Sánchez aparece en Marruecos en el arranque de sus vacaciones

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha viajado este martes a Marruecos para pasar unos días de vacaciones con su familia, según adelantó la prensa marroquí y confirmó la agencia EFE con fuentes del Gobierno. Sánchez ha viajado en un avión de línea comercial hasta el aeropuerto de Marrakech, en lo que se define como un viaje "estrictamente privado", según las fuentes de la Moncloa, que subrayan que ha sido "costeado íntegramente con recursos propios" por el presidente y en el que no se contempla ninguna agenda institucional. Aunque inicialmente se especuló con que Sánchez se desplazaría a Lanzarote, las mismas fuentes explican que el jefe del Ejecutivo en funciones ha permanecido en Madrid hasta este martes.

Antes de la confirmación oficial, la información estaba en cuatro medios de comunicación marroquíes, incluido Rue 20, considerado como afín al aparato de seguridad. La Moncloa guardó silencio en respuesta a las preguntas efectuadas por El Confidencial al respecto. Los periódicos digitales marroquíes aseguran que Sánchez llegó el martes a las 11 de la mañana (12:00 hora peninsular española) a Menara, el aeropuerto de Marrakech. Se alojará en un hotel de lujo y tiene la intención de visitar la ciudad empezando por la célebre plaza Jamaa el Fnaa.

El diario Kech 24 indica que la estancia del presidente en Marruecos concluirá en Tetuán, en el norte del país, muy cerca de Rincón, que es donde está el rey Mohamed VI de vacaciones. Las ceremonias de la Fiesta del Trono concluyeron el lunes en Tetuán porque el monarca pasa allí gran parte del verano. En las imágenes de las diversas ceremonias, el soberano apareció en mejor forma que el 29 de junio, con motivo de la fiesta religiosa del Aid Al-Adha (Sacrificio), que también se celebró en Tetuán. De ser cierta esta especulación de Kech 24, esta podría ser la invitación que el soberano alauí cursó a Sánchez el 1 de febrero pasado, cuando continuó sus vacaciones en Gabón y no se desplazó a Rabat para recibirle en audiencia, como suele ser habitual, al margen de la cumbre entre los gobiernos de España y Marruecos.

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La elección de Marruecos para parte de las vacaciones presidenciales provocará, con toda seguridad, una polémica en España. Es posible que el presidente haya querido escenificar la excelente relación que mantiene con el vecino del sur tras el apoyo brindado a la solución que propugna Rabat para resolver el conflicto del Sáhara Occidental. A cambio de esa concesión no ha obtenido, sin embargo, grandes contrapartidas. Prueba de ello es que las aduanas de Ceuta y Melilla con Marruecos, cuya apertura Sánchez anunció el 7 de abril de 2022, no existen a día de hoy.

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Sánchez es el primer presidente del Gobierno español que pasa parte de sus vacaciones en el extranjero. A diferencia de España, donde los políticos de primera fila no suelen pasar sus vacaciones en el extranjero, y menos en Marruecos, los de otros países europeos sí lo hacen. Los franceses son los que frecuentan con más asiduidad Marruecos, incluidos los presidentes de la República como Jacques Chirac o Nicolas Sarzoky. Las autoridades marroquíes son hospitalarias y no conciben que los turistas extranjeros de ese nivel puedan pagar hoteles ni comidas en su país.

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La gran excepción en España fue el expresidente Felipe González que, tras dejar el cargo, viajó durante años con regularidad a Tánger y a Asila, en el norte de Marruecos, para disfrutar de días de vacaciones. Llegó incluso a comprar un terreno al borde del mar junto al lujoso hotel Le Mirage, al sur de Tánger. Tenía la intención de construirse allí una residencia, pero después cambió de planes y vendió la propiedad a la familia real saudí.

El que sí estuvo una semana de vacaciones en uno de los dos palacios reales que hay en Marrakech fue, en mayo de 2011, el rey Juan Carlos. Llegó allí solo, pero Corinna Larsen, descrita como su “amiga íntima”, no tardó en unirse a él en la Ciudad Ocre. La reina Sofía también estuvo por su cuenta en Marruecos y recorrió los alrededores de Ouarzazate, descrita como la puerta del desierto.