verbalizado su rechazo a Vox tanto en público como en privado y este lunes no desaprovechó la oportunidad para marcar distancias con sus potenciales socios tras las elecciones generales. "En Murcia, los que han estado bloqueando han pasado de ser primera fuerza política a tercera. No hay que replantearse nada, la relación con todos los partidos constitucionalistas debe ser fluida, pero ellos sí deberían replantearse su estrategia", declaró López Miras.

El escenario en Aragón es distinto. El popular Jorge Azcón, con 28 parlamentarios, necesita seis de los siete escaños de Vox para ser investido presidente autonómico y su predisposición es diferente. Las conversaciones se han retomado e incluso algunas voces apuntan a que podría haber acuerdo en las próximas semanas. Eso, no obstante, no significa que la formación ultraconservadora vaya a entrar en el Gobierno. Todo está en el aire. Azcón comparecerá este martes ante los medios para dar cuenta de la situación.

Foto: Azcón, antes de despedirse del Ayuntamiento de Zaragoza. (EFE/Javier Cebollada)

La posición de Vox, como ya señaló antes de los comicios, es exigir la entrada en los ejecutivos autonómicos y no regalar ninguno de sus votos a cambio de nada. En la dirección nacional mantienen la mano tendida a una coalición en ambos casos, pero señalan al PP como el culpable de la situación de bloqueo. "A nosotros no nos van a ver equivocados sobre quiénes son nuestros enemigos y quiénes son nuestros aliados", subrayó este lunes el secretario general de la formación, Ignacio Garriga. Fuentes del partido aseguran que lo ocurrido el 23-J no tiene nada que ver con las negociaciones, pero a nadie se le escapa que las críticas vertidas en las últimas horas no han pasado desapercibidas en Génova.

Reproches cruzados

La experiencia tras los pactos en comunidades y ayuntamientos tampoco es buena. Figuras de peso en el PP reconocen el impacto de estos acuerdos en el resultado electoral, lastrado por el miedo a Vox tras sus primeras actuaciones al frente de las diferentes administraciones. Esta lectura está muy extendida en el partido, lo que abre un debate sobre la idoneidad de seguir la misma línea. Borja Sémper lo verbalizó en público este lunes en rueda de prensa. "Con una política tan polarizada, hay gente a la que probablemente no le hayan gustado interpelaciones a lo largo de la campaña a posibles acuerdos con el Partido Socialista. Y otros han tenido muchas prevenciones también a posibles pactos con Vox", declaró.

Foto: El candidato a la presidencia de la Región de Murcia y presidente en funciones, Fernando López Miras. (EFE/Morell)

El malestar en el PP es notable. Por un lado, por el tono empleado por Santiago Abascal e Ignacio Garriga en sus dos últimas comparecencias, donde han responsabilizado a Alberto Núñez Feijóo de la derrota de la derecha por "blanquear" el socialismo y a Pedro Sánchez con su oferta para que gobierne la lista más votada. Pero también por sus mensajes durante la campaña.

Desde el PP, censuran el comportamiento "irresponsable" de los ultraconservadores en algunos territorios, hasta el punto de que les acusan de haber abierto una grieta en el bloque. "Los últimos mensajes de alarmismo de Abascal sobre que va a arder Cataluña nos han pasado factura y han movilizado voto a su favor", sostienen las voces consultadas. "Ha jugado muy mal sus cartas", apunta otra fuente, en alusión a la pérdida de escaños de Vox.

Foto: El secretario general de Vox, Ignacio Garriga, en una rueda de prensa. (EFE/Mariscal)

La formación liderada por Abascal se ha dejado por el camino 19 escaños y más de 600.000 votos, pasando de 52 a 33 diputados, pero en la dirección nacional no han hecho un solo gesto de autocrítica. Todo lo contrario. Vox acusa exclusivamente al PP de haber "truncado" la alternativa y las esperanzas de los españoles con su estrategia para liderar la derecha. "El voto útil solo ha sido útil a Pedro Sánchez", subrayó Garriga este lunes.

La teoría de Vox es que la estrategia de Génova ha provocado la pérdida de miles de votos y escaños. En la formación, defienden que esta problemática ha ocurrido en Albacete, Sevilla, Baleares, Burgos y Tarragona. En el primer caso, por ejemplo, a los de Abascal les han faltado 1.200 sufragios para ganar el último diputado que repartía esta circunscripción, mientras que al PP le han sobrado 12.000 papeletas. En la capital andaluza, en cambio, se han quedado a 7.000 electores y los populares no han rentabilizado 55.000 sufragios. "No ha habido un problema de falta de voto, sino de mala optimización de los votos destinados al bloque PP-Vox", sostienen fuentes del partido.

El PP y Vox se han enzarzado en las últimas horas en un cruce de reproches para arrojarse las culpas por el fiasco del 23-J. La bronca coge cuerpo mientras los gobiernos de Aragón y la Región de Murcia están todavía pendientes de las negociaciones. Y lo cierto es que las conversaciones en estos territorios, aunque se abordan de forma paralela, son indisociables del análisis electoral e inevitablemente enturbiarán el proceso. De hecho, fuentes populares reconocen que los pactos autonómicos ya firmados les han pasado factura en los comicios. En Génova, además, no ocultan su malestar por el tono empleado por Santiago Abascal, que acusa a Alberto Núñez Feijóo de "truncar" las expectativas de la derecha por sus ofertas a Pedro Sánchez y por apelar al voto útil para aglutinar al electorado.

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